Egoísmo

Agostinho la miró como si fuera estúpida. —No creo que tu plan funcione, esto solo los unirá más.

Lorreta sonrió de costado. —Tu padre se negara a qué Gomer sea parte de su familia si fue mancillado —dijo segura de que Irving Farkas jamás permitiría tal deshonra en su familia.

Agostinho se preguntó cómo es que esa mujer tan estúpida es su destinada. —No creo que mi padre...

—Yo conozco mejor a tu padre —interrumpió Lorreta—, el solo quiere la perfección para sus hijos.

"Realmente tienes un concepto de mi padre bastante errado, más del que yo tenía", pensó Agostinho Farkas.

Agostinho solo suspiró rendido. —¿Ya tienes algo armado?

—El día del partido dos alumnos del otro instituto van a secuestrar a Gomer y se lo llevarán al almacén deportivo para tomarlo entre los dos —relató la joven como si hablara del clima.

—¿Donde entro yo?

—Tu llevarás a Veikko ahí con alguna escusa para que presencié el final del hecho —dijo Lorreta elevando su sonrisa—. Además tienes que contratar a los chicos.

—Siento que este plan tiene muchos baches —dijo el Alfa para nada convencido del plan.

—Se lo que hago ㅡdijo Lorreta con altanería—. Ya tengo el contacto de ellos, son escoria.

—Está bien —cedió Agostinho— pero no sería más fácil que tú los contactaras.

—No, cuando Veikko vea lo que le pasó a su protegido automáticamente me culpara y tu padre investigará si he tenido algún extraño movimiento en mis cuentas bancarias y si me he contactado con los del otro instituto.

—Te estás lavando las manos y dejando que yo sea el culpable.

—Nunca sospecharan de tí, no tienes nada contra ese Omega.

En la mente de Lorreta el plan era perfecto para vengarse de Gomer.

—Voy a seguir tu estúpido plan solo porque quiero ver una expresión de tristeza en el rostro de Veikko —dijo el Alfa saliendo del lugar.

"Lorreta va ser divertido ver tu expresión cuando nada salga como quieres", pensó Agostinho Farkas.

...Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω...

El domingo Gomer se levantó temprano. Empezó por lavarse los dientes, luego ordenó todo su dormitorio y empezó a preparar varios bocadillos saludables que metió en tuppers para llevar a los compañeros de Veikko.

Luego se vistió, se puso la remera que utilizaba Veikko en el equipo. Es toda dorada, el emblema del instituto y los detalles son rojos. Contrario al uniforme escolar que es roja con detalles dorados.

El Omega tomó su celular y llamo a Shelley.

—Hola —respondió Shelley algo dormido.

—¿Estás en camino? —dijo Gomer conteniendo su risa. Sabía que no iba a levantarse temprano por eso lo llamaba siempre con un hora de antelación.

—Eh... —murmuró Shelley cayendo de la cama—, Sí, si, me alistó y voy.

Gomer sonrió. Shelley jamás cambiaría. El Omega se siguió vistiendo. Se puso un short negro que la remera cubria ya que Veikko le llevaba quince centímetros de diferencia, optó por combinar su atuendo con unas medias bucaneras negras y unas zapatillas doradas.

Su maquillaje fue bastante ligero pero escribió VF en su mejilla derecha y 10 en su izquierda.

Tomó sus cosas y salió a la entrada del instituto esperando por Shelley.

Shelley llegó justo a tiempo. Gomer subió al auto del Omega mayor y se emprendieron hacia el instituto Fernández.

—Que lindo Omega encontré —dijo Shelley admirando a su amigo.

—Al parecer hoy Veikko se me va a declarar —dijo con una sonrisa de oreja a oreja Gomer.

—Ya se estaba tardando —dijo Shelley.

—A veces toma muy enserio lo que digo —dijo Gomer mirando el camino—, pero eso demuestra que me valora mucho.

—Solo por eso te entrego —dijo el Omega mayor parando en la luz roja y abrazando al pequeño—, papi se siente tan triste.

—Hey, sólo nos llevamos dos años —dijo Gomer haciendo un puchero—. La luz está verde.

—Cuando te vi por primera vez eras tan pequeño que te adopté como mi hijo.

—No te burles de mí, no puedes comparar mi 160 centímetros con 177 centímetros.

—Has crecido, cuando te conocí estabas por los 80 centímetros y yo por el metro.

—Éramos tan niños, no puedo creer que este año nos graduamos.

—Los años pasan rápido ¿Ya aceptaron tu beca para la universidad Farkas?

—Si, lo trámites ya están listos. En vacaciones de invierno tengo que anotarme en la carrera que quiero elegir.

—También me aceptaron, sin beca obviamente. Creo que estaremos la mayoría del nuestro curso.

—Los Farkas son los únicos que otorgan becas Omega —dijo Gomer viendo cómo las calles se iban deteriorando a medida que avanzaban.

—Ciertamente, una vez que ingresamos a Farkas estamos completamente protegidos por la ley —dijo Shelley agradeciendo a los Farkas—. Nadie puede tocarnos sin tener represalias.

Gomer quedó sumido en sus pensamientos. —A veces me preguntó cómo sería mi vida si nunca me hubiesen abandonado fuera del instituto Farkas.

—Con tu IQ hubieses...

—Fueron del instituto existe un mundo duro para los Omega... —murmuró Gomer cada vez más metido en esa idea.

"¿Cómo hubiera sido su vida sin la protección de los Farkas? ¿Seguiría con vida? ¿Sería vendido a otro tipo de lugar? ¿Sería una mascota?", pensó Gomer Ramé.

—No pienses en ello, no importa el pasado o el futuro, vive tu vida ahora —dijo Shelley—. Eres feliz junto a nosotros ahora, eso es lo que importa.

—Tienes razón —murmuró volviendo de sus pensamientos Gomer.

En poco tiempo llegaron al lugar. El lugar parecía bastante deteriorado. No se comparaba a las instalaciones del instituto Farkas.

Los Omegas ingresaron al lugar y mediante indicaciones llegaron donde se vestían los chicos. No notaron que dos Betas los seguían a corta distancia.

—Veikko —dijo Gomer cuando lo vio. Éste estaba sin remera.

—Cariño —dijo Veikko corriendo con prisa para cubrir su vista a los demás chicos.

—Les traje un aperitivo para después del partido —dijo Gomer mientras entregaba los tuppers a Veikko.

—¡Genial! ¡Nos encanta tu comida! —exclamaron los compañeros de Veikko. Uno de ellos tomó los tuppers de las manos de Veikko.

—Gracias —dijo Veikko sonriendo de oreja a oreja.

—Suerte —dijo el Omega y le dió un ligero beso a Veikko.

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