Algo nuevo

- Bienvenido a casa. - Dice Gabe.

- E-Es hermosa.

- ¿Te gusta? - Pregunto.

¿Acaso no era obvio que le encantaba?

- Me fascina, es la mejor casa del mundo. - Caminaba mirando alrededor asombrado y casi tropieza con un hombre delante de él. - D-Disculpe.

- Pronunció de inmediato y bajo la cabeza en muestra de respeto.

- Buenos días señorito, es un placer conocerlo. Me da mucho gusto verlo.

- Eh? - Levantó la cabeza confundido. - ¿Quién es usted?

- Soy el mayordomo de esta humilde residencia, Patrick, y de ahora en adelante su servidor. - El hombre se inclinó ante el pequeño.

La expresión de Abiel era confusa, no tenía idea de qué significaba esa palabra que el hombre le acaba de decir, ¿Un mayordomo? Sonaba extraño, aunque de repente pasó por su cabeza que varias veces había escuchado a Luc mencionar que ocupaban uno, solo que no recordaba que era. Pensó en preguntar, pero la vergüenza le gano y prefirió guardar silencio.

- Aqui no le debes disculpas a nadie Abiel, siquiera a mi. - Gabe acercó al niño hacía el hombre frente a ellos.

Una vez más Abiel estaba perdido no entendió a que se refiere Gabe cuando le dijo que no debía pedirle disculpas a nadie, Gabe era una de las personas más educadas que había conocido y disculparse al cometer un error era parte de tener educación. Según sus criterios.

- Por favor, acompáñeme. - Sugirió el hombre.

Abiel miró a Gabe esperando su aprobación y al momento sin pensarlo esta aprobación fue dada. Abiel siguió al hombre por el gran salón hasta llegar a una escalera espaciosa, la cual se apresuraron a subir. Al final del corredor los esperaban una parva de criadas acompañadas de un joven, quien estaba colocado al frente de todas las mujeres.

- Buenos días, joven Abiel. - Dijeron todos en conjunto.

- Mi nombre es Nicanor, es un placer conocerlo joven Abiel. - Hizo una reverencia. - De ahora en adelante seré su asistente personal junto a las mujeres detrás de mí. Me encargare de enseñarte todo lo que tiene que saber sobre la mansión; Las personas que residen en ella, las reglas, cada rincón de la mansión incluyendo los salones importantes, los salones a los que nunca deberías entrar, a tus maestros, psicólogos y por supuesto lo importante que es para nosotros tu presencia aquí. - Hizo una pausa para tomar aire. Esperópaciente a que las mujeres se posicionarán y el retiro del mayordomo para continuar. - Por favor siguenos, te mostraremos tu espacio y más adelante, luego de darte un baño y vestirte apropiadamente conocerás a los demás señores de la casa.

Abiel siguió paciente a Nicanor. Detrás de ambos estaban las mujeres. A través del camino el pequeño no dejaba de observar por todos lados los pasillos por los que pasaban. Las pinturas, las paredes, los adornos del lugar, le parecieron muy interesantes.

Al momento de entrar a la habitación fue notorio el hecho de que estaba sorprendido. Si bien había visto muchas habitaciones lujosas, inmensas y con objetos extremadamente extraños e incluso a veces ridículos, solo era capaz de sentir la comodidad que sintió al entrar en esa habitación cuando estaba cerca de Mr. Star.

Lo que lo llevó a pensar que aunque no lo salvó de aquellos psicópatas que se llamaban a sí mismos doctores y científicos, a pesar de eso podría estar aún alrededor de él.

Todos entraron, Nicanor poco a poco le mostró cada parte de su inmensa habitación. La gama de colores de la habitación se componía de blanco, blanco marfil y blanco almendra, en perfecta fusión. Al principio tenía al menos cuatro muebles blancos de un tamaño moderado, en el centro de todo la habitación se encontraba una pequeña mesa. Que acaparaba toda la atención por el hermoso color; Yinmn blue. Haciendo un juego perfecto con las largas cortinas celestes. Ver la luz del sol traspasar por las cortinas, bailar con la iluminación de las lámparas colgantes iluminando toda la habitación era todo un espectáculo.

Claramente Abiel quedó encantado. Continuaron y unos pocos pasos delante se encontraba el dormitorio. Al igual que la habitación anterior su gama de colores eran tres tonos diferentes de blanco; blanco hueso, marfil y humo. Y unos pequeños detalles en dorado. Una gran estructura circular rodeaba la cama, que aparentaba estar levitando ya que nada la sostenia. Una mesita de noche estaba adherida a la estructura circular, con una lámpara sobre esta. Las hermosas cortinas eran completamente blancas. Una lámpara de vidrio gigante colgaba del techo. En definitiva era una vista fascinante y muy clásico.

Todo eso era nuevo para Abiel y por mucho que no quisiera actuar sorprendido, lo estaba.

Tantos lujos y tanta calidez en un solo lugar. Era algo nuevo para él.

Continuaron caminando. Quedó pasmado al momento de ver que comenzaron a subir una escalera, se quedó en shock, no solo porque esperaba que fueran al baño, armario o otra habitación, el hecho de que una sola habitación tuviera no solo escaleras, sino unas tan extensas como las que subía en el momento era realmente nuevo.

Al subir todo se volvía más oscuro, la escalera era una especie de espiral y aunque era bastante larga bajaban y subían, así que no debió de ser muy alta. Al terminar el camino todo justo frente a ellos estaba complemente negro. No era posible ver nada.

- Entra. - Indica Nicanor.

- ¿Q-Que entre? - Estaba confundido con su petición. Solo veía vacío y más vacío. Podría incluso caerse, no parecía haber ningún piso delante de su posición.

- Si, te acompañaria, pero el Señor fue muy estricto con la orden de que nadie mas que tu tenga permitido entrar.

- P-pero, está vacío.

- Te aseguro que si entras no te vas a arrepentir. El Señor jamás te lastimara. Confia en el.

Abiel se aproximo temeroso. Al menos si había un suelo que podía pisar. Todo estaba oscuro, tuvo esperanza al ver algunos rasgos de luz. Camino un poco mas rapido, pero aun era cuidadoso. Mientras más se acercaba el miedo se convertía en emoción. No podía creer lo que estaba frente a sus ojos. Una habitación repleta de estrellas, tenía todas las constelaciones en ella. Todo el sistema solar estaba ahí. Se movía constantemente creando un efecto de realidad aumentada

Los ojos se les llenaron de lágrimas, Gabe había organizado personalmente todas las habitaciones para él. Era sin duda algo fascinante y conmovedor. Que alguien aparte de Star se preocupará realmente por él. Duró unos minutos observando el lugar. Era tan irrealista que quiso tocar algunas estrellas, pero no eran para era posible, no poseían cuerpo físico. Lo que lo sorprendió más. Tenia muchas preguntas, más en ese momento lo esperaban para darle la bienvenida a la familia. Sabía que debía volver pronto.

Volvió al lado de Nicanor. Todos se devolvieron hasta el dormitorio, todos salieron excepto por una de las mujeres que iba a ayudarlo a bañarse y vestirse.

Capítulos
1 Solo Abiel
2 Perspectivas
3 Nadie merece esto
4 ¿Un Niño?
5 Un gran hombre
6 ¿Es esto felicidad?
7 Perplejo
8 Ajustes
9 Cuándo esto se acabe…
10 Veneno para el alma
11 ¿Es tiempo de ser feliz?
12 Algo nuevo
13 Tiempo al tiempo
14 Primera cena
15 Un Alma Rota
16 Como recuperar los trozos
17 Todos debemos crecer
18 Supremos hermanos
19 Es parte de mi vida
20 ¡Que chico tan molesto!
21 Que extraños somos
22 Podríamos ser
23 No quiero dejarte atrás
24 Tal vez solo no quería admitirlo
25 Nuevos sucesos
26 Nunca había estado tan confundido
27 Un lugar maravilloso
28 La mejor forma de dejar ir las cuestiones
29 Solo debí preguntar
30 Un buen comienzo
31 Así fue conocerlo
32 El príncipe travieso
33 Tal vez no todo esta bien
34 Una cita
35 De vuelta a ti
36 Donde te descubrí
37 Como es sentir
38 Castigo por acción
39 Tu vales la pena
40 El día que todo comenzó
41 No se si las cosas puedan ir bien
42 ¡¿Que debo de hacer?!
43 Creando un nuevo amorío
44 Un acosador más
45 Quisiera que fuera una broma
46 ¿Esto es real?
47 No quiero que seas un problema
48 Eres un problema
49 Los días de paz entre la vida y la muerte
50 Una pareja ordinaria
51 La función está a punto de comenzar
52 Así se dicta el día del juicio
53 ¿El principio o el fin?
54 Catástrofe
55 ¿En quien debería confiar?
56 Hora de comenzar
57 Y luego descubres…
58 Que te han traicionado
59 Desearía que no hubieras estado
60 Debo aprender a… Sanar
61 Que doloroso proceso
62 Uno de esos días
63 Un día más…
64 ¿Conociéndome?
65 ¿Y ahora que?
Capítulos

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1
Solo Abiel
2
Perspectivas
3
Nadie merece esto
4
¿Un Niño?
5
Un gran hombre
6
¿Es esto felicidad?
7
Perplejo
8
Ajustes
9
Cuándo esto se acabe…
10
Veneno para el alma
11
¿Es tiempo de ser feliz?
12
Algo nuevo
13
Tiempo al tiempo
14
Primera cena
15
Un Alma Rota
16
Como recuperar los trozos
17
Todos debemos crecer
18
Supremos hermanos
19
Es parte de mi vida
20
¡Que chico tan molesto!
21
Que extraños somos
22
Podríamos ser
23
No quiero dejarte atrás
24
Tal vez solo no quería admitirlo
25
Nuevos sucesos
26
Nunca había estado tan confundido
27
Un lugar maravilloso
28
La mejor forma de dejar ir las cuestiones
29
Solo debí preguntar
30
Un buen comienzo
31
Así fue conocerlo
32
El príncipe travieso
33
Tal vez no todo esta bien
34
Una cita
35
De vuelta a ti
36
Donde te descubrí
37
Como es sentir
38
Castigo por acción
39
Tu vales la pena
40
El día que todo comenzó
41
No se si las cosas puedan ir bien
42
¡¿Que debo de hacer?!
43
Creando un nuevo amorío
44
Un acosador más
45
Quisiera que fuera una broma
46
¿Esto es real?
47
No quiero que seas un problema
48
Eres un problema
49
Los días de paz entre la vida y la muerte
50
Una pareja ordinaria
51
La función está a punto de comenzar
52
Así se dicta el día del juicio
53
¿El principio o el fin?
54
Catástrofe
55
¿En quien debería confiar?
56
Hora de comenzar
57
Y luego descubres…
58
Que te han traicionado
59
Desearía que no hubieras estado
60
Debo aprender a… Sanar
61
Que doloroso proceso
62
Uno de esos días
63
Un día más…
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¿Conociéndome?
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