Guadalupe salió tan contenta, que se fue directamente para el hotel a esperar a Ángel, no podía esperar para contarle las buenas noticias que tenía.
También necesitaba verlo, sentía la necesidad de afianzar los sentimientos que tenía por él.
Se sentía tan confundida que necesitaba un poco de seguridad y esa seguridad siempre había sido Ángel.
Le habían dicho, que Ángel y Julia, todavía estaban en la reunión con los ejecutivos. Entonces se le ocurrió que podían almorzar ahí mismo, junto a la piscina del hotel, le vendría bien relajarse en el jacuzzi junto a la pileta y quizás hasta dormir al sol unos minutos.
Lo habían hecho muchas veces, cuando Ángel estaba muy ocupado y eso parecía justamente en esta ocasión.
Había solo un hombre nadando en la piscina, solo veía su silueta desdibujada, bajo el agua, tres niños en la pileta pequeña y dos mujeres, quizás eran sus madres, sentadas al sol, cerca de los niños.
En el sector de jacuzzi no había nadie. Tomó un apoyacabezas, se quitó la salida de baño, e ingreso al jacuzzi. No habían pasado ni dos minutos y el cansancio pudo más y se durmió.
***
Estaba en una bañera antigua, estaba embarazada, pero no estaba sola, estaba recostada sobre el pecho de un hombre que le frotaba con esponjas y jabones, mientras la acariciaba y le hablaba suavemente al oído
Entrelazaba sus dedos con los de ella y con su mano acariciaba el abultado vientre, ese hombre sabía cómo hacer para que deseara más caricias y más atenciones. Sabía como hacer que dejara de pensar para poder respirar, porque de lo contrario irremediablemente se asfixiaría.
Un aroma a jazmín en el agua y luces tenues de velas a los lados. Podía sentir la placentera sensación de identificar cada parte de su cuerpo, cada vez que él la tocaba.
En ese mundo surrealista, no importaba absolutamente nada más que sus cuerpos acariciándose, esa voz ronca al oído que le decía
- Si es niña, se llamará como tú, Elizabeth. Si es niño le pondremos mi nombre.
- Pobre niño, “Jaime” es muy feo amor – le decía ella riéndose.
- ¿Has dicho feo? – le dijo el hombre mientras le hacía cosquillas y le daba vueltas para mirarla a la cara
- No mi amor – contestaba entre risas entrecortadas – dije que era MUY feo
No podía continuar hablando ni riendo, porque unos labios poderosos se adueñaban de su boca. Una lengua tibia se colaba entre sus labios para derretir las últimas resistencias, la inundaba, la sometía con firmeza y determinación.
No era un beso suave..., era uno que quitaba la respiración, que hacía flaquear las rodillas y que nublaba todo razonamiento.
Solo existía esa boca, esa lengua que derrumbaba los obstáculos morales, ese beso sumiso y exigente a la vez, esa piel mojada que clamaba por ser explorada.
Cuando sus bocas se separaron para respirar, ya había comenzado la agonía de extrañarlo y ella le pidió que la besara otra vez y escuchó su voz..., como si fuera a la distancia, que le preguntaba
- ¿Cómo quieres que te bese...? – una voz ronca y sensual
- “Como siempre, un beso largo” – respondió entre temblores -
- Eso sería un problema doctora – le contestó la misma voz.
Su sueño colapsó.
Despertó y lo primero que vio fue el rostro de Gerardo, que la miraba divertido desde el borde del jacuzzi.
- ¿Soñaba conmigo doctora? – Y tratando de dejar de sonreír agregó – no me estoy burlando…, solo preguntaba.
- ¿Cómo se le ocurre? – le contestó furiosa – solo soñaba… y no estaba soñando con usted.
- Doctora solo quiero decirle algo y luego le prometo que me iré y la dejaré sola para que lo piense tranquila – dijo mientras se agachaba para que nadie más lo escuchara – yo también he tenido sueños con usted…, los he tenido desde hace mucho tiempo, bastante antes de conocerla…, - la recorrió con la mirada, le estudió las facciones que comenzaban a ruborizarse y agregó - en realidad cuando la vi en el restaurante el viernes pasado me pareció reconocerla y cuando la volví a encontrar en el boliche… - agregó sonriendo - sentí su turbación e imagino que también sintió la mía… - cerro los ojos como recordando - y luego en el sanatorio, ya no me quedaron dudas que era usted.
Como Guadalupe estaba tratando de asimilar lo que le decía, no pudo emitir ninguna palabra, solo lo miraba con una expresión de terror por lo que estaba diciendo.
¿Él también se había turbado en el boliche…? ¿Él también soñaba con ella…? ¿Era el mismo hombre que la miraba desde el ventanal del restaurante…?
Gerardo notó la turbación, pero reconoció que en esa confusión era cuando podría explicarle lo sucedido y decidió seguir diciéndole lo que estaba pasando entre ellos.
- En mis sueños, usted es Elizabeth, yo soy Jaime, estaba embarazada y no me perdona algo que le hice – continuó completamente serio - No sé por qué estamos soñando lo mismo y seguramente no es la primera vez que lo sueña, por eso se comporta tan raro cuando está conmigo
- Yo nunca le he visto la cara al hombre de mis sueños – le dijo indignada y aterrorizada como nunca.
- Pero sabe que soy yo, - sonrió y un brillo de triunfo brilló en sus ojos por unos instantes - es mi perfume con esencia de maderas y el olor a mis cigarrillos lo que siente, no lo reconoce porque en nuestros sueños se mezcla con alcohol – lo dijo tan callado que apenas Guadalupe pudo escucharlo – me parece que hemos vivido juntos en una vida anterior y ahora nos hemos reencontrado y tal vez Ezequiel es la reencarnación de ese bebe del sueño por eso reacciona únicamente con los dos.
Guadalupe comenzó a sentir que giraba en un torbellino, eran un montón de incoherencias lo que este hombre estaba diciendo, era imposible que algo así sucediese.
Gerardo no dejaba de mirarla con pasión contenida, estaba atento a cada gesto, a cada cambio que su rostro presentaba, sabía que la estaba desarmando mentalmente, ella no podía manejar en este momento más información. Decidió darle un poco más de tiempo.
- Piénselo… si mi teoría es cierta… no podrá huir siempre de mí… tarde o temprano tendremos que estar juntos – y mientras se ponía de pie agregó sonriendo - buenas tardes doctora.
Se retiró hacia el hall del hotel, mientras iba colocándose la salida de baño, llegó a ver su cuerpo, en un short de baño negro, las piernas torneadas, la cintura y cadera más estrechas, la espalda bien definida y ancha. El pecho con los abundantes bellos mojados que desaparecían bajo la cinturilla del short, los músculos abdominales marcados.
Tenía razón, era ese cuerpo con el que había estado soñando estos últimos días. No podía ser… ya no podía tener dudas al respecto.
¿Habían vivido juntos en otra vida…? ¿Estaban destinados a estar juntos de verdad…?
Suspiró profundamente y se recostó nuevamente en el jacuzzi, Se estaba volviendo loca, sin dudas y… Morfam estaba más loco que ella.
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...Cuando nuestros sueños se han cumplido
...
...es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación
...
...y la pobreza de la realidad.
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...Ninon de Lenclos (1620-1705) Cortesana francesa.
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Updated 64 Episodes
Comments
Rumy Blanco
Increíble este capítulo, forman parte de un mismo sueño por separado. Y Ezequiel cómo encaja en esta historia? Apareció de la nada, e invita a seguir leyendo.
2022-11-24
1
Angi Jose
😲😲😲
2022-10-08
1