Capitulo 19

Nara no durmió bien en toda la noche. Al llegar a la empresa no había nadie en el lugar de Vanessa y Chester al parecer aún no había llegado.

Sé preparó mientras se terminaba el café latte que había comprado, disfrutando de la tranquilidad de estar sola.

No duró ni unos minutos, cuando se disponía a llevar unos papeles de regreso a la administración. Esperó la llegada del ascensor que fuera hacia ella hasta que sus ojos se abrieron completamente al ver cuando esté abría sus puertas.

Vanessa tenía arrinconado a Chester, besándolo como si no hubiera un mañana.

Ambos se separaron cuando se dieron cuenta que estaban siendo observados.

A Vanessa no le importó el rostro pálido de su compañera sólo salió del ascensor con la mano tocándose los labios, mientras sonreía.

Por otra parte, Chester quedó quieto sosteniendo la mirada en Nara.

—Deja que te lo explique... Por favor... —dijo casi con una voz temblorosa—.

A pesar de todo, Nara sonrió cómo si no le importara, como si ella tan solo fuera una simple secretaria que vió a su jefe con una empleada.

— Señor... No hay nada que explicar, no se preocupe, guardaré el secreto—.

Chester se sintió apenado. Nara no podía actuar de otra forma para no levantar sospechas, y el no podía tampoco ir a darle una explicación.

Chester salió del ascensor y Nara ni por un segundo quiso estar a su lado. Las puertas empezaban a cerrarse, y Nara solo dejó ver unos ojos hermosos tan claros, a punto de llorar.

Sus ojos se llenaron de lágrimas; algunas ya corrían por su mejilla. Nara detuvo el ascensor y quedó en aquella cápsula de metal intentando no sentir nada, pero era inútil, su sensible corazón ya había salido a asegurar como aquel beso lo había derrotado.

Sé vió de la forma en la que Nara intentaba no verlo antes.

Quería creer que había malinterpretado todo, pero parecía que tanto como Vanessa y Chester lo estaban disfrutando tanto, como si ella sólo fuera un momento, él cuál el le había dicho con tanta seguridad que no pero tampoco le había dado alas de obtener una relación.

Respiró profundo e intentó calmarse.

Cuando volvió a un estado normal, sostuvo la idea de adaptarse a la situación sin que esta la invadiera en el trabajo.

___________

Chester apretaba el bolígrafo con fuerza. Recordó los ojos húmedos de Nara.

«¡Como podía ser tan idiota!» golpeó el puño en la mesa. El día anterior la había afectado con decirle que no estaba dispuesto a tener una relación ¿y hoy ya lo veía con otra? Sé quejó con su lengua. Gritó enseguida a Vanessa, ella sonriendo no paraba de moverse elegante para seducirlo.

—Dígame jefe. —dijo suave—.

—Estas despedida. — dijo seriamente —.

Vanessa abrió los ojos aterrada. El no era el verdadero jefe ¿y podía hacer eso con ella por tan solo un beso?

— Disculpe... ¿Que es lo que dijo?

— Cómo escuchaste, estás despedida. — suspiró— no puedo aceptar este comportamiento tuyo tan libre, empaca tus cosas, te quiero fuera hoy.

Vanessa se sentía humillada. Sé apoyó en el escritorio con ambas manos, enojándose cada vez más.

—¡No puede despedirme!

— Cuidado como me hablas. Soy tu jefe. Puedo hacerlo.

—Ja, ¿solo por un beso?

—¿Acaso yo te pedí que me lo dieras?— Sonrío de lado—.

Vanessa golpeó la mesa furiosa. Nadie la había tratado así nunca, ni siquiera sus padres.

— Sal de aquí, ahora — dijo Chester elevando la voz —.

Al fin en su pensamiento lo comprendía. Salió enfurecida del despacho de su jefe, mientras Nara volvía de nuevo logrando no darle más atención al asunto pero encontrándose como Vanessa se dirigía hacia la escalera y tiraba todos los papeles estando enfurecida.

Nara no entendía lo que estaba pasando.

Vanessa se envolvió en su propia locura. Ahora todo tenía sentido para ella; Nara le había quitado la oportunidad de ganar a un hombre como Chester. Debía de haberla visto como una amenaza en primer lugar pero no le había dado tanta importancia, incluso en aquel día donde sus labios se volvieron muy rojizos al salir del despacho del jefe.

Su plan ya no podía cumplirse. Quería ser la afortunada de tener a un multimillonario comiendo de su mano, pero una chica tan simple como Nara se lo arrebató.

Nara se acercó a Vanessa donde estaba molesta de ira y destrozaba los papeles y archivos en el suelo.

—¿Pero que pasó? — dijo acercándose a Vanessa intentando llamar su atención tocando su hombro—.

Esta la detuvo .

—¡No me toques maldita zorra! ¡Por tu culpa me quedé sin trabajo!

No era la respuesta que Nara quería escuchar.

— ¿Qué?

— No te hagas la estúpida. El idiota de los Thompson y tú, asquerosa gorda, estáis juntos. Por eso te molestó el beso. Y es por eso que él me despidió a mi.

—¿Disculpa? ¿Qué?¿Acaso me estás culpando a mi? ¡Mejor tú deberías de quedarte quieta sin tener que abrir las piernas a cada hombre que se te pasa por delante!— gritó Nara —.

Vanessa le dió una cachetada fuerte.

Nara sintió arder su mejilla mientras quedaba asombrada por lo que Vanessa acababa de hacer.

—Eres una maldita.

— Mira quién habla, la que se acuesta con el jefe por diversión.

Nara explotó. Su enojo subió a tal punto que, sin pensarlo dos veces, agarró los cabellos de Vanessa, intentando arrancarle algunos. Vanessa no se dejó y también agarró los cabellos de Nara.

Ambas se sentían un odio desde el principio en donde comenzaban a dar sus primeros pasos en la empresa.

Vanessa odiaba a Nara por ser una mosquita muerta, y Nara la detestaba por ser tan fácil para ella relacionarse mientras su ego le llegaba hasta los talones.

Chester se acercó rápidamente a separarlas.

—¿¡Sé puede saber qué diablos estáis haciendo!? ¿¿Acaso estáis locas??

Nara apretó los dientes con fuerza, Chester las miraba enojado a ambas.

Chester observó todos los papeles en las escaleras.

— ¿Esto te parece muy maduro de tu parte Vanessa?

Vanessa no le dirigió palabra. Intentó pegarle a Nara en el rostro y Nara se defendió.

Ambas volvieron a tirar arañazos por los aires, y en lo posible Chester intentaba detenerlas.

Hasta que terriblemente, Vanessa agarró del brazo a Nara y sin querer la intentó acercar a ella obligada. Nara se resistió, pero la fuerza de Vanessa hizo que Nara se tropezara y cayera escaleras abajo antes de que Chester pudiera agarrar su brazo para salvarla.

Sé golpeó la cabeza con los escalones, y una abertura aparecía dejando rastro de sangre. Ambos corrieron a socorrerla, pero Nara ya había perdido el conocimiento.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***