...El destino puede seguir dos caminos para causar nuestra ruina:
...
...rehusarnos el cumplimiento de nuestros deseos
...
...y cumplirlos plenamente.
...
...Henry F. Amiel (1821-1881) Escritor suizo....
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Volvió a soñar con este hombre al que no podía verle la cara, lo reconoció por el mismo aroma, mezcla de madera, tabaco y alcohol.
Esta vez no lloraba, estaban acostados, desnudos, con las caras enfrentadas, en su sueño, a él solo podía verle desde atrás, pero ese cuerpo parecía haber sido sacado de una historia griega, perfecto, musculoso, firme, torneado.
El tipo de cuerpo masculino que logra hacer que las hormonas femeninas aumenten tan solo con mirarlo y era suyo, estaba a su disposición.
No hablaban, parecían estar extasiados, como si recién hubieran hecho el amor y estuvieran recuperándose.
Las respiraciones aún agitadas, los cuerpos temblorosos y húmedos, las piernas lánguidas y sin fuerzas, los ojos brillantes y denotando la más sublime de las pasiones.
Verdaderamente, amaba al hombre que estaba mirando, podía sentir que amaba y conocía cada centímetro de piel de ese cuerpo, conocía cada detalle, cada defecto.
Conocía el efecto que le producían sus caricias, podía sentir como se tensionaban los músculos cuando los acariciaba, cuando los besaba, cuando los lamía.
Conocía el ritmo de los latidos de su corazón y sabía que se acoplaban a los suyos perfectamente. Los había sentido muchas veces contra sus palmas y contra sus senos, los había escuchado infinidad de veces, recostada sobre su pecho.
Conocía su manera de respirar, su aliento, ese leve aroma a menta, que se potenciaba con los jadeos, con los gemidos, cuantas veces había sentido sus gemidos sobre su boca, entre besos de ternuras robados a la pasión.
Conocía como respondía su cuerpo cuando él la acariciaba y la tocaba, cuando esas manos grandes, un poco ásperas y tibias, se ponían en contacto con su piel. Cada poro de su piel parecía cobrar vida propia con su tacto, y ser capaz de absorber parte de la vida y de la esencia de esa mano.
No podía pensar en nada más mientras que esas manos la tocaban, no importaba el lugar donde estuvieran. Estaba segura que en un salón lleno de gente y con el solo hecho de estar tomados de la mano, sería suficiente atracción, como para que todo su cuerpo existiera a través de esa piel en contacto con su mano.
...***
...
Se despertó y todavía estaba embriagada por el éxtasis, comenzó a reír, desde la adolescencia que no tenía sueños eróticos y este había sido sin dudas uno de los mejores que había tenido.
Casi podía continuar percibiendo esas sensaciones, aún sentía las piernas extenuadas, incluso sentía los mismos aromas… ¿Cómo sería vivirlos…?
Bueno, con semejante sueño, ¡tenía que ser un buen día!
Aun sonriendo, fue a ducharse, era miércoles y tenía su segunda guardia, ya faltaba pocas horas para que Ángel volviera, el sueño serviría como afrodisíaco, aunque nunca lo habían necesitado antes. Obviamente, omitiría el detalle que no era el cuerpo de su marido con el que había soñado.
En cierta manera eso la hizo dudar, de sí misma y de su seguridad respecto a Ángel. ¿Desde cuándo soñaba con otros hombres? Nunca había sido lasciva en su vida y desconocía el motivo por el cual ahora comenzaba a darle tanta importancia a unos simples sueños, tampoco nunca había sentido la necesidad de ser infiel a ninguno de sus novios ni mucho menos a Ángel.
Aunque en su defensa tenía que aclarar que tampoco había conocido un cuerpo como el de sus sueños, así que teóricamente tampoco estaba siendo infiel en su pensamiento.
Comenzó a reírse de sí misma y de sus ocurrencias… No había apostado a defenderse diciendo que en realidad no era su tipo de hombre o que en realidad no le gustaba la situación planteada en el sueño, simplemente su defensa se basaba en que no conocía un hombre así…
¿Y si llegaba a conocer un cuerpo como ese…? ¿Qué pasaría si un día se cruzaba con alguien como el hombre de sus sueños? Conociéndose no pasaría nada, porque podría ser que un hombre así le gustara a ella, pero ella no era del tipo de mujer que estos hombres buscan, era reservada y estos hombres tan llamativos eran como pavos reales y les gustaban mostrarse con bellezas del estilo de su hermana. Ella era muy insignificante.
...***
...
Se habían puesto de acuerdo con Claudia, que era su pediatra y con el terapista que iniciarían un trabajo de estimulación fuera de lo convencional con Ezequiel, incluyendo a otros profesionales como fonoaudiólogos.
A la rutina de movilización de miembros habituales, agregarían estimulación auditiva, hablarle, cantarle, ponerle música, leerle cuentos, en forma sistemática y progresiva, para ver si lograban mejores resultados.
También habían puesto sobre aviso a enfermería que si aparecía nuevamente el señor Gerardo Morfam, le dijeran que querían hablar con él y que acudiera a cualquiera de ellos.
Pero pasaron dos días y no había habido noticias del hombre. Tal vez ya no vendría. Tal vez solo había estado de paso visitando a otro enfermo.
Guadalupe rearmó sus consultas para disponer de tiempo para leerle cuentos a Ezequiel, cada mañana a primera hora, ella comenzaría la estimulación.
Cuando llegó junto a su cama, el perro estaba otra vez a sus pies.
- Hola amigo, tienes que venir más cerca para ayudarme – dijo colocándole el perro entre los brazos de Ezequiel. – Hola Ezequiel, ¿Cómo estás hoy? Hoy comenzaremos con un cuento, te traje “Hanzel y Gretel”, habla sobre dos niños que no podían encontrar el camino a casa, algo similar pasa contigo, no estás pudiendo regresar y vamos a ayudarte para que con los sonidos, encuentres la manera de volver.
Guadalupe se acomodó en una silla y le tomó una manito a Ezequiel.
- Si te gusta lo que digo, solo tienes que apretarme la mano – dijo y comenzó con el cuento.
Terminó el cuento, pero no noto ningún movimiento en Ezequiel. Tenía muchas esperanzas en que lograría algún tipo de respuesta, pero no fue así.
¿Cómo hacer que un niño tan pequeño, que ya había conocido el abandono, pudiera confiar en unos desconocidos…?
Desilusionada, caminaba rápidamente hacia su consultorio, llegaba tarde, cuando se cruzó con Claudia.
- ¡Buenas noticias!, apareció el famoso Gerardo Morfam, está dispuesto a ayudar, irá al mediodía a verlo – y atropelladamente agregó – tengo más cosas interesantes sobre el tipo – dijo haciendo énfasis en cosas interesantes - pero hablamos después.
- Me alegra, nos vemos en la confitería para almorzar – le dijo Guadalupe – tengo pacientes hasta las 13:30 seguro.
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...No rechaces tus sueños. ...
...¿Sin la ilusión el mundo qué sería?
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...Ramón de Campoamor (1817-1901) Poeta español.
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Comments
Ana Navarro
que interesante, me.encanta que pongas citas de más autores
2023-12-17
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