Voy al baño un momento, pedime mientras una gaseosa – dijo Ángel y se alejó entre la multitud, el humo y las luces tenues.
Ya llevaban más de una hora bailando y apenas se había dado cuenta.
Guadalupe se acercó a la barra y le pidió al cantinero dos gaseosas, pagó y cuando se disponía a dar a vuelta con las botellas en las manos, chocó contra alguien parado detrás de ella
Quedó por unos segundos que parecieron una eternidad, mirando la camisa que se adhería sugerentemente al pecho de un hombre musculoso, que le pasaba unos 20 centímetros o más en altura y que testarudamente no se movía para dejarla pasar.
No podía moverse, pero no sabía cuál era el motivo. Las luces de los reflectores de la pista la cegaban parcialmente y agigantaba aún más el contorno de este hombre.
Era como si quisiera molestarla, con su grande y fuerte pecho cortándole el camino. Su mano le llamo la atención, grande… solo un anillo en su dedo pulgar, unas cuantas pulseras del tipo artesanal de piedras, metales y cuentas, tenía una lata de cerveza abollada, como si se hubiera dispuesto a dejarla sobre la mesa del bar cuando se topó con ella.
También él parecía afectado o solamente estaba esperando que se corriera a un lado. No supo el motivo, pero no se animaba a mirarlo a la cara, prefirió aferrarse a las botellas que llevaba todavía en las manos y pedirle permiso al que estaba al costado de ese hombre.
Podría haber jurado que mientras pasaba a su lado, ese hombre la seguía con la mirada y que sintió que le acariciaban el antebrazo, porque un escalofrío le recorrió desde el brazo hasta la base del cuello y desde allí, se irradió directo a su espalda.
No supo cómo llegó hasta el sector de baños, pero ni bien se encontró con Ángel, se volvió a ver si alguien la seguía.
No había nadie, nadie la miraba, tampoco nadie parecía sospechoso. Seguramente se lo había imaginado, todos estaban o bailando o charlando lo poco que lo permitía el alto volumen de la música.
- ¿Estás bien? Te noto pálida – le dijo Ángel cuando instintivamente Guadalupe se abrazó a él.
- Estoy un poco cansada, hoy hay mucha gente y se siente como saturado el lugar, podríamos ir a caminar un momento – le sugirió tratando de no parecer desesperada por irse del lugar.
- Bien, vamos – dijo ángel pasándole un brazo por sobre los hombros, atrayéndola suavemente hacia él.
Les costó unos minutos salir del lugar, curiosamente había un número elevado de personas que intentaban ingresar al local por la misma puerta que ellos intentaban salir.
Incluso había un auto de la prensa local, aunque ninguno de los dos había visto a algún periodista o fotógrafo en el interior.
¿Quién estaría adentro o por llegar para semejante movilización periodística? Ciertamente, no era algo muy común en el sitio.
Cuando estuvieron afuera, sonrieron aliviados y así abrazados comenzaron a caminar hacia el auto otra vez. Esta vez, ninguno de los dos miró atrás.
***
El fin de semana no hubo ningún suceso nuevo, ningún hombre extraño cerca, ninguna sensación de ser observada.
Llegó a convencerse que todo había sido su imaginación, estaba bastante delirante desde ese sueño tan extraño…
¡¡Eso era!!, el hombre del boliche era el mismo con el que había soñado, la misma silueta aunque eso era imposible.
Era la misma mezcla de aromas, eso fue lo que la detuvo sin poder moverse, conocía su aroma… eso fue lo que la había dejado como en estado de coma farmacológico, era como una alucinación.
¿Qué le estaba pasando? ¿Y desde cuándo el olor a tabaco y alcohol la ponían así?
Tampoco encontró justificación para ello. Se convenció que solo era su imaginación y que el hombre de su sueño, nada tenía que ver con ese maleducado que no le había cedido el paso.
***
Era lunes, Ángel había salido temprano, tenía que viajar a las otras sucursales y regresaría recién el jueves.
Nunca le había importado estar sola, aprovechaba para hacer las cosas que siempre iban quedando de lado, como contestar correspondencia, mirar el correo electrónico, acomodar el placar, reacomodar los muebles…
También le tocaba guardia, eso implicaba que la noche del lunes y la noche del miércoles, lo pasaría en el sanatorio.
Las guardias eran una exigencia para la totalidad de los médicos, independientemente de la especialidad. Si bien su guardia era más pasiva que la del resto de los médicos, aprovechaba para investigar sobre los casos particulares y específicos.
No solía hacer rondas por las salas, excepto cuando algunos de sus pacientes requerían estar unos días mejor controlados.
El sanatorio, era reconocido por la calidad de la atención médica en todas las áreas, especialmente en rehabilitación tanto física como psicológica.
El área de adicciones había sido incorporada unos cinco años atrás, y se mantenía en contacto con diferentes clínicas y centros de atención especializados en adicciones.
Era un ala completa del edificio que permanecía separado del resto, los pacientes podían trasladarse de un lugar a otro sin temor de encontrarse con nadie más que los que compartían la rehabilitación.
Se caracterizaba por la discreción en cuanto a la identidad de los pacientes tratados, especialmente cuando estos fueran famosos, por ello era cada vez más recomendada entre los profesionales, para aquellos que implicaban mucha prensa por la identidad de los pacientes.
Tenía una modalidad muy particular que influían también al momento de la elección, se manejaban para el control de los casos, con teleconferencia satelital, con ello los médicos de cabecera podían continuar monitoreando a sus pacientes aun cuando estuvieran residiendo en el otro lado del país, o se encontraran en cualquier otro lado del mundo.
Este era otro de los motivos por el cual muchos pacientes excéntricos o muchos cuyas familias estaban muy interesadas en continuar el contacto exhaustivo con los profesionales, venían de diferentes puntos del país, incluso la cercanía de la frontera, lo hacía interesante para pacientes de los países limítrofes.
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...Realmente soy un soñador práctico;
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...mis sueños no son bagatelas en el aire.
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...Lo que yo quiero es convertir mis sueños en realidad.
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...Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.
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