Egoísmo

Los amigos de Veikko sintieron que fueron torturados por la pareja

—¿No me trajiste nada? —preguntó Glen a su Omega.

—Mi presencia —respondió Shelley—, agradece que me levantará temprano un domingo.

Glen sonrió conociendo lo gruñón que era su Omega. —Gracias por venir —dijo el Alfa antes de besarlo.

Los demás chicos fueron doblemente torturados.

—Entrenador, estás parejas estás matando nuestro espíritu —dijo uno de los Betas riendo.

—Es cierto, entrenador, mi Omega me dijo que no vendría a este lugar incluso si rompía con ella.

—No sean llorones —dijo el entrenador—, dejen que nuestros mejores jugadores obtengan energías.

—Ya que estoy aquí más te vale ganar porque no vine en vano ㅡamenazó Shelley a Glen antes de irse con Gomer.

Todos abuchearon a los Alfas que estaban atontados luego de la rápida visita de sus Omegas.

Agostinho era suplente en el equipo y no tenía mucho trato con los chicos se sorprendió por lo unidos que eran.

Cuando presenció la escena de Veikko y Gomer sintió celos de Veikko. Celoso de que el nunca tuvo nada de eso. Celoso de que Veikko tuviera una vida tan buena.

Shelley y Veikko llegaron a las gradas de visitantes nuevamente a base de indicaciones.

Los Omegas se sentaron lo suficiente cerca para ver a los chicos y lo suficiente lejos para ver toda la cancha.

—Shelley, voy al baño —dijo Gomer levantándose.

—¿Quieres que te acompañe? —preguntó Shelley.

—No es necesario —dijo el Omega—, solo será un momento. —Gomer vió que cada vez había más gente—. Cuida nuestros lugares.

Shelley sonrió ligeramente y dijo—: Vale, te espero.

No paso mucho tiempo cuando empezaron a salir los jugadores de los dos institutos.

Al salir Veikko no vió a Gomer y eso le extrañó. Miró a Shelley y en señas le preguntó por Gomer.

Shelley solo módulo una sola palabra—: Baño.

Veikko se relajó un poco pero se sentía intranquilo.

Shelley al notar que Gomer no aparecía fue a buscarlo al baño y no lo encontró. Estaba saliendo del baño cuando notó el celular del Omega.

"Gomer jamás dejaría sus celular, desde que Veikko se lo regaló lo cuida demasiado", pensó Shelley.

Shelley corrió lo más cerca de Veikko aunque el alambrado no lo dejaba ingresar.

—¡Veikko! —gritó con toda su fuerza Shelley.

Veikko escuchó la voz de Shelley y al verlo supo que algo malo había pasado con Gomer. Salió corriendo de la cancha seguido de Agostinho y Glen que había notado la mirada de desesperación de Shelley.

Veikko corrió por su celular y abrió la aplicación del reloj de Gomer.

—¿Qué haces? —preguntó Agostinho.

—Gomer tiene un reloj que lo rastrea y me avisa cuando su ritmo cardíaco se dispara.

No termino de decir eso Veikko salió corriendo con una dirección fija, pronto se encontraron frente aún edificio de tres pisos.

—Está aquí —dijo Veikko.

...Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω...

Gomer se encontraba en el baño lavando sus manos cuando entraron dos chicos y se lo llevaron a la fuerza.

El Omega lucho pero uno de ellos lo golpeó en la cabeza y lo dejo atontado.

Ahora sé encontraba en una terraza ya más conciente. Al llegar a la terraza el Omega se encontró con un hombre más.

Gomer no se rendía y forcejeaba con las bestias con toda la fuerza que poseía. —¡Sueltenme! ¡Por favor! ¡No me hagan daño! No les he hecho nada.

Los tres Betas tenían sujeto fuertemente al Omega y sin escapatoria aparente.

Uno de ellos le sostenía los brazos mientras el otro las piernas pero el que más miedo le daba era el más alto.

El Beta que parecía ser el que daba las órdenes murmuró con malicia—: Hoy aprenderás para que existe realmente un Omega, hoy verás tu verdadera naturaleza de zorro.

El Beta sujeto la barbilla del pequeño con fuerza obligándolo a gritar. Luego metió una pastilla a la fuerza en su boca que obligó a tragar cubriendo su boca y nariz con su mano.

Después ordenó que lo soltaran para ver cuánto duraba antes de que la pastilla hiciera efecto.

El Omega corrió hasta la puerta de la terraza, trató de abrirla pero estaba cerrada con llave.

Gritó por ayuda con fuerza y aporreó la puerta pero era imposible. Araño la puerta con fuerza lastimando sus dedos y uñas. Se escuchó el tintineo de unas llaves. Gomer volteo viendo que el Beta líder tenía en sus manos las llaves de la puerta.

—Si eres lo suficiente complaciente puedo ayudarte a salir de aquí —dijo el Beta líder con lujuria en sus ojos—. Solo tienes que complacerme con es cuerpo tan ardiente que posees.

Gomer los miró con una mirada quebrada pero determinada. —Prefiero morir antes que dejar que tus sucias manos me toquen.

El Omega se desespero más cuando vio que los Betas se acercaban con prisa hacia él, corrió unos centímetros más queriendo llegar al borde la terraza pero sus piernas se debilitaron completamente de pronto y cayó al suelo.

Reaccionó rápidamente la notar que estaba cayendo por lo cuál puso sus brazos para no lastimarse lo que provocó que el reloj que Veikko le había dado se rompiera.

Gomer se sentía acalorado y que su cuerpo ardía. Nunca se había sentido así. Sentía que en cualquier momento explotaría como una bomba que arrasa todo a su paso. Sentía que necesitaba a su Alfa. Necesitaba a Veikko.

El Beta líder se acercó como un cazador al Omega. —Pequeño Omega... no puedes escapar.

—¡Por favor... déjenme ir! —sollozó Gomer cuando lo arrastraron nuevamente hacia una esquina— ¡Veikko! ¡Sálvame! ¡Veikko!

Los Betas soltaron carcajadas y risas burlonas. Cada uno dijo algo hiriente hacia el Omega.

—Él no va a venir.

—Él no puede salvarte.

El Omega hizo caso omiso a sus palabras hirientes. Sabía que Veikko lo salvaría. —¡Veikko! ¡Veikko!

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play