Capitulo 11

Ambos ya estaban en sus respectivas casas. Chester se encontraba molesto. Se dirigió a la ducha mientras se deshacía de la ropa. Nara Lenins una vez más le había dicho que no podía estar con el. ¿Cómo era posible?

Él no era lo que ella creía que era. Su vida de hijo de un multimillonario no era en donde el quería etiquetarse para siempre.

El agua caía suave por su cuerpo caliente. El sabía que no era una simple atracción, le gustaba de verdad. Pero no quería estar equivocado. No quería volver a pasar por algo similar al pasado en donde aún se sentían presente los besos de Julieta.

Era interminable. Aún seguía recordándola aunque esta solo era interesada por su estado.

Quería olvidarla de una vez por todas, tal vez por eso se había obsesionado con Nara.

_____________

Nara golpeó la heladera con fuerza. ¿Cómo podía seguir así? Lo mejor que tenía planeado era desaparecer de la vida de Chester. Ella suspiró. Quería estar con alguien normal,no con alguien de una familia tan exitosa. Pero, ¿eso le importaba? Lo que le importaba era oler el comienzo de su presencia como un juguete.

Si, un juguete.

Eso podría ser para el; algo que quería obtener suponiendo que muchas mujeres de clase estarían dispuestas a estar con el.

—¿Te es muy díficil pensar que un hombre así puede gustar tuyo?— se dijo entre dientes —.

Era difícil. Ningún chico antes había gustado de ella. ¿Y ahora resulta que el chico guapo y rico gustaba de ella?¿Aquel que estaba muy por arriba de un pedestal?

No podía ser creíble al menos que el intentara esconder su verdadera identidad de niño malcriado que podía tener todo lo que quisiera. Entonces lo estaba haciendo muy bien. Una actuación increíble que debería ser premiada por muchos Oscars.

Se fijó en el florero mientras cortaba las verduras en pequeños trozos.

Ahí estaba como fiel caballero manteniéndose en pie: El tulipan estaba vivo, dándole color a la vida grisácea de Nara.

Si era una actuación: ¿Debía de fingir tanto?

No quería salir lastimada, pero ese era el aprendizaje el cuál debía aprender para amar.

La alarma sonó a las siete de la madrugada.

Nara salió de la cama y volvió a permitir que lo habitual la tragara.

Iba a actuar con miedo, ella quería seguir haciéndole caso al miedo pues era lo que más conocía. No quería que sucedieran así.

Salió de su casa de trayecto a su trabajo. Esta vez, no se cruzó con Chester así que llegó a la empresa sin problemas.

Unos minutos después de que ella se quitara el abrigo y estuviera en su silla, Vanessa volvió a sonreír mientras el ascensor se abría mostrando al jefe algo serio.

Tal vez el también no tenía muchas ganas de estar allí.

— Buenos días — dijeron al unísono con más entusiasmo de Vanessa que de Nara —.

Chester asintió y antes de entrar al despacho dijo con voz fuerte.

—Señorita Lenins. Venga.

Chester quedó en la puerta antes de cerrarla.

Parecía molesto y Nara se dirigió hacia el un poco nerviosa.

—Si quiere jefe yo ...— la puerta se cerró y Vanessa tubo que tragarse las palabras haciéndola molestar.

Esta apretó los dientes. Su jefe trataba mejor a su compañera.

Chester estaba en silencio.

Dejó el maletín y se sacó la chaqueta poniéndola en la silla, mientras Nara aún seguía al lado de la puerta.

Chester la observó y fue hacia ella.

— Jefe yo... ¿Quiere que le traiga algo?

Sin ninguna dificultad, la besó.

Algo sencillo, rápido, posó sus labios en los de ella.

Era dulce. Nara volvía a sentir aquella sensación de placer que hacía recorrer una energía en todo su cuerpo con tan solo un tacto de su lengua.

Chester se apartó.

—¿Me dirás que no sientes nada como yo? Porque yo, no puedo dejar de pensar en ti.

— Ya lo habíamos... Hablado...— desvió su mirada —.

—Ayudame a tener acceso a ti. Si es por mi apellido, no tienes porqué preocuparte, yo no soy un niño de mis padres como se supondría que sería. Acaso... ¿Sabes a qué me dedicaba?

— Solo sé que... Estaba en Italia.

— Exacto. No vivo como un multimillonario; hace varios años atrás dejé esa vida. La verdad es que me dedico a trabajar en una floristería, y toco un piano en un bar los viernes por la noche.

Nara lo observó detalladamente. No creía que al final él era así; ahora estaba un poco más tranquila, pero mosqueada por su actitud de apenas un momento, ¿Qué pasaría si los vieran?

—Incluso si es así... No puedo salir con usted.

—¿Porque tienes tanto miedo a enamorarte?

Nara sintió una bocanada de aire frío.

Chester siguió hablando.

— No te estoy pidiendo matrimonio. Solo te estoy pidiendo una salida. Si hay oportunidad... Quisiera intentarlo contigo — puso su mano de manera inconciente en su propio cuello—.

—Está bien— afirmó ella — ¿una salida?¿Una cita? Bien. Así puedo demostrarle que no soy ideal para usted.

Nara abrió la puerta y se dirigió a su escritorio. No sé dió cuenta de que sus labios aún estaban rojizos y que Vanessa la observó por detrás de su ordenador.

Nara no podía quitar la idea de haberle dicho que si a su jefe. Pasó todo el día nerviosa mirando la puerta del despacho por si el salía.

El teléfono de Vanessa sonó y la volvió a llevar a la realidad.

Nara se estaba volviendo paranoica.

En su ordenador buscó una escapatoria, algo que la hiciera sentir mejor. Le salió un anuncio, sobre un trabajo diferente, de muy buena paga, en otra empresa. Sospechando que era mentira, hizo click por curiosidad, no se dió cuenta de la serpiente que había a su lado.

— Nara, no puedo creerlo, ¿Quieres cambiar de trabajo?— dijo Vanessa a gritos mirando su ordenador mientras el señor Chester salía de su despacho escuchando la conversación —.

Nina observó cómo Vanessa dejó de observar la pantalla y miró a Chester.

Nina hizo lo mismo y sintió como sus ojos se clavaban en ella de una manera negativa.

Vanessa interfirió sonriéndole a Chester mientras aún seguía con el teléfono en su mano.

—Jefe, el señor Robinson quiere hablar con usted sobre las acciones —dijo entusiasmada—.

—Pasálo al despacho. — dijo y sin más volvió adentro —.

Nara sintió como si él estuviera molesto. ¿Pensaría que lo había echo a causa del?

Lo que había pasado, la aturdió más.

Chester si estaba molesto, pero ella no tenía la culpa.

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Comments

Lisbeth Valbuena

Lisbeth Valbuena

guindo los guantes con esta estúpida de nara, búscate hablar con un psicólogo para ver si te ayuda 😡😡😡

2023-03-09

1

🍒CHELI🍒

🍒CHELI🍒

Hay Nara eres demasiado terca y obstinada.😮‍💨😮‍💨😮‍💨

2022-07-31

1

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