Capítulo XVI: Verdad

Samantha cortó el hechizo del sueño. Regresó a su casa con la satisfacción de triunfo, quizás con este susto Matthew aprendía la lección. Evidentemente, Matt recobró la consciencia pasado el sortilegio que le hicieron, estaba empapado de sudor, trataba de entender si la visita de la bruja fue parte de sus sueños o de la realidad; posiblemente tendría que tomar terapia por esa pesadilla demasiado engorrosa.

En vista que faltaban unos días para la fiesta de Noche de Brujas, Matt optó por no regresar a la casa de Samantha, el sueño lo perturbaba y no sentía el coraje de enfrentarla; pero si no pedía las disculpas prometidas, todo su encanto físico se esfumaría. Él sabía que después de la burla pública a Samantha, los compañeros empezaron a acosarla con bromas y chistes de mal gusto; sintió una culpa enorme, la chica lo acogió en su casa, con chantaje y más, ella no reclamó, incluso guardaba el secreto de que ambos vivían técnicamente juntos. Matthew tenía la obligación de retribuir y arreglar el daño, no por un sueño perturbador sino considerando la lista de favores pendientes

El día 31 de octubre, las clases acabaron más temprano, Samantha cogió sus pertenencias con prisa, para no escuchar los insultos de sus compañeros y compañeras de clase. Estaba a punto de salir del salón cuando fue detenida...

–¡Samantha Van Tassel! Espera ahí...– Matt habló con fuerza.

–Llevo prisa, no tengo tiempo para tus payasadas– respondió enojada.

– ¡Escúchenme todos! Yo... debo decir unas palabras– resopló con fastidio– Frente a ustedes, deseo expresarle a mi compañera Samantha Van Tassel, que lamento haberme burlado y reído de ella

Reinó el más completo silencio. Los estudiantes se quedaron impactados conteniendo las risas, era increíble ver al vanidoso Matthew Dashwood pidiendo disculpas a la chica dark más rara de la facultad ¡Un espectáculo imperdible El nuevo chisme de la semana.

–No se rían, estoy hablando en serio. Samantha, yo quiero que me disculpes, te dejé en ridículo... es por eso que... reconozco mi error y admito que actué como un imbécil– levantó la cabeza y miró a la chica directo a sus ojos verdes.

–Es un fuerte comienzo, supongo. No debió ser cómodo recapacitar– replicó siendo hiriente.

–Solamente, te digo que lo siento mucho, por favor, acepta mis disculpas.

–Las acepto. Hay algo que no entiendo ¿Te golpeaste en la cabeza? Algo debió pasar que te hizo reflexionar– hizo una sonrisa cerrada.

–Eh... yo medité en medio del insomnio, hace unas noches, hubo que me hizo recapacitar – replicó Matt avergonzado.

–Créditos al insomnio por tu cambio de actitud. Disculpado– agarró sus libros y desapareció por la puerta.

La bruja estaba complacida, su plan fue un éxito

*

De camino a tomar la ruta a su casa, Samantha se da cuenta que un auto la viene detrás de ella, prefiere mantener la calma y tener un hechizo a la mano.

–Oye chica tenebrosa, no tengas miedo– Jeff bajó el vidrio del auto– Quiero hacerte una invitación.

–¿Miedo, yo de ti? Eres un patán sin cerebro, no eres quien para intimidarme.

–Ya deja la agresividad, estoy aquí para hacer las pases. Ven, sube a mi auto y hablamos– insistió sin vergüenza.

–Antes muerta que entrar ahí. Me estás haciendo perder el tiempo– refunfuñó, Sam no tenía ánimos de cruzar palabras con Jeff.

–Hey, no te enojes. Ya que tú y Matt hicieron las pases, ven conmigo a la fiesta de Halloween. Te vas a divertir. Ponte un disfraz que realce tus atributos y yo paso por ti a la noche

–Tú y tu amigo Matthew, me dejaron ridículo, los chicos de la carrera hicieron dibujos ofensivos de mí por culpa de ustedes. Gracias, pero no, no iré a esa dichosa fiesta. Diviértete.

–Estás enojada. Yo sé que vas a cambiar de opinión– sacó la mano, sujetando una rosa a través de la ventana del copiloto– Ten esta flor, como señal de paz.

Por un momento, la joven bruja sospechó en aceptar el regalo, podría tratarse de otro juego inescrupuloso del tramposo joven; su sentido mágico para defenderse estaba en alerta, si Jeff bromeaba una vez más, le aplicaría un hechizo de transformación.

–Gracias por la rosa. Cumple tu palabra, te aseguro que tendrás problemas si vuelves a molestarme. Diviértete esta noche y cuídate, que puedes encontrarte con fantasmas

–¿Entonces no vendrás conmigo? Lástima. Nos la hubiéramos pasado bien– puso las manos en el manubrio de su auto– Sé que aceptarás salir conmigo, ninguna chica se ha quejado de mí.

Samantha inclinó las cejas por el comentario fuera de lugar; Jeff era el tipo de hombre repugnante que solo quería llevar chicas a las cama, para luego ignorarlas sin arrepentimiento. La bruja presentía las intenciones perversas de aquel chico.

*

La noche de Halloween siempre era más oscura que otras, al menos así lo sentía Samantha. El viento golpeaba los árboles de la calle, hojas marchitas bailaban al son de la ventisca otoñal, el ruido de las ramas sobre el techo convertía esa tenebrosidad en algo espeluznante y atractivo

Como cada en conmemoración del Samhain, Sam se vistió con su vestido negro de terciopelo y mangas campana de malla, cordón en la zona delantera, también un fruncido en encaje negro unido al terciopelo; además de su sombrero favorito de cuero negro regalado por su padre y una larga capa negra.

Volaría en su escoba hasta el bosque, donde habría una celebración de muchos seres sobrenaturales alrededor de la gran hoguera. Habría comida preparada por un grupo de duendes, música de unos instrumentos pertenecientes a un grupo de brujas, bebida que era la especialidad de los magos y, lo más entretenido, el baile al resplandor de la luna, una actividad que Samantha adoraba.

Pese a la conmemoración, la pelirroja hechicera recordaba los peligros a los que se podía enfrentar en esa jornada tenebrosa. Todo persona con habilidades mágicas sobrehumanas, era consciente de la apertura de portales de todos los mundos existentes, permitiendo que seres mágicos tanto los habitantes de Halltown como los de la oscuridad, circularan en completa libertad entre las dimensiones.

Los seres de la oscuridad, lucharían por cruzar los portales que se abrían a Halltown, por lo que siempre se disponían de vigías poderosos en las artes mágicas para custodiar las puertas. Un solo individuo de naturaleza oscura que atravesara el portal, pondría a todos los mundos en peligro. Samantha se volvería el principal objetivo a destruir.

*

Ya dispuesta a salir en compañía de Clow, cuando eran casi las 10 de la noche, el felino presintió una fuente de magia muy próxima

–Alguien viene en dirección hacia acá. No debemos salir– Clow sabía perfectamente quien era.

–¿Por qué vendría a importunarme en noche de Halloween? ¿Es la presencia de un mago pretencioso?– toparse con uno de esa clase, arruinaría su estado de ánimo.

–Estás equivocada Sam, la presencia que siento aproximarse es de un brujo, de hecho son tres.

–¡Qué extraño! A esta hora deberían estar celebrando, no paseando en este mundo.

Samantha acabó de hablar. Se dirigió a la puerta principal a esperar que llegaran, pero unos ruidos en el techo le avisaron que las visitas no usarían la entrada. Descendiendo por la chimenea, aparecieron los tres visitantes.

–¿Mamá, papá? ¿No era mejor utilizar la puerta?– murmuró la muchacha.

–Queríamos recordar los viejos tiempos, en que asustábamos a los mortales en noche de brujas. Era divertido– afirmó Endora sacudiendo el polvo de su vestido de terciopelo.

–Mi pequeña hechicera, queríamos darte una sorpresa– el padre abrazó a su hija– Te extrañé, no imaginaba pasar un Samhain sin ti.

–¿Vinieron para acompañarme a la celebración en el bosque? Y ¿Quién es la mujer que los acompaña?

–Vinimos hasta acá, con los peligros que corremos al abrir un portal, para conversar contigo. Samantha –la madre apuntó a la senil mujer– ella es Agnes, una bruja vidente de las más antiguas y respetadas.

La anciana saludó feliz a la chica, nostálgica observó cuanto había crecido aquella niña que vio en sus premoniciones.

–Un placer conocerla, madame Agnes. Estoy confundida ¿Por qué han traído a la bruja mayor?– Sam intuía una intención oculta en esta visita

–El motivo, es que ha llegado la hora de que te enteres quién eres, y cuál es tu destino– Paris tomó la iniciativa de iniciar la charla que nada sencilla.

–Estás marcada desde tu nacimiento Samantha, has sido señalada para una misión trascendental, tanto para Halltown como el mundo de los mortales.

–Me están asustando– cogió a Clow en sus brazos para calmarse– ¿De qué misión están hablando?

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