Tener que obviar los detalles

Guadalupe lo miró, buscando en su expresión si se estaba burlando de ella, pero no encontró nada más que una mirada cálida y un rostro serio.

Ahora tenía la oportunidad de verlo completamente. El cabello le caía rebelde sobre la frente, las cejas eran pobladas y un poco más oscuras que el cabello, las pestañas largas, confirmaba las apreciaciones que había hecho cuando lo vio por primera vez.

Se notaba la tupida barba que estaba naciendo y que le daba un aire descuidado y hasta salvaje. No supo el motivo,, pero sentía una imperiosa necesidad de tocar su rostro comprobar si esa barba era dura como daba a entender la apariencia o, por el contrario, era tersa y suave al tacto. ¿Desde cuándo analizaba las barbas de los hombres? Y de ahí a querer tocarla era mucho para procesar en esos segundos mientras él la miraba.

Llevaba una chomba azul, que se ajustaba a su cuerpo, pero con cierto movimiento. El cuello lo llevaba abierto y resaltaba contra su piel, apenas bronceada. Los vaqueros eran desgastados, roídos en los ruedos y en las rodillas y llevaba unas franciscanas multicolores.

No tenía una imagen de persona seria, más bien parecía un adolescente en el cuerpo de un adulto. Y tenía que reconocer que tampoco tenía la imagen de alguien peligroso.

Guadalupe decidió hacer las paces por el momento, no sabía si con él o con ella misma, pero tenía que dar alguna explicación a su extraño comportamiento.

- En realidad – dijo mirándolo a los ojos – no es culpa suya, solo apareció en un mal día – y pasándole la mano a modo de presentación agregó – le pido que me disculpe… soy Guadalupe Bubans, oncóloga de Ezequiel.

Gerardo miró la mano que le tendía y por unas fracciones de segundo pareció dudar, pero finalmente le aceptó la mano y se la estrechó.

- No fue nada… - dijo con seriedad - Gerardo Morfam, nuevo amigo de Ezequiel.

Las manos se retuvieron más tiempo del necesario, daba la impresión que ninguno de ellos quería ser el que rompiera el contacto. Se hizo un silencio incómodo. Ninguno intentaba siquiera hablar o mirar al otro. Pero de todas maneras el corazón de Guadalupe latía sin ritmo, pero no podía saber que el de Gerardo latía de una manera similar…

Cada uno miraba absorto el vaso de café que tenía en su mano, como si por si solo en la borra del café estuvieran escritas las respuestas a las preguntas que flotaban en el aire.

Fue Gerardo el que rompió el silencio, luego de respirar profundo.

- Disculpe doctora que lo mencione, - dijo como estudiando la situación - pero parece que usted ha estado llorando y si de algo le puedo servir… - sonrió apenas - aunque solo sea para escucharla, sepa que puede contar conmigo.

- ¿Usted… es familiar de Ezequiel? – Dijo Guadalupe de repente con un hilo de esperanza en su voz - ¿Es… su padre?

Gerardo primero se sorprendió y luego solo sonrió lastimosamente, mientras negaba suavemente con la cabeza.

- No doctora, lamentablemente no soy su padre, ni siquiera pariente – dijo y agregó con un tono algo molesto, mirándola a los ojos y acercándose a ella por sobre la mesa - ¿Por eso estaba tan agresiva conmigo? ¿Creía que era un padre cobarde con cargo de conciencia?

- No… - dijo Guadalupe incómoda – No lo sé…, ya le dije que hoy no había sido un buen día…, discúlpeme la falta de tacto, estoy algo cansada – sonrió y agregó – le aseguro que habitualmente no soy la loca lunática que he aparentado ser desde que me vio.

- No hay nada que disculpar doctora, es entendible… en cierto modo, sospecho que estará necesitando a los familiares del niño – y apoyando los antebrazos en el escritorio, se acercó más hacia ella y agregó – no soy de aquí…, estoy por cuestiones médicas “especiales” por decirlo de alguna manera, por simple casualidad terminé en terapia – esbozó una triste sonrisa - vi que era el único niño sin juguete, pregunté, me dijeron que no tenía familiares, fui… le compré el perro y se lo traje. Luego cuando la Doctora Claudia me pidió que siguiera en contacto, – aclaró sonriendo encantadoramente – ahora sospecho que también habrá pensado que era el padre…, me gustó la idea y luego nos presentaron. El resto ya lo conoce.

- La reacción del niño con usted es asombrosa – dijo Guadalupe algo turbada por su cercanía.

- Si… - dijo mientras la miraba con una expresión que Guadalupe no supo interpretar – hoy he causado muchas reacciones extrañas.

Guadalupe no respondió, sabía que lo decía por ella y que si le seguía la corriente, terminarían otra vez peleando o en otra situación incómoda.

No pudo evitar preguntarse ¿este hombre habrá causado un efecto similar en otra mujer…? Porque ciertamente ella nunca se había encontrado con otra persona así como él.

Era carismático y lo sabía… y seguramente lo explotaba cuando quería conseguir algo, como en este preciso momento cuando no podía apartar la mirada de sus ojos. Sentía una atracción difícil de explicar, pero no podía hacer absolutamente nada para evitar acabar estrellada contra ese hombre, era su canto de sirena particular, aunque lo supiera… no lo podría evitar. Notaba hasta el menor de los detalles como se marcaban los músculos de los brazos cuando se apoyó en el escritorio, como resaltaban sus pectorales cuando se distendió en la silla. También había notado que no volvió a examinarla como lo había hecho antes, ahora la miraba exclusivamente a los ojos y tal vez era lo que la volvía más susceptible, ahora era ella la que no dejaba de mirarlo y analizarlo. Era consciente de que era una falta de respeto, pero no podía evitarlo.

Si tan solo no se comportara como una idiota cuando le hablaba, sería mucho más fácil mantener esta conversación, pero aún el sonido de su voz, ya era suficiente para que su cerebro se aletargara y se adormilara como con una suave caricia.

Gerardo notaba su peculiar manera de mirarlo, pero su narcisismo estaba en pleno, disfrutaba cuando veía la mirada de Guadalupe recorriendo sus músculos, hasta podía sentir que lo acariciaba cada vez que lo hacía. Él conocía muy bien su manera de tocarlo y sabía que tan solo un roce podía encenderlo.

Podía entender que para ella era mucha información junta, así que decidió darle tiempo para que procese la información, trató de no volver a provocarla, miraba exclusivamente sus ojos para que supiese que la tomaba en serio, necesitaba conseguir que confiara en él.

- ¿Por eso lloraba… por Ezequiel? – preguntó con voz ronca

- Es difícil explicar – dijo obligándose a mirarlo a los ojos - a veces necesitamos descargar nuestras tensiones y yo soy del tipo depresivo sin dudas, porque lo suelo hacer llorando.

- No creo que sea depresiva… - dijo con una encantadora sonrisa - pero sí que le cuesta tomarse la vida más ligera

- No quiero que mi vida sea ligera… - dijo enfadada

- No me malinterprete doctora – dijo apresurándose – me refiero a que busca lo seguro y que cualquier situación o persona que desbarata el orden de su organizada vida la pone nerviosa ¿o me equivoco?

- En realidad si, se equivoca – dijo ofendida – lo que me pone nerviosa no es lo nuevo… es lo irracional

Miró su reloj, nerviosa, como dando a entender que debía retomar su trabajo. Gerardo entendió el mensaje. Se levantó de la silla, tomó los dos vasos, el de Guadalupe aún tenía un sorbo de café y lo tomó , mirándola directamente.

- Ahora sabré sus secretos doctora Bubans. Nos vemos mañana.

No le dio tiempo de responder, salió y Guadalupe pudo jurar que escuchó una risita mientras cerraba la puerta

“Nos vemos mañana…”, aunque ya se sentía menos nerviosa ante su presencia, o por lo menos eso creía ella, esa promesa de encuentro, escondida en una simple frase de despedida normal, hizo que se le acelerara el pulso y sonriera.

¿Qué estaba pensando? En pocas horas volvía Ángel y todo retornaría a la normalidad.

¿Cómo le contaría a Ángel lo sucedido?, bueno… de última ¿Por qué tendría que contárselo?

¡Guadalupe! – Se reprendió – nunca le has ocultado nada,

Si, -se dijo a sí misma – pero nunca has tenido que contarle que conociste a un tipo que te revoluciona las hormonas, tendrás que obviar los detalles esta vez – terminó aconsejándose.

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...Cuando alguien desea algo debe saber que corre riesgos

...

...y por eso la vida vale la pena.

...

...Paulo Coelho (1947) Escritor brasileño.

...

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Comments

Aracelis León García

Aracelis León García

a el es el que está en terapia por alcoholismo

2024-05-27

1

Rumy Blanco

Rumy Blanco

Guadalupe ni se imagina los cambios que le vienen.

2022-11-24

1

Total
Capítulos
1 Prólogo
2 Primera Parte: El Sueño
3 Vuelve a dormir
4 Violeta
5 Dudas instaladas
6 La confianza
7 La tentación fue más fuerte
8 El mismo hombre
9 Situaciones injustas
10 ¿Un posible padre arrepentido?
11 Segunda Parte: El encuentro
12 Algo en común
13 Me confunde con otra
14 No soy una visita más
15 Comenzar de nuevo
16 Tener que obviar los detalles
17 Ángel regresó
18 No podrá huir siempre de mí
19 Tercera parte: El reconocimiento
20 El enojo de Ángel
21 Lo que no es mío
22 No me gusta como te mira
23 Ojalá sea suficiente
24 Si te elige...
25 Dejarse sucumbir
26 Total desparpajo
27 Haré lo que haga falta
28 No es lo mejor para ella
29 Cuarta Parte: La vida
30 No puedo hacerlo
31 No corras de mí
32 Seguir... o huir
33 El beso de sus sueños
34 Formar parte de ti
35 Necesitamos hablar
36 Aún la tenemos
37 Quinta parte: la conciencia
38 ¿Qué busca usted?
39 Estrategia equivocada
40 Que iluso!!!
41 Imaginarla mía
42 Seré el que tu quieras que sea
43 Declaración de amor
44 La primera de muchas
45 Te la mereces más que yo
46 No quiero que me dejes
47 Tienes que decirle que eres tú
48 Sexta parte: La consciencia
49 Segura de lo que quiero
50 Completamente enamorado de ti
51 Ninguna de tus promesas
52 Tenemos otra oportunidad
53 Tendrán que darme tiempo
54 Aprender a controlar los celos
55 Un margen de confianza
56 Séptima parte: El perdón
57 Elizabeth
58 Solo por un tiempo
59 Las dos fueron para usted
60 Amor y Vida
61 Lo necesité siempre a él
62 Sangre Morfam
63 Epílogo
64 Prólogo de la Segunda Parte
Capítulos

Updated 64 Episodes

1
Prólogo
2
Primera Parte: El Sueño
3
Vuelve a dormir
4
Violeta
5
Dudas instaladas
6
La confianza
7
La tentación fue más fuerte
8
El mismo hombre
9
Situaciones injustas
10
¿Un posible padre arrepentido?
11
Segunda Parte: El encuentro
12
Algo en común
13
Me confunde con otra
14
No soy una visita más
15
Comenzar de nuevo
16
Tener que obviar los detalles
17
Ángel regresó
18
No podrá huir siempre de mí
19
Tercera parte: El reconocimiento
20
El enojo de Ángel
21
Lo que no es mío
22
No me gusta como te mira
23
Ojalá sea suficiente
24
Si te elige...
25
Dejarse sucumbir
26
Total desparpajo
27
Haré lo que haga falta
28
No es lo mejor para ella
29
Cuarta Parte: La vida
30
No puedo hacerlo
31
No corras de mí
32
Seguir... o huir
33
El beso de sus sueños
34
Formar parte de ti
35
Necesitamos hablar
36
Aún la tenemos
37
Quinta parte: la conciencia
38
¿Qué busca usted?
39
Estrategia equivocada
40
Que iluso!!!
41
Imaginarla mía
42
Seré el que tu quieras que sea
43
Declaración de amor
44
La primera de muchas
45
Te la mereces más que yo
46
No quiero que me dejes
47
Tienes que decirle que eres tú
48
Sexta parte: La consciencia
49
Segura de lo que quiero
50
Completamente enamorado de ti
51
Ninguna de tus promesas
52
Tenemos otra oportunidad
53
Tendrán que darme tiempo
54
Aprender a controlar los celos
55
Un margen de confianza
56
Séptima parte: El perdón
57
Elizabeth
58
Solo por un tiempo
59
Las dos fueron para usted
60
Amor y Vida
61
Lo necesité siempre a él
62
Sangre Morfam
63
Epílogo
64
Prólogo de la Segunda Parte

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