Egoísmo

—Por supuesto que visto los detalles. Gritaban «No hagas ninguna estupidez» por todos lados.

—Es casi imposible pero no voy a obligarte ㅡdijo Lorreta—. Si tienes algo que quieras solo dímelo y haremos un trató que nos beneficie.

—Lo pensaré —dijo Agostinho tomando de nuevo su libro.

Lorreta sacó su furia cuando se alejo lo suficiente de Agostinho.

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¡Demonios! Ya no se que hacer. Me he humillado de todas las formas posibles. Incluso pague a unas Betas de estatus menor para que me dijeran uno que otro comentario hiriente enfrente de Veikko y esté solo paso de largo.

Estoy en un punto donde aunque diga que me voy suicidar por él, me ignoraría. Todo por ese maldito Omega... Ese maldito Omega... ¡Gomer!.

Ya sé cómo volver a ti Veikko. Aunque joda mi existencia, ese maldito Omega es tu debilidad.

Una sonrisa maliciosa quedó impregnada en el rostro Lorreta.

Ella había desarrollado un plan.

De pronto el celular de la joven vibró, al verlo ella leyó «Elzė». Solo lo dejó sonar, no tenía tiempo para tratar con ella.

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En los días siguientes Lorreta accionó su nuevo plan.

—Lo siento, Gomer —dijo Lorreta una vez que pudo encontrar a Gomer fuera de la vista de Veikko y Shelley—. No debí haberte atacado así.

—Yo no estoy enojado realmente —dijo Gomer con voz apacible—. Si es cierto que la violencia nunca es la solución pero según he leído cuando pasan este tipo de situaciones mayormente reaccionamos así.

Lorreta sonrió ante las palabras de Gomer.

"Él tiene razón. Yo soy la víctima aquí", pensó Lorreta.

—Cualquiera hubiese reaccionando parecido —repitió Lorreta.

—Exacto —interrumpió Shelley, éste al ver que Lorreta abarcaba a su amigo sin la presencia de Veikko—, se supone que no eres cualquiera —dijo Shelley—. Veikko fue sincero contigo desde el principio.

"¡Maldito Shelley!", pensó de Lorreta

"No voy permitir que lastimes a Gomer, ¡Maldita!", pensó Shelley.

Demonios. No quiero otra pelea, pensó Gomer.

—Simplemente no supe reaccionar —se excusó Lorreta—. Incluso Gomer está de mi lado.

"Yo no estoy de su lado pero Lorreta ya lleva un mes insistiendo y a Veikko se le está acabando la paciencia", pensó Gomer Ramé

—Más bien reaccionaste en demasía —atacó Shelley—. Se supone que somos la élite de la sociedad y tú no puedes mantener el control por algo tan simple. Al no tener una marca lunar siempre estamos listos para cambiar de prometido.

—Lo dices porque tú aún sin marca encontraste a Glen.

Shelley resopló. —Antes de Glen siempre estuve preparado además todos en este maldito instituto sabían que Gomer y Veikko terminarían juntos si no aparecía él destino de Gomer.

—No es justo que unos reciban más que otros —dijo Lorreta.

—Si ponemos en peso lo justo de lo injusto, saldrías perdiendo —dijo Shelley—. Tu perteneces a una familia de sociedad por lo cual nunca se te nego nada, en cambio, Gomer sobrevive a base de becas con esfuerzo, dedicación y sacrificios —dijo el Omega viendo una grieta en la falsedad de Lorreta—. No entiendo cómo obtuviste el premio por debatir a favor de nuestra casta si el tema se trato de «la no violencia contra el Omega».

—Shelley, este no es tu asunto —dijo fastidiada Lorreta respirando hondo—. Esto es entre Gomer y yo.

—Para parar la violencia entre Omegas tenemos que empezar con respetarnos entre nosotros y dejar disculparnos sin acusaciones de por medio —dijo Gomer mirando a Shelley.

—Ella solo está actuando —aseguró Shelley con un resoplido.

—Es cierto, no fue la forma nos pude en una situación incómoda —dijo Lorreta con voz apacible aunque por dentro quisiera matar a Shelley—. Solo pensé que todos mis planes se fueron como el viento.

—Hasta donde yo se, Veikko siempre te dejo en claro que no te amaba y que si se casaba es porque Gomer tenía un destino —atacó nuevamente Shelley sin creer el modo conciliador de Lorreta.

—Shelley —llamó Gomer—, por favor —suplicó.

Él Omega bufó en respuesta pero asintió con la cabeza. No podía negarse a Gomer.

Gomer perdonaría a Lorreta porque sentía cierta culpa por haber robado a su prometido.

Gomer sabía que Lorreta fue criada bajo una estricta supervisión porque se convertiría en la próxima esposa del heredero de las empresas Farkas. Gomer en cambio solo llegó y robó a Veikko pero quería hacerlo feliz y darle unos hermosos cachorros en el futuro.

Gomer y Lorreta se arreglaron de a poco siempre bajo la supervisión de Shelley. Los tres estaban pasando tiempo juntos por qué Veikko tenía una actividad con su club.

Gomer quería esquivar a Lorreta pero la joven era persistente últimamente.

—Veikko no ha mencionado perdonarme aún —dijo Lorreta mientras comía su ensalada.

Shelley bufó en respuesta.

—No ha dicho nada pero se que te perdonará —dijo Gomer.

—Él evitá hablar de ti —murmuró Shelley con una sonrisa de satisfacción.

Lorreta miró con inquisición a Gomer.

—He tratado de hablar con él sobre tí pero me esquiva —murmuró Gomer con una mueca.

—Solo sigue molesto —dijo Lorreta, más allá de tratar de convencer a los Omegas, ella trataba de autoconvencerse.

—Realmente está enfadado, está siendo tan severo porque te aprecia como una hermana.

—Esperemos que comprendas que solo te apreciará de esa manera —acotó Shelley.

—Lo sé, es lo que buscó —puntualizó Lorreta—.  No quiero perder una amistad de tantos años.

—Esperó que no se te olvide —atacó Shelley ante la mirada de súplica de Gomer y la expresión de molestia en Lorreta—. ¿Qué? Todos saben que ustedes están por formalizar. No voy a dejar que ella se interponga.

—Me alegro por ustedes —dijo Lorreta mordiéndose las mejillas.

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