Terminó de vestirse, Ángel había llegado y estaba bañándose.
Saldrían como todos los viernes a cenar y luego a bailar, a estar solos y olvidarse de la empresa (Ángel era administrador de una cadena hotelera muy importante, que tenía sucursales en los países limítrofes) y del sanatorio, hasta cierto punto, ya que siempre mantenía abierta la línea telefónica para sus pacientes, pero eso Ángel sabía que no era negociable en cuanto a la intimidad, solo una vez le había reclamado y la respuesta de ella fue: “¿Te gustaría que estuvieras muriendo y que la persona en la que depositaste toda la confianza en que te salve ni siquiera te atienda el teléfono?”. Y el mismo se había dado cuenta de lo que eso significaba. Nunca lo había dimensionado de esa manera, pero era la realidad a la que Guadalupe estaba acostumbrada.
Estaba terminando el verano, pero con un clima subtropical la temperatura era elevada, llevaba un fresco vestido a la rodilla sin mangas de color verde cemento, le sentaba bien el color, contrastaba con el leve bronceado que lograba, ya que solo los fines de semana podía tomar sol y leer, las dos cosas que más lograban relajarla. Como el escote del vestido era reservado, opto por recogerse el cabello en una cola de caballo que hacía que unos mechones rebeldes se soltaran y cayeran sobre su cuello.
Cuando Ángel la vio, silbó con admiración.
- Si no fuera por ese vestido tan moderno, pensaría que retrocedimos en el tiempo – le dio un beso en el cuello y agrego – hermosa!! -
Le pareció raro el comentario, pero luego de la sorpresa inicial dijo ruborizada
- Gracias, también te queda bien esa ropa
Ángel vestía un pantalón de vestir color crema y una camisa azul, que combinaba muy bien con su piel cetrina. Normalmente era del tipo de persona que siempre tenía una sonrisa disponible para los demás, muy pocas veces lo había visto con el ceño fruncido o disgustado y cuando ocurría, rápidamente trataba de cambiar su expresión cuando la veía.
***
Tenían por costumbre, ir a diferentes restaurantes para conocer, pero esta vez, ambos habían tenido un día difícil y optaron por ir a uno que estaba a las afueras de la ciudad, era íntimo, no solía tener muchos clientes los viernes y era improbable que se encontraran con conocidos.
Eligieron una mesa un poco retirada, Guadalupe podía ver solo un par de mesas vacías, Ángel tenía una mejor visión del local, donde había solo dos o tres mesas ocupadas además de la suya.
Nada más entrar al local, Guadalupe sintió que la observaban, miró con disimulo en derredor, pero nadie la estaba mirando, por lo menos no vio a nadie que la mirara.
Trató de serenarse y disfrutar la cena. Ordenaron la comida y pidieron unos cócteles como aperitivo.
Ángel no tomaba alcohol, pero nunca le había molestado que Guadalupe lo hiciera, pidieron un trago típico de la zona que llevaba una combinación de yerba mate, kiwis y frutillas y que se hacía con y sin alcohol, según el gusto del cliente.
- ¿Como fue tu día? pareces cansado – le pregunto Guadalupe cuando el mozo se retiró -
- Además de los problemas habituales, que mayormente no me generan mayores dolores de cabeza, tenemos la hermosa complicación de tener en estos días unos huéspedes especiales por una temporada – dijo con tono irónico
- ¿Huéspedes especiales? ¿Políticos? – pregunto Guadalupe sorprendida por el tono irónico que había empleado - .
- Ojalá fueran políticos – dijo riéndose – Son cantantes de rock – agregó haciendo un gesto de fastidio.
- Entonces era cierto… - viendo la cara de asombro Ángel agrego – Violeta me había pedido que averiguara algo en el sanatorio.
- ¿Y qué tiene que ver el sanatorio? - dijo ángel sin entender
- Es sencillo – comenzó diciendo – Violeta se enteró que el cantante del grupo, no me preguntes como se llama porque no tengo la menor idea, vendría por una supuesta rehabilitación en el sanatorio, me pidió que averiguara, pero en realidad hasta ahora no lo había hecho, Claudia quedó en que me ayudaría a conseguir algo de información para que Violeta no me deje loca, pero con el día que tuve hoy, lo de mi hermana es lo que menos me preocupa – tomó un sorbo de su cóctel y continuó – ahora ya le puedo confirmar la noticia y que van a estar hospedados en tu hotel, por lo que voy a lograr que dirija sus intentos por conseguir información hacia vos – dijo riéndose
- No es gracioso, tener la certeza que mi cuñadita estará dando vueltas por el hotel, si estos rockeros son problemáticos con la prensa y le agregamos la prensa de tu hermana, puedo llegar a tener un infarto la semana que viene por los escándalos – dijo riéndose también.
Mientras continuaba riéndose, fijó la mirada en algún punto detrás de Guadalupe y una mirada que no era muy habitual en él se presentó y tan pronto como lo hizo, se esfumó, mientras le tomaba la mano a Guadalupe y la miraba directo a los ojos.
Guadalupe volvió a sentir que era observada, no podía darse vuelta a mirar, pero estaba casi segura que la persona que la observaba era la misma que Ángel había mirado unos segundos antes.
- ¿Pidieron muchas excentricidades? – preguntó Guadalupe para romper el repentino silencio.
- Curiosamente no las que estamos acostumbrados con los rockeros – dijo lacónicamente, mirando su cóctel.
Cuando Ángel levantó la vista, se encontró con una sonrisa en el rostro de Guadalupe que lo relajó automáticamente, se estaba riendo de él, se había dado cuenta que tenía un admirador y que a Ángel le había dado celos, tontos, pero celos al fin.
Había pasado mucho tiempo que no lo había visto celoso, siempre parecía muy seguro de sí y de la relación que tenían, no sabía quién estaba sentado detrás de ella, pero Guadalupe decidió que no quería saberlo, porque si era un conocido, eso le generaría una situación incómoda cada vez que se vieran, prefería ignorar a quien era capaz de darle celos a su marido, porque así era como ambos se consideraban a pesar de no estar casados legalmente.
Ángel ya relajado y sin soltar la mano de su esposa comenzó a contarle.
- Pidieron el sector más alejado del ala sur, son 4 suites, exigieron reserva absoluta, mayordomía fija, restricción de visitantes, nada de alcohol, ni servicio de acompañantes… tuve que preguntarle al que generó la reserva si yo había entendido mal o si eran verdaderamente rockeros – dijo sonriendo – ahora entiendo el motivo si lo relaciono con la rehabilitación que mencionas.
- Entonces creo que vamos a tener más problemas nosotros que ustedes – dijo Guadalupe, mientras se colocaba la servilleta sobre las piernas, porque el mozo había traído lo que ordenaron.
Continuaron con la cena, si Ángel volvió a mirar al desconocido, lo disimuló muy bien, porque Guadalupe no se dio cuenta.
Cuando salieron del restaurante, aún tenía Guadalupe la molesta sensación de ser observada. Se disponía a subir al coche, pero por una fracción de segundo, la tentación fue más fuerte… y miró hacia el ventanal del restaurante, en el lado de afuera había un hombre fumando que miraba directamente hacia donde se encontraban, no podía verle la cara… en parte por la mano con la que sostenía el cigarrillo y que mantenía rozando su mejilla y en parte por el humo que lo envolvía… era un hombre de gran tamaño, casi abarcaba la altura del ventanal, que tendría que tener unos dos metros de alto estimativamente. Aparentemente no lo conocía. Si fuera conocido algún saludo de cortesía Ángel le hubiera dado, pero debió salir detrás de ellos porque no había nadie afuera cuando ellos salieron
Seguramente era un turista que salió a fumar porque no podía hacerlo dentro del local. Se dijo sacudiendo levemente su cabeza para dejar de imaginarse cosas.
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Updated 64 Episodes
Comments
Aracelis León García
ese es el tipo de los sueños
2024-05-27
1
Angi Jose
que misterio hay aquí!
2022-10-08
1