Acababa de bajar la vista a los informes que aún no había podido leer, cuando sintió nuevamente que la puerta se abría.
- Holaaaa. – Saludó Claudia con una enorme sonrisa - ¿Tu hermana vino otra vez a molestar a Alfonso?
Claudia Badallares, era la amiga de Guadalupe de toda la vida, se conocieron en Jardín de infantes y desde el primer año, el alfabeto de sus apellidos hizo que tuvieran que sentarse juntas y nunca lo habían lamentado.
Era la persona que más conocía a Guadalupe, conocía sus gustos y sus temores, era la única a la que Guadalupe le permitía entrometerse sin pedir permiso en su vida y era la única que conocía sus debilidades y sus tropezones.
Claudia era delgada pero con formas seductoras, un poco más baja que Guadalupe, de cabellos castaños y unos ojos color miel, que expresaban correctamente la personalidad dulce y tímida y el cariño con el que trataba a sus pequeñitos. Se había especializado en pediatría y no podía haber sido otra cosa, porque los niños tenían una debilidad por ella, hasta se dejaban pinchar con las vacunas si ella lo hacía, porque siempre después de lo feo, aparecía un chupetín de algún bolsillo y un gran y sonoro beso se depositaba en sus cabecitas. Nunca un “Muy bien, te portaste de diez” tenía tanto significado para esos niños como cuando trataban de contener esos grandes lagrimones para sacarse un diez con ella.
Volviendo a la realidad, la miró y sonrió
- Sospecho que sí – dijo Guadalupe con un gesto de resignación – Aunque esta vez me encargó que hiciera unas averiguaciones.
- ¿Averiguaciones? ¿Sobre qué? si se puede saber – preguntó Claudia sorprendida sentándose frente al escritorio -
- Sobre el área de rehabilitación de drogas – dijo Guadalupe secamente-
Claudia abrió grande los ojos e instándola con la mano a continuar con su relato se acomodó mejor -
- Según Violeta, vendría al establecimiento para empezar un tratamiento de rehabilitación, un cantante de una banda de rock del estilo que le gusta a ella, no tengo la menor idea de quién es – dijo Guadalupe – Quiere que averigüe si es cierto la primicia que le pasaron – agregó con un gesto de cansancio – Traté de explicarle que en esos casos se preserva la identidad de los pacientes y que yo no tengo absolutamente ningún motivo profesional como para justificar un interés repentino en las adicciones.
- Huyyy!!!, le pidió el favor a la persona equivocada – dijo riéndose - sé que eres extremadamente correcta en tu accionar profesional pero tampoco es para tanto, no exageres. A nadie le va a parecer fuera de lugar que preguntes y en todo caso eres médica del mismo establecimiento, ¿Por qué no podrías preguntar?
Como Claudia ya conocía los reparos que tenía Guadalupe en cuanto al trato con los demás colegas y como siempre se había sentido un poco interesada por las investigaciones y conseguir información clasificada, le propuso:
- Hagamos esto: yo averiguo lo que pueda al respecto y tú me acompañas a mi recorrido por las salas, ya que hay un niño que ingresó ayer y que me gustaría conocer tu opinión al respecto, pero no lo quiero hacer oficial, para no asustar a sus guardas – dijo Claudia pasándole la mano en señal de concretar el trato -
- ¿Sus guardas? – preguntó dudando -
- Siii, pobrecito, es huérfano, fue abandonado en la vía pública hace 3 meses, tiene alrededor de 3 años, aunque es difícil saber por su deterioro general, apenas habla, no tenemos manera de saber nada de él.- dijo con un nudo en la garganta - La policía en estos 3 meses no ha podido descubrir la identidad de la madre - agregó -
Guadalupe no supo definir si estaba más sorprendida o más horrorizada, al ser oncóloga, se había encontrado con innumerables situaciones de elevada sensibilidad, casos de niños con cáncer, los tratamientos tan abrasivos a los que tenía que someterlos, la fuerza de voluntad que tenían que tener los pacientes y sus familias para poder salir adelante, sin embargo siempre había apostado a reforzar el circulo de familiares para amparar al paciente con cáncer.
No entendía como un ser humano, en especial una madre o un padre podían abandonar a un ser indefenso, era un sentimiento tan fuerte como si hubiera ella misma pasado por una situación semejante, no obstante ni en su familia ni en sus amigos nunca había ocurrido algo así.
Era la primera vez que se enfrentaba a una situación real al respecto. ¿Por qué le pasaban esas cosas a estos seres indefensos? Abandonado en la vía publica… de solo imaginárselo, se le helaba la sangre.
Sin dudas el ser humano era el más despiadado de los animales, en parte también cuando se enteraba de estos casos no podía evitar pensar en ella misma, en los miedos que sentía con la maternidad, de hecho había pospuesto más de una vez la decisión de buscar tener un hijo, no porque considerara que Ángel sería un mal padre, sino porque ella misma tenía dudas sobre su maternidad.
Había mujeres que no habían nacido para ser madres, incluso había mujeres que no querían ser madres y no tenía nada de malo eso, sin embargo para ser sincera, ella quería serlo, pero no estaba segura si sería bueno para el bebé tener una madre como ella.
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