Capitulo 15

— ¿Estás .. bien? — dijo con voz temblorosa —.

Chester levantó su mirada.

—¿De enserio me lo preguntas?

Sus ojos eran dos cristales de tierra en donde habían habitado ríos que poco a poco se habían secado por un tornado de fuego.

Chester pasó su mano por la nariz es inclinó la cabeza apoyándola en el sofá. Miró la botella. No le quedaba mucho para que está también se terminara.

Nara silenciosamente se sentó a su lado, creía que tal vez le gritaría pero Chester no dijo nada solo quedó entre los dos un gran silencio hasta que Chester suspiró hondo sin dejar ver la botella.

— Soy una completa mierda.—masculló— Ella me dijo que me amaba y yo le creí; Pero no hizo más que engañarme e ir enseguida a la cama con mi propio progenitor.

Nara abrió los ojos sorprendida. Ahora retumbaba en ella la explicación de porque el señor Erik estaba tan preocupado.

— Me lo dijo como si yo fuera un maldito sin sentimientos. Me lo dijo mientras sostenía ese rostro de tranquilidad, como si no fuera nada. ¿Lo peor? Se casó con mi padre. La mujer que amaba y que le pedí matrimonio, me plantó y se casó con mi padre. Hasta había quedado embarazada de él.

Nara lo observó. Chester tan solo miraba el suelo, mientras daba otro sorbo a la botella.

—Era la mujer que más amé. ¿Porque debo ser yo quien sufra mientras ella está feliz con el? Solo viene y pone en mis manos la bomba apunto de estallar, finjiendo que no saldría herido, o más bien, no importándole.

Chester puso su cabeza en el hombro de Nara. El se quejó mientras ella pensaba en la noche anterior y como aquella mujer rubia se convirtió en el villano del cuento.

— ¿Cómo pudo hacerme esto?

— Estarás mejor, ya... No hay más nada porque preocuparse ya no estás atado al pasado.

— Pero seguiré atado a ellos...—replicó—.

—Corta la comunicación... En primer lugar, tu padre no debía haberlo echo, en segundo lugar, nadie puede obligarte a seguir una relación que ellos mismos traicionaron, desaparece y no vuelvas a llamarlos familia...

— Si desaparezco... ¿Vendrías conmigo?

Nara quedó en silencio pensando si sería buena idea mentirle a un borracho.

— Lo que siento por ti es lo único que me tiende la mano en esta vida.

— Por favor, no hables así. Aún... —tragó saliva — ... Tienes un hermano.

Chester rió.

— No es algo que piense cuando mi vida se me cae a pedazos. Erik nunca me necesitó y yo tampoco necesité de él.

Nara se mordió el labio inferior.

—Dejame necesitarte.

Lo escuchó pronunciar mientras parecía empezar a quedarse dormido.

— Chester... Deberías ir a bañarte.

— Quiero quedarme así contigo.

—Quisiera que fueras a ducharte o a la cama.

—¿Te irás? —chester levantó la cabeza y la miró — Por favor, quédate.

—Chester, debería de volver...

—Por favor, no me dejes.— Chester apoyo su cabeza con la de Nara —.

Ella sabía bien que no era un buen momento de dejarlo solo. Sintió como su respiración empezaba a alterarse, el estaba a su lado, pegado a ella y la miraba con inocencia.

Ella se anticipó a sus labios. A pesar de que en su boca solo iba a encontrar el sabor del alcohol, tocó sus labios con cautela y envolvió serenidad en ellos.

Sus lenguas jugaban al encuentro y dejó su marca mientras el se perdía inconciente en ella.

No era solo dos personas que se atraían, sino que se habían enamorado desde la primera vez como si fueran dos gotas de agua que se unían antes de caer al suelo.

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