Egoísmo

Luego Gomer ayudó a arropar a Kerry y le leyó un cuento. El pequeño Kerry durmió rápidamente por el día movido que había tenido.

Gomer salió de la habitación de Kerry. —Serías un papi muy dulce —dijo Veikko sentado a un costado de la puerta.

—Y tú un padre muy chismoso —dijo el Omega con los ojos entrecerrados.

Veikko se paró y siguió a Gomer. A mitad de camino notó que la ropa del Omega era muy ajustada para dormir y de paso vió la redondes de su trasero.

Gomer se volteo para decirle algo a Veikko y notó a dónde dirigía su mirada.

—Ahora que no tienes un compromiso de por medio ¿Vas a empezar actuar como un promiscuo?

Veikko levantó la vista encontradose con los grises del Omega.

—Solo tengo ojos para ti —dijo el Alfa acercándose a Gomer y abrazándolo. Este lo golpeó en el estómago y salió disparado.

"¿Por qué tengo el corazón tan agitado y la cara tan caliente?", pensó Gomer Ramé.

Después de que Gomer llegará a la habitación que Jonás le indicó, se metió a bañar. Cuando terminó escuchó que la puerta era tocada. Se puso la bata toalla y abrió. Se encontró a Veikko, que tenía una pequeña muda de ropa en sus manos.

—Tu ropa es ajustada para que dormir —dijo Veikko entrando a la habitación.

Gomer se avergonzó, había malentendido al Alfa. —Gracias... Pensé que estabas...

—Oh, si lo estaba haciendo pero empecé por notar que sería incómoda tu ropa —dijo Veikko sin vergüenza—. Luego tú lindo trasero me cautivó.

Gomer solo sacudió la cabeza y rió. Dejo ir la situación. Entro al baño a ponerse lo que trajo Veikko. Era una remera blanca bastante amplía, unas medias y unos bóxers.

Solo se puso la remera ya que tenía sus propios bóxers y no tenía frío para para medias. Salió del baño y encontró a Veikko acostado y arropado con los acolchados.

—¿Qué crees que haces? —dijo el Omega mirando fijamente a Veikko.

—Quiero charlar y tengo frío —dijo con simplicidad el Alfa.

—Hoy estás realmente intenso —murmuró Gomer entrando entre los acolchados.

—Me gustas... —soltó Veikko de pronto.

Gomer se quedó congelado. No sabía que responder. Sabía que en algún momento pasaría pero no esperaba que precisamente en ese momento.

—No —volvió a hablar el Alfa—, es más que eso... Te amo

Gomer se recompuso. —Tu compromiso...

—Está roto —interrumpió Veikko.

—Ella... ¿Ella sabe que está roto?

—Aún no —dijo el Alfa recordando la conversación de los Omegas.

—Cuando se lo digas directamente y me declares tus sentimientos como se debe, hablamos de nuestro futuro juntos.

—¿Tengo una oportunidad? —dijo Veikko vulnerable mirando al Omega como si fuera a punto de ser abandonado.

Gomer lo tomo de las manos y le dijo—: Veikko eres el único en que puedo pensar si alguien me pregunta por mi compañero de vida.

—Tu destino...

—No ha aparecido en estos quince años o está muerto o todavía no nace y sinceramente no pienso enlazarme a un niño —aseguró Gomer—. Aunque tú no estás muy lejos de serlo.

—Aún así me amas —respondió Veikko con el mismo entusiasmo de siempre.

—Ciertamente lo hago pero ve a dormir a tu habitación —dijo Gomer algo sonrojado.

Veikko se acercó a Gomer y le dió un beso en la frente. —Buenas noches, futuro novio.

Veikko salió de habitación dejando a un Gomer eufórico. El joven Omega saltó de alegría en su cama.

Al día siguiente después de desayunar Gomer partió a su dormitorio.

Veikko trato de hablar con Lorreta en toda la semana pero ella lo evitaba.

"Supongo que hasta que no empiecen las clases no voy a poder hablar con ella. Que fastidio, quería iniciar el año lectivo con Gomer como mi pareja", pensó Veikko Farkas.

...Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω...

Veikko y Agostinho se habían complementado bastante bien.

Gomer no tuvo mucho trato con Agostinho porque quería ponerse al día con los temas de la clase ya que el salto dos grados. Este era el último año en el instituto Farkas.

Por fin llegó el día de clases.

Veikko llegó temprano para encontrase con Lorreta. Apenas vió a una rubia de ojos azules, la tomó del brazo y la llevo a un salón vacío.

—Hola Veikko —dijo Lorreta tratando de salir de ahí—, las clases están por empezar.

—Tenemos que hablar Lorreta —dijo serio Veikko.

—Sé lo que quieres decir —dijo Lorreta con voz extremadamente dulce—. No te preocupes, lo voy arreglar.

—No, Lorreta —dijo el Alfa con determinación—. No voy casarme contigo en el futuro.

—¿Por qué? —murmuró la aparente Omega con tristeza.

—Sabés mejor que nadie por quién —dijo el Alfa mirando fijamente a la joven.

—Tu padre no lo acepta... —dijo Lorreta con intención.

—Me dió su permiso —informó Veikko con alegría.

—El destino de Gomer...

—Pasaron quince años —respondió Veikko.

—Gomer podría no amar...

—Me dijo que solo ve un futuro a mi lado —dijo el joven acabando con las escusas de Lorreta—. Todo nuestros obstáculos desparecieron.

—¡No puedes hacerme ésto! —gritó con desesperación la joven.

—Lorreta siempre fui sincero contigo —dijo Veikko mirándola fijamente—. Te dijo que si algún día aceptaba este compromiso era porque Gomer tenía un destino pero ahora ya es tarde para su destino.

La joven buscaba desesperadamente una escusa para seguir con el compromiso.

—No te garantiza que no aparecerá.

—Para ese momento será tarde para un ellos, me voy casar con Gomer cuando terminemos el instituto.

Lorreta corrió fuera del salón con lágrimas corriendo por sus ojos.

"Si no soy duro nunca comprenderás que no vamos a estar juntos y no quiero que queden esperanzas en tí", pensó Veikko.

La aparente Omega entro al salón donde se impartirán sus clases y vió al causante de todo.

Ella no se contuvo y gritó ferozmente--: ¡¿Cómo se te ocurre meterte con mi prometido?!

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