Capitulo 13

Desenfrenadamente, Nara sintió el deseo abriéndose finalmente a su disposición.

Vorazmente, el la enloquecía.

Sus manos se arrastraban fácilmente por aquel abdomen tenso.

Contuvo la respiración antes de detenerse y separarse. Los ojos marrones de Chester suplicaban por más.

—¿Que...pasa?

— Yo... — miró hacia abajo — No sé si sea buena idea...

Chester acarició su rostro y se inclinó suavemente para depositar un beso en su cuello. Sus labios presionados sobre la piel de Nara hizo que esta soltara un gemido.

—Olvida todo por un momento...—dijo Chester levantando la mirada hacia sus ojos — ¿No deseas continuar con esto también?

Nara movió la cabeza asintiendo mientras sentía como su parte intima empezaba a caer en llamas.

— No quiero solo sexo de una noche.

—No tengo planeado tener sexo esta noche; si no hacerte el amor. —volvió a besar a Nara esta vez logrando morder su labio inferior —.

Chester volvió a dejar un camino de besos hasta poder besarla en en cuello. Entre jadeos Nara reclamó:

— Vamos a la habitación.

Chester se detuvo por un momento y dejó que Nara se dirigiera a su habitación, pero en el transcurso del camino, un mensaje llegó al teléfono de Chester, un mensaje que lo dejó sin aire.

—Me.. Me tengo que ir—dijo volviendo a abrochar su camisa—.

Nara lo miró perpleja, ¿de verdad la iba a dejar así?

—¿Qué ocurre?¿Algo grave?

—No solo... Tengo que irme, lo siento.

El agarró su saco. Y observó por última vez los ojos almendrados de Nara. Este sonrió.

— Nunca dejo algo a medias. Tu y yo tenemos algo pendiente desde ahora. —y volvió a besarla en modo de disculpa—.

Nara quedó en silencio mientras veía a Chester retirarse por su puerta.

Había querido sentir como era amanecer en los brazos de un hombre que la quisiera, pero no estaba dispuesta a depender de uno por un sentimiento.

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Él teléfono estaba allí avisando lo que más había intentado deshacerse del pasado y ahí sólo estaba el mensaje de Erik dando rienda suelta a todos los sentimientos que habitaban en él.

“Chester, Julieta está allí, por favor no la llames ni siquiera la veas, te contará la verdad ”.

¿De que verdad hablaba?¿ Ya no era de su interés lo que ella había echo o si? La cuestión es que solo quería una explicación por parte de ella, el porque lo había abandonado cuando ambos estaban enamorados.

"¿De que hablas?" Le respondió a su hermano antes de llegar a su coche y salir hacia a su casa.

Sólo haber sabido que Julieta había vuelto durante cinco años de su ida, fue la gota que colmó el vaso la cual era suficiente para dejar a Nara.

Envuelto en un enfadado, no era correcto estar con otra mujer mientras los fantasmas se soltaban en su vida.

Llegó a su casa. Miró su teléfono. No hubo respuesta por parte de Erik, pero si habían dos llamadas perdidas que no había visto, lo cual eran de un número desconocido.

«¿Habrá sido Julieta?» pensó.

Entró en su casa. Los pequeños gatitos le dieron la bienvenida. Pensó en lo imbécil que había actuado después de haberse retirado así de la casa de Nara.

Dejó pasar un momento mientras se estiraba en el sofá.

El teléfono empezó a vibrar. Otra llamada entrante, del mismo número desconocido.

Atendió con nerviosismo. La voz de mujer inundó la línea y su corazón de un horrible recuerdo.

—¿Chester? Soy yo, Julieta.

Quedó en silencio como su tono de voz no se ajustaba a la culpa ni a la decepción. Si no que lo decía de forma tranquila, como si fuera lo más normal del mundo abandonar a la pareja y volver a los cinco años de su partida.

—Que quieres.

— Sé que estás enojado, pero déjame intentar explicarte todo.

—¿Explicarme?- río irónico — Si, me encantaría que me explicaras. ¡Haber que es lo que tenías en mente para dejarme cuando te propuse matrimonio !

—Chester. Perdoname. Pero me enamoré de otra persona. ¿Podríamos vernos? Debemos hablarlo en persona.

Estaba furioso. Y dudaba que eso fuera la verdad.

—Te veo en el restaurante Kesta en media hora—colgó—.

Dicho esto volvió a agarrar las llaves, no sin antes dejar comida a sus habitantes.

Logró llegar al restaurante intentando mantener las emociones bajo control. Se dirigió a una mesa esperando a la mujer que más había arruinado su vida.

Pidió un poco de agua mientras las preguntas rondaban en la primera justificación que le daba, “¿Se había enamorado de otro hombre?” “¿Acaso no le podía decir antes de plantarlo?”

Su puño se cerró rápidamente cuando la vió acercarse. Su vestido, su cabello, su cuerpo, su rostro... Todo era una tentación que quería olvidar.

—Chester. Qué alegría verte.

—Ahorrate las palabras en vano. Si vine aquí es para darte la oportunidad de hablar para que nunca más vuelva a saber de ti. —dijo observando como ella se sentaba en frente de ella —.

— ¿Sientes odio hacia mi?

El se inclinó hacia delante.

— ¿No debería?

Ella aclaró la garganta. Su cabello rubio ceniza se hacía presente con la luz del lugar y empezó a tocarlo suavemente. Ese era su hábito cuando no sabía por donde empezar.

—No tengo tiempo. —dijo con los brazos cruzados observándola — Empieza ya.

Ella tragó saliva.

—Te dije que... Me había enamorado de alguien más...

—Si, felicidades. Espero que sean muy felices los dos juntos.—dijo sarcástico —

—Yo... Lo conocí cuando aún estaba contigo. En ese momento no sabía que hacer, por eso opté por irme.

—¿No tenías pensado decírmelo?

—Estabas muy ocupado pensando en el matrimonio.

—¿ Y esa es una razón ?

—Chester yo... Tenía que pensar en el bebé...

“¿Bebé?” Chester se sorprendió.

—¿Estabas embarazada? ¿Acaso tuviste un bebé que era mío y nunca me contestaste?

—No. Nunca pude cargar a mi bebé... —dijo mirando hacia abajo — lo perdí a la semana. Y ese bebé... No era tuyo.

—¿Me fuiste infiel? —río— porque no me sorprende... ¿Acaso te estabas acostando a mis espaldas con el hombre que decías haberte enamorado?

El teléfono de Chester volvió a vibrar, era una llamada de Erik.

La rechazó y miró a Vanessa, esta no podía mantenerle la mirada.

—¿Eso me viniste a decir? ¿Qué haces cinco años me fuiste infiel? ¿ Vaya, ahora te vienes a preocupar por mí?

— Venía a aclararte que lo que pasó hace 5 años no fue mi intención que pasara... Todo sucedió de esa forma que...

El teléfono volvió a sonar. Era de vuelta la llamada de su hermano menor.

Chester volvió a rechazarlo.

—Sin rodeos. ¿Qué es lo que me quieres decir?

— Estoy casada con el señor Jeffrey Thompson desde hace cinco años —dijo firme — Ese hijo era de tu padre.

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