Capitulo 8

— Como crees..—sonrió— observa a las demás mujeres que hay aquí...— miró alrededor — ¿No ves? Ellas si que son hermosas...

— Solo tengo ojos para una... — dijo Chester observando a Nina seriamente — Que puedo decir... Me siento ofuscado por tu presencia.

Nara se puso nerviosa; quiso quitar la mirada de los ojos de Chester. Este enseguida lo notó.

—Nara por favor, no hagas eso...

—¿Hacer que?

— Querías desviar la mirada, ¿Porque? ¿Te hace sentir mal el estar conmigo?

Ella mordió sus labios intentando responder.

Para Chester fue una mala idea.

Enseguida recordó el sueño que tuvo con Nara y aquellos labios fugaces que habían aparecido. Debía controlarse.

Con prisa, le dió a Nara una vuelta.

—Señor Chester... Yo...¿Deberíamos considerar por terminada la negociación?

— ¿Quieres irte a casa?

— Si no es molestia...

— Pero aún no me respondes... ¿Te hago sentir mal?

Nara quería hablar. No era él.

Sólo que seguía dejándose llevar por las palabras repetitivas de su padre.

¿Cómo el la haría sentir mal? Estaba atada a un miedo llamado por así decirlo "hombres". Pero nunca tenía una oportunidad de que los hombres estuvieran a su lado o quisieran su compañía. Chester empezó a ser el primero. Si. El primer hombre que empezó a obtener todo el miedo que llevaba adentro de ella, solo por hacerle caso.

No quería demostrar lo que su padre decía y por eso acabo por mandar todo su miedo a las manos del.

Era un miedo hacia los hombres, y Chester era uno y todavía, el primero. Observó sus ojos color café que no demostraban atención a nada más que a ella. Sí, se podría decir que era un miedo llamado Chester Sainer.

Nara se apartó de él, confundida.

— Tengo sed, iré a beber algo.

Sin más se dirigió a la barra dejando a Chester sólo en medio del baile.

Nara suspiró.

—¿Qué te sirvo?

Dijo la muchacha.

— ¿Podría ser lo más fuerte que tengas? Necesito aniquilarme lo antes posible...

La mujer sonrió y le entregó en minutos un trago verde.

Nara lo tomó de golpe, haciendo que su garganta ardiera.

—oye tranquila con el tequila, bombón —dijo la mujer —.

—¿Me das otro?

— Como quieras...

Enseguida que volvió a tener el vaso en sus manos, volvió a repetir la misma acción.

— Más por favor.—dijo entregándole el vaso —.

— Tu novio me matará si lo hago...

—¿Novio?...

Nara miró hacia atrás.

Chester la observaba seriamente. Nara giró de vuelta hacia la barra.

—No es mi novio.

La mujer le sirvió otro trago.

—¿Segura? Porque no te ha quitado la vista de encima.

Nara tomó despacio el tercer trago. Ya sentía su cabeza algo mareada, su plan había dado éxito para no pensar mucho.

—¿Que haces?— dijo Chester atrás de ella —.

—Bebiendo.

Nara dió el último trago y volvió a pedir otro.

— No deberías tomar mucho.

— Jefe, no estoy en el trabajo, no lo voy a obedecer.

—¿Jefe? — dijo la mujer asombrada mientras le entregaba otro trago a Nara —.

Chester la observó. La chica sintió la mirada ardiente y se alejó de allí.

— Hey,¿ A donde vas? Vuelve — dió un trago a su bebida— ya se me está por acabar...

—No vas a tomar más — dijo él —.

Nara lo observó. La bebida ya había echo efecto.

—Quiero beber más.

Antes de que Nara se acabara lo que había en su vaso, Chester lo agarró y se acabó el último trago. Se levantó y agarro a Nara por el brazo.

—Suficiente por hoy. Vamos.

— Era mi trago — dijo Nara sin más —.

Los dos salieron de la fiesta.

— Nara, no estás en condiciones de seguir bebiendo.

— Jefe, si me disculpa, no debe de importarle si tomo o no, porque no es de su incumbencia.

Chester quedó en silencio viendo cómo Nara apenas se podía quedar quieta parada.

Chester la llevó hacia su auto, abriéndole la puerta.

—Por favor, entra.

Nara no dijo nada tan solo quedó aguantando su mirada antes de subir. Mientras Chester daba la vuelta y subía al auto, Nara ya hacia con ojos cerrados.

—Nara. Oye.

No tubo respuesta.

Chester suspiró hondo.

Lo mejor era llevarla a casa pero, ¿cual era su departamento? Ella no despertaba y parecía no estar dispuesta para hacerlo.

Chester decidió llevarla a su casa.

Arrancó el auto después de ponerle el cinturón. Este tardó diez minutos en llegar.

Cuando llegó, la observó de vuelta sacándole el cinturón.

—Nara, despierta ya.

Ella solo se quejó.

Este suspiró y salió del auto para ir a sacarla. No le quedaba más opción que llevarla en brazos.

Nara se despertó al momento en que el ya había entrado en la casa y se dirigía a dejarla en la cama de su habitación.

—Chester...—se quejó — Bajame, iré a dormir.

Chester obedeció. Nara quedó observándolo y sin más sostuvo el rostro de Chester entre sus manos y se acercó a sus labios besándolo sin controlarse.

Chester cerró los ojos sorprendido.

Los labios finos de Nara eran dulces, que le daban una experiencia única a él.

Nara bajó las manos hacia su cuello.

Éste llevó sus manos hacia su cintura. El beso se volvía más intenso y pasional.

Entre jadeos, Nara se separó de el.

— Chester, te tengo que tener miedo.

Chester la observó.

Quería saber por qué decía esas cosas pero en el momento en que quiso hablar, Nara se echó para atrás y cayó arriba de la cama, cerrando los ojos.

Chester la observó. Nara se había quedado rápidamente dormida al filo de la cama de Chester. ¿Qué acababa de pasar? Ella lo había besado con locura. Si. Ella. Sus labios al fin hicieron contacto directo y su corazón se aceleró más de la cuenta.

Este se acercó y le sacó los zapatos, acomodandola en la cama. Agarró una cobija del armario y la tapó.

Miró su rostro y alejó su cabello de él. Se veía inocente y tierna. No quería dejar pasar ese momento, no quería dejarla de observar.

—Descansa Nara.—sonrió—.

Contempló sus labios rojos e intentó no caer en la tentación de besarla de vuelta.

Se fue despacio, dejándola sola en su propia habitación.

La noche se volvió corta; Chester no podía dejar de pensar en todo lo que acababa de pasar. No pegó ojo hasta después de las cuatro. El sofá le hacía doler la espalda y la señorita Lenins, la cabeza.

¿A que se refería con que debía tenerle miedo?

Él no era un mal hombre. No iba a hacer nada que ella no quisiera. No sabía a qué venía eso, pero entendió que ella tenía una creencia errónea de él.

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Comments

Lisbeth Valbuena

Lisbeth Valbuena

diosssss si tampoco nara sabe tomar no controlar el alcohol 🤣🤣🤣🤣 Chester pregúntale por qué el miedo a los hombres que fue lo que le decía su padre

2023-03-09

1

🍒CHELI🍒

🍒CHELI🍒

Parece que el tequila le dió valor, Chester déjame decirte que tendrás que emborracharla seguido 🤣😂🤣😂🤣😂

2022-07-31

2

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