Perplejo

Abiel entré lágrimas se quedó dormido sobre el Sr. Embani, quien lo llevó a su cama y lo dejo a cargo de Ana.

Luego se dirigió a su oficina y pidió que los doctores en psicología se presentarán a su oficina lo más pronto posible. Tal como pidió, de inmediato se presentó el personal completo. Todos los involucrados en el caso estaban esperando la reacción del director Embani al llámalos a su oficina. Puesto que él nunca llama a nadie a su oficina, siempre pide ver a las personas en una reunión formar. Por lo que todos eran conscientes de que algo muy malo iba a pasar.

- Ya están todos aquí. - Entró a la oficina.

- Pídele a Alondra que entre, por favor. - Ordenó con un suspiro.

Alondra era la encargada del departamento de psicología y psicoanálisis. Al menos en esa investigación. Se encargaba tanto de hablar con él niño como de darle los informes al Señor Embani. Era una mujer muy inteligente y entregada a su trabajo. Era muy buena con los niños también, razón extra por lo que la eligieron para dirigir todo.

La secretaría salió de la oficina y le pidió a la mujer que entrara.

- Buenas tardes mi señor. - Gabe arqueo la ceja al verla.

- Te atreves a decirme mi señor después de lo que hiciste. - Dice muy paciente.

- Usted fue quien dio el permiso para que tomemos la medidas que fueran necesarias. - Le temblaba la voz.

- ¿Cuándo dije que podían torturar al niño? - Se levanta de la silla y camina hacia la chica. - ¿Quieres convertir mi laboratorio en ruinas? - Le gritó tan fuerte que se escuchó a las afueras de la oficina.

- Señor, solo hice lo que se me pidió que hiciera.

- ¿Quien te pidió que lo hicieras? - Se acerca paso a paso a la chica.

- F-fue, - Los nervios no le permitían pronunciar palabra alguna. Trata de retroceder paso a paso con el señor Embani para no estar tan cerca. - fue Julian. - Expuso al fin.

- Bien Alondra. Quiero dejar en claro que mantener al niño encerrado esperando que se fatigue no es algo que hoy a aprobar, nunca. - Le dio unas palmaditas en la cabeza. - Ya puedes salir.

- S-si señor. - Se retiró tan rápido como pudo de la oficina.

- Haz una cita para mañana con Julian. - Le informó a su secretaria. - Y por ahora, hasta nuevo aviso el niño no tendrá más habilitación psicológica.

- Bien. - Dijo una dulce chica desde el fondo.

Las horas pasaron, pronto de volvió de noche y la noche le dio paso al día. Un nuevo día. El señor Embani estaba listo para descargar toda su furia contra Julián, su mano derecha. Había discutido una muy buena estrategia el día anterior para poder hacer al niño recordar, pero nunca hablo sobre encerrar al niño o presionarlo. La única cosa que el señor Embani odia más que el hecho de que le mientan es que arruinen su trabajo. Y Julian se había encargado de hacer ambas.

- Buenos días Gabe. - Entra a la sala de reuniones.

- Buenos días Julián. - Dijo frío.

- ¿Necesitas algo de mi? - Se sentó al otro lado de la gran mesa.

- ¿Por qué lo hiciste? ¿Como te atreves a mentirme?

- No te mentí, todo lo decía en el papel que firmaste. Podría tomar cualquier medida necesaria. - Declaró muy relajado.

- ¡¡Julián!! - Se levantó de la silla en la que se encontraba.

- Escucha Gabe, no se porque tratas de ayudar tanto a ese niño, es solo una investigación más.

- Porque aún a estas alturas de juego no sabemos la razón de la explosión. Tampoco sabemos si siquiera fue el niño quien la causó, lo cual cada día comienza a ser más evidente. No voy a arriesgar a mi personal, mucho menos mi laboratorio solo para obtener resultados más rápidos. Prefiero ser preciso y no estupido y precoz.

- Déjate de estupideces Gabe. El gobierno envió un ultimátum, quieren respuestas y las quieren ya. Para final de año quieren todo, te estoy ayudando.

- ¿A mis espaldas? - Volteó los ojos.

- ¿Dejarías que hiciera lo que fuera necesario para examinar al niño?

Ambos se miraron en silencio por unos segundos.

- Ya te dije que no voy a arriesgarme por una investigación más. Tu mismo lo dijiste, ¿Por qué es tan importante entonces? ¿No es solo otra investigación? - Declaró haciendo énfasis en la última pregunta.

- Si ese niño es un arma biológica, está en las manos de nuestro país. Poder quemar a todo un escuadrón o a todo un ejército en cuestión de segundos en el campo de batalla, sería lo mejor que nos podría pasar. A el gobierno le interesa mucho esa información.

- Parece que te volviste tan ignorante como nuestro gobernador. No importa cuáles sean tus estupidas ideas, debes decirme. Siempre. Este es mi laboratorio y yo decido que se hace o no en el lugar, ¿Entendido? - Lo miró frío y muy serio.

- Como sea. No quiero que luego te arrepientas por no haberme escuchado.

El señor Embani salió de la sala y detrás de él su mano derecha, Julián. Quien ahora estaba enojado con Gabe, para él su jefe había perdido la cabeza. La cosa más estupida que podía hacer la estaba haciendo, atrasar una investigación.

En otro lugar del laboratorio se encontraba Abiel al cuidado de Ana, sumido en sus más profundos sueños

- Buenos días Abiel. - Dice Ana con su dulce y suave voz.

- Umm, buenos días Ana. - Dijo sobre un bostezo.

- Si que te despiertas tarde, ¿Que harás si algún día no estoy?

- Dormiré todo el día y esperare tu llegada. - La mujer rió.

- Vamos a darte un baño, pequeño.

Abiel se apeó de la cama y fue al baño junto a Ana.

- Yo puedo hacerlo solo, Ana. - Sonrió radiante.

- Claro que puedes, ya lo sé. Solo quiero ayudarte.

- Ya soy un niño grande. Puedo hacer muchas cosas solo.

- Esta bien pequeño, estaré afuera. Si me necesitas solo llama. - La mujer salió del baño.

El crío comenzó a cepillar sus dientes y al terminar se adentró en la bañera. Al entrar la temperatura de su cuerpo cambio por completo. El agua estaba un poco caliente para su gusto. Por alguna razón sintió alguna especie de deja vu.

Intento ignorar el sentimiento, pero era casi como si algo tratara de llamarlo. Como si una parte de su vida, de lo que es, le faltará. Estando en la bañera se dio cuenta de que habían muchas cosas que estaban confusas en su mente, no solo lo qué pasó en el bosque, sino muchos otros recuerdos. No eran más que una reminiscencia. Una vaga imagen mental. Y el trataba de descifrar lo que eran. Salió disparado de la bañera directo a la habitación. Apenas seco su cuerpo y se vistió, tomo una hoja y un lápiz e intento dibujar algunas de las imágenes mentales que trataba de recordar. Duró horas y horas intentando descifrar las piezas de su propio rompecabezas, toda la habitación estaba repleta de hojas con dibujos a medias.

Parecía ser que no iba a poder recordar del todo ni un solo de esos escenarios, así que se levantó del suelo para descansar un poco. Súbitamente vió un conjunto de dibujos que le llamaron mucho la atención, parecían seguir una muy extraña frecuencia. Al ver todos los dibujos en conjunto una imagen vino a su mente. Era él hablando con alguien, pero no lograba ver a absolutamente nadie a su alrededor.

Volvió a sentarse sobre su cama e intento pensar en la persona con la que hablaba. Al tiempo recordó que tenía un pequeño tigre, pero no era con su tigre, no podía ser. Esa persona tenía un nombre muy diferente al de su tigre. A pesar de que ni lo recordaba.

De pronto un nombre apareció en sus pensamientos: Mr. Star.

Fue como si una ola de pensamientos invadieran la cabeza del niño. Todos los recuerdos con Mr. Star aparecieron. Tanto fue el impacto que se mareó. Casi se desmayó. De no ser por Ana que lo sostuvo cuándo se desplomó, habría caído desde su cama y de habría golpeado con el piso.

Abiel estaba aturdido. Como si hubiera presenciado la muerte de alguien. Ahora las cosas tenían más sentido. Mr. Star fue quien lo había salvado. Una borrosa imagen hizo presencia en sus pensamientos, del día en que el bosque se quemó, recordaba a un ser majestuoso. Casi no pudo apreciar la figura física del ser, pero la calidez que sintió fue sin duda la misma que sintió aquellas veces cuándo de alguna forma u otra Mr. Star lo ayudaba.

Capítulos
1 Solo Abiel
2 Perspectivas
3 Nadie merece esto
4 ¿Un Niño?
5 Un gran hombre
6 ¿Es esto felicidad?
7 Perplejo
8 Ajustes
9 Cuándo esto se acabe…
10 Veneno para el alma
11 ¿Es tiempo de ser feliz?
12 Algo nuevo
13 Tiempo al tiempo
14 Primera cena
15 Un Alma Rota
16 Como recuperar los trozos
17 Todos debemos crecer
18 Supremos hermanos
19 Es parte de mi vida
20 ¡Que chico tan molesto!
21 Que extraños somos
22 Podríamos ser
23 No quiero dejarte atrás
24 Tal vez solo no quería admitirlo
25 Nuevos sucesos
26 Nunca había estado tan confundido
27 Un lugar maravilloso
28 La mejor forma de dejar ir las cuestiones
29 Solo debí preguntar
30 Un buen comienzo
31 Así fue conocerlo
32 El príncipe travieso
33 Tal vez no todo esta bien
34 Una cita
35 De vuelta a ti
36 Donde te descubrí
37 Como es sentir
38 Castigo por acción
39 Tu vales la pena
40 El día que todo comenzó
41 No se si las cosas puedan ir bien
42 ¡¿Que debo de hacer?!
43 Creando un nuevo amorío
44 Un acosador más
45 Quisiera que fuera una broma
46 ¿Esto es real?
47 No quiero que seas un problema
48 Eres un problema
49 Los días de paz entre la vida y la muerte
50 Una pareja ordinaria
51 La función está a punto de comenzar
52 Así se dicta el día del juicio
53 ¿El principio o el fin?
54 Catástrofe
55 ¿En quien debería confiar?
56 Hora de comenzar
57 Y luego descubres…
58 Que te han traicionado
59 Desearía que no hubieras estado
60 Debo aprender a… Sanar
61 Que doloroso proceso
62 Uno de esos días
63 Un día más…
64 ¿Conociéndome?
65 ¿Y ahora que?
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1
Solo Abiel
2
Perspectivas
3
Nadie merece esto
4
¿Un Niño?
5
Un gran hombre
6
¿Es esto felicidad?
7
Perplejo
8
Ajustes
9
Cuándo esto se acabe…
10
Veneno para el alma
11
¿Es tiempo de ser feliz?
12
Algo nuevo
13
Tiempo al tiempo
14
Primera cena
15
Un Alma Rota
16
Como recuperar los trozos
17
Todos debemos crecer
18
Supremos hermanos
19
Es parte de mi vida
20
¡Que chico tan molesto!
21
Que extraños somos
22
Podríamos ser
23
No quiero dejarte atrás
24
Tal vez solo no quería admitirlo
25
Nuevos sucesos
26
Nunca había estado tan confundido
27
Un lugar maravilloso
28
La mejor forma de dejar ir las cuestiones
29
Solo debí preguntar
30
Un buen comienzo
31
Así fue conocerlo
32
El príncipe travieso
33
Tal vez no todo esta bien
34
Una cita
35
De vuelta a ti
36
Donde te descubrí
37
Como es sentir
38
Castigo por acción
39
Tu vales la pena
40
El día que todo comenzó
41
No se si las cosas puedan ir bien
42
¡¿Que debo de hacer?!
43
Creando un nuevo amorío
44
Un acosador más
45
Quisiera que fuera una broma
46
¿Esto es real?
47
No quiero que seas un problema
48
Eres un problema
49
Los días de paz entre la vida y la muerte
50
Una pareja ordinaria
51
La función está a punto de comenzar
52
Así se dicta el día del juicio
53
¿El principio o el fin?
54
Catástrofe
55
¿En quien debería confiar?
56
Hora de comenzar
57
Y luego descubres…
58
Que te han traicionado
59
Desearía que no hubieras estado
60
Debo aprender a… Sanar
61
Que doloroso proceso
62
Uno de esos días
63
Un día más…
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¿Conociéndome?
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