Capítulo XV: Halloween.

Samantha.

La visita de Dracus se extendió por dos semanas. Disfruté su compañía un montón, en realidad extrañaba nuestras salidas a volar por la noche o, preparar brebajes juntos utilizando los cuatro elementos esenciales. Pasamos momentos entretenidos, nos sentimos como en Halltown. Lamentablemente, tuvo que marcharse para nuestra tierra, los vampiros nunca están quietos en un mismo sitio, siempre están de aquí para allá.

Ya estamos en octubre, un mes que me genera muchas sensaciones contradictorias; por un lado, adoro que se viene la reunión familiar en Halltown, las brujas nos juntamos en el bosque bajo el resplandor de la luna a esperar el amanecer, mi amuleto vibra e ilumina cuando pienso en el 31 de octubre. En el otro extremo, empieza a circular la mala fama de las brujas, sobre todo en la universidad con sus fiestas de disfraces ¡Qué ganas de rebelar mi identidad frente a todos!, convertiría sus rostros en esas espantosas criaturas.

Las últimas semanas mis sueños están incomprensibles, abro mis ojos en medio de la noche y ese ser oscuro está frente a mi cama vigilándome. Severus flota a mi lado como un guardián, se abre justo en los hechizos de protección contra el mal, pero no soy capaz de articular el hechizo y, de nuevo oigo la voz de Matthew en el vacío llamándome.

Eso me ha tenido intranquila y preocupada, en especial por ser octubre; los seres de la oscuridad saben que todo persona de Halltown se reúne el día 31 en su comunidad, los portales se abren para atravesar a otras dimensiones; obviamente los estos maléficos individuos intentan atravesar las puertas interdimencionales, para invadir y conquistar el mundo al que pertenezco. Tengo la premonición que un hecho importante está a punto de pasar, se relaciona conmigo junto a todas las cosas que me han estado ocultando.

Pese a que a mi falta de sueño, ansiedad y estado de alerta, no he fallado en mis deberes estudiantiles, ante todo responsable para mantener mi puesto de colaborador y mis buenos resultados. Siendo el mes del odioso Halloween, el divo inútil y sus amigos empezaron a promocionar una fiesta de disfraces para toda la faculta, todos los estudiantes están invitados; Cynthia se entusiasma un montón pues ama las fiestas, además la idea de estar cerca de Matthew la animaba.

–Anda Sam, vamos a la fiesta de noche de brujas, podríamos personificar a las brujas de la película "Hocus Pocus" de Disney. No podré disfrutar de la celebración sin ti. Anímate a ir– Cynthia se deprime para tratar de convencerme.

–Ya dije que no me gustan esas fiestas, odio todo lo que se relaciona a esta celebración comercial absurda.

–¿Cómo vas a odiar la noche de brujas? Es una de las mejores celebraciones del año, es una manera de honrar a las mujeres yerbateras que aguardaban la apertura a nuevos portales.

–El Samhain era una auténtica conmemoración, se disfrutaba esperar el amanecer que marcaba el comienzo de la temporada de frío, se bailaba y jugaba alrededor de la hoguera a la luz de la luna, cuidando que esta no se apague – me acuerdo de mi infancia celebrando con mi familia.

–¡Vaya! No sabías que manejabas tanta información del Samhain, como si disfrutaras de esas celebraciones oscuras o, mejor dicho, como si realmente hubieras participado en esos ritos antiguos.

Creo que di demasiada información ¡Diablos! No debí decir eso. Sé que Cynthia es una amiga, más de que me hubiera imaginado, no sé cómo reaccionaría si le confieso que soy una bruja; me da miedo que me juzgue y se aleje de mí, podría decirle toda la verdad de una sola vez, la desconfiada me detiene.

–Conocí a una chica que practica esos ritos, sabes que hay un grupo que todavía los hace la noche del 31 de octubre– sacó una excusa barata para no hacerla sospechar.

Entra al salón el divo y sus amigos descerebrados haciendo escándalo, música a todo volumen, reparten sombreros de fiesta para todos, incluso algunos compañeros comienzan a bailar

–Hola queridos estudiantes de segundo nivel, prepárense todo para nuestra celebración de Halloween, pueden venir todos menos la bruja de la clase– Matt me apunta a mí, todos se ríen del chiste de mal gusto. No digo nada, lo miro en silencio para ver hasta dónde sobrepasa los límites

–No te preocupes chica dark, yo te trajo algo bonito– Jeff saca un sombrero de bruja de una bolsa y lo coloca en mi cabeza– Ya estás lista para ser la bruja de Halloween ¿No es así Matthew?

Todos se están riendo, Cynthia está indignada, me habla para que me defienda, le hago un gesto para que se tranquilice y espere...

–Ya tenemos a la Bruja oficial. Le faltan: nariz deforme, mal genio ya lo tiene, una verruga y la escoba– Matt, cínicamente viene a mí, trata tocar mi cabello pero antes detengo su mano.

–¡Ni lo pienses!– empujo su mano con violencia– Te vas a arrepentir de esto, niñito prepotente.

–Ay, que miedo, ¿vas a aparecer en mis sueños para matarme, como Freddy Kruger?–él y Jeff se ríen.

–No lo había considerado, es una excelente idea.

No aguardé una respuesta, tomé mis carpetas de los artículos de lectura con mi mochila y salí a pasos firmes del aula. Cynthia vino detrás de mi, extendió sus brazos para contenerme; sentía ganas de hacer desaparecer todo, nunca me había sentido tan humillada como en este minuto.

¿Qué clase de hombre es Matthew? Debe tener una afección psiquiátrica serie. Vive en mi casa, usa la misma oficina que yo, le he ayudado en su trabajo en Biblioteca, parece que todo eso se le olvida al estar con sus amigos aquí en la universidad; se ríe de todos los chistes que ellos me dicen, pero cuando estamos solos en casa me observa de manera extraña, que no logro descifrar.

No olvidaré esta "bromita". Ya verá de lo que es capaz de hacer una bruja enojada.

Matthew se quedaría a dormir en casa de John Weston. Fui hasta su habitación, tomé su peine y saqué unos cabellos, Serverus vino al sótano para preparar el hechizo en el caldero, agregué unas yerbas y pócimas y apareció la imagen de ese misógino durmiendo. Mis brujerías dieron resultado, comenzaría el sueño en el que me presentaría en carne y hueso. Debía ir a donde el estaba para adentrarme en su sueño.

La oscuridad de la noche otoñal me facilitaba el vuelo en mi escoba, sentir el viento helado sobre mí era cautivador, no conozco a una sola bruja que odie volar durante la noche. Distingo, desde la altura, la mansión estilo de la Regencia donde vive John, aterrizo en el jardín, muevo mi nariz y aparezco en la habitación donde ambos idiotas duermen.

Es un cuarto amplio, casi del tamaño de mi cocina, están los tres amiguitos durmiendo aquí en medio de un desastre, típico de los hombres.

–¿Samantha?– abre los ojos, estoy sentada en la ventana

–Me dijiste que podía aparecer en tus sueños, aquí me tienes.

–Espera, un minuto estoy soñando, es efecto de la cerveza– se soba los ojos y ya no estoy, cierra los ojos para dormir.

–Aún sigo aquí Matthew Dashwood. No me he ido, simplemente desaparecí– emerjo a través de la pared que está frente a él y lo hago saltar de miedo.

–¿CÓMO LOGRASTE HACER ESO? ¿Eres del diablo?– chilla dominado por el miedo.

–Nada de diablo. Yo soy un a bruja, ese apodo que tú me pusiste, es verdad

Matthew se cubre hasta la cara, puedo percibir cómo entra en pánico

–No sé cómo te metiste aquí, pero te aseguro que las brujas no existen. Seré historiador, solo creo lo que puedo en lo empírico– muestra la cara con los ojos abiertos

–Pobre humano de mente finita, no ves más allá de lo que está frente a ti– me burlo de su incredulidad.

–Partamos que si fueras una "bruja", lucirías diferente, tú te ves... bien– me reposa de pies a cabeza.

–Cierto. Yo debería tener la nariz larga– tomo mi nariz siguiendo la línea de definición, haciendo un hechizo– una verruga justo aquí– toco la punta de mi nariz usando magia– Y todo el rostro deforme.

Muevo mi nariz y completo mi brujería en el rostro del divo. Todo eso que me descubrió lo realicé en su bonito rostro. Le traigo un espejo flotando para que se vea y se levanta de la cama dando vueltas.

–¿QUÉ ME HICISTE? ¡Mi belleza se ha ido! Te voy a matar– viene a mí y me esfumo en humo– ¡No te vayas! No me puedes dejar así.

–Así me describiste tú, como todo en esta ridícula fiesta nos ilustran ¿Acaso te molesta? Ya no te parece divertido– regreso flotando sentada en mi escoba

–Ya. Me sobrepasé, es horrible y terrorífico, te describí como en las películas.

–¿Soy como se muestran en las películas?

–No, eres hermosa, digo no eres fea– mueve las pupilas, nervioso ¡Qué tipo más raro!– Devuélveme mi cara de antes, no pueden verme así, se van a burlar de mí– se pone de rodillas suplicando.

–¿No quieres que se burlen de ti? Entonces ¿Por qué lo haces conmigo, en presencia de tus amigos?– los apunto con el dedo, se convierten con el mismo rostro deforme sin despertar.

–Tú quieres que me disculpe, está bien Samantha, te pido disculpas, solo quítame esto– da vueltas en círculos, mirando sus manos arrojadas y huesudas.

–Aceptaré tu disculpa completa, cuando lo hagas frente a toda la clase, me expusiste en público, te vas a retractar en público. A no ser que desees quedarte así.

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