Egoísmo

Agostinho al notar que se dirija hacia él subió rápidamente los pocos peldaños que había bajado y se dirigió a su habitación.

La pareja vió como Kerry corría tras de su hermano cuando lo vio desaparecer.

--Yo también quiero hablar con Gomer --dijo Kerry denotando su voz infantil--. Me dijo que me traería regalos --dijo Kerry con entusiasmo, lo último que se escuchó del Omega fue un--: Hermano ¿me trajiste algo?

Como un hábito de la familia vieron a Selina corriendo detrás de Kerry. Todos los niños desaparecieron de la sala.

Cuando estuvieron lo suficiente lejos Alex acotó con sospecha--: Pensé que querías casarlo con Lorreta Colquhoun.

Irving suspiro.

—Es cierto que quería unirlo a Lorreta pero siento que si se casan sin amarse sufrirán —dijo mirando a su Omega fijamente—. Pensé que Veikko solo estaba encaprichado con Gomer pero lo ama realmente y no voy interferir en ello a partir de hoy.

Alex sonrió con dulzura.

—Ya era hora —dijo Alex y apoyo la cabeza en el pecho de su Alfa—. Creo que dejaremos de pelear por este tema —murmuró antes de besar a Irving.

El Alfa acepto gustoso el beso y lo profundizó.

"Ahora tengo múltiples razones para que Veikko y Lorreta no estén juntos. No dejaré que ella se meta con mi familia. Además no quiero que ellos lleven una guerra sin fundamento

Veikko ama a Gomer y hará todo para estar con Gomer.

Agostinho está obsesionado con el destino y fue vulnerable a la manipulación de Elzė.

Gracias a mi infórmante se todo, Lorreta Coulquhoun. Te arrepentirás si lastimas a mis hijos", pensó Irving Farkas.

Se separan del beso y Irving tomó con delicadeza las manos de su Omega. Dejo un beso sobre sus dedos y dijo—: Lo más importante para mí eres tú.

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Veikko se había dirigido a su habitación antes de contestar la llamada.

—¿Qué paso pequeño? —dijo Veikko con dulzura—, me aleje de ti una hora y ya me extrañas —coqueteó.

Gomer rió suavemente. —Ciertamente te extraño pero no llamo por eso, no encuentro el último libro que compre ¿Lo tienes?

El Alfa sonrió con picardía y dijo—: Lo tengo ¿Qué planeas hacer al respecto?

Gomer ordenaba con tranquilidad los libros en francés que había comprado en su viaje.

—Nada, solo esperar a que me lo traigas cuando puedas, es la última parte de la saga de libros que estoy leyendo —dijo Gomer mientras reía bajito.

—Sobre eso quería hablar, mis padres dijeron que vengas a cenar —anunció con alegría Veikko por medio del celular.

Gomer seguía en lo suyo ordenando su habitación.

—¿Tu padre también? —dijo el Omega sabiendo su excusa para no ir.

—Sí —dijo Veikko con emoción.

El Omega detuvo sus movimientos, se quedó en blanco unos minutos y entrecerró los ojos.

—No me estás mintiendo para que vaya a tu casa ¿Verdad?

Veikko se sintió culpable, recordó sus mentiras anteriores y sonrió.

—No lo estoy haciendo ¿Okay? —murmuró Veikko sonando indignado.

Gomer rió de nuevo. La risa atravesó el auricular y Veikko se sonrojo.

—Voy a creer en tí pero en este momento no creo que pueda, tengo muchas cosas que ordenar.

—Mi papi quiere verte —dijo Veikko enfurruñado—, dijo que te extraña.

Gomer termino de ordenar los libros y empezó a ordenar su ropa.

—Ya he arreglado una salida con Alex para comprar un poco de ropa.

Veikko sonrió con una sonrisa de lado al recordar su carta de victoria.

—Mi padre te invito personalmente... él... ya sabes... Se podría sentir ofendido si declinas su invitación.

Los dos se quedaron callados por un tiempo.

—Está bien —aceptó Gomer rendido—, nos vemos para la cena.

A Veikko se le iluminó el rostro al escucharlo.

—Te espero a las siete, ¡No te tardes cariño!—. El Alfa colgó rápidamente.

"¿Quién es tu cariño? Idiota", pensó Gomer con una sonrisa pegada en su rostro.

Los menores de la familia Farkas entraron a la habitación del Alfa.

—Hermano que dijo Gomer ¿Va a venir? —dijo emocionado Kerry.

El pequeño Omega le tenía muchísimo aprecio a Gomer, ya que compartían la casta y se comprendían muy bien. Kerry confiaba mucho en Gomer porque había cosas que no podría hablar con sus padres pero con Gomer sí, ya que este sería más objetivo.

—Por supuesto —dijo Veikko sonriendo con satisfacción—. Cómo podría fallarme, soy su más querido.

—Dirás su acosador —dijo Kerry malicioso—. Lo viste hace unas horas y ya los estás fastidiando de nuevo —dijo sonriendo con burla—. No sé cómo te aguanta.

Veikko miró al pequeño Omega con ojos entrecerrados.

—Eres muy pequeño para entender nuestro amor, mo-co-so.

Kerry lo miro furioso ya que odiaba que le dijeran mocoso.

—No soy un mocoso, Infeliz.

Veikko sonrió con burla.

—A mí lo infeliz se me quita con la presencia de Gomer, en cambio a ti lo mo-co-so no se te va a quitar tan pronto.

Kerry sonrió macabro.

—Selina al ataque —ordenó a la pelinegra.

El Alfa los miró aterrado, su hermana era bastante aterradora.

—¡Selina! ¡No! —dijo Veikko mientras corría fuera del alcancé de la pequeña Alfa—. ¡Detente!, voy a acusarlos con padre y los van a castigar.

—¿Quién es el mocoso que recurre a nuestro padre cuando pelea con sus hermanitos? —dijo con burla el Omega mientras sonreía con satisfacción.

—Estás usando a Selina para maltratar mi sagrado cuerpo —acusó Veikko mientras salía al balcón y cerraba la puerta de vidrio.

Kerry lo veía insatisfecho desde dentro de la habitación y su mente pensaba una forma de vengarse.

Veikko sonrió con satisfacción y le hizo burla a Kerry. Cuando Kerry sonrió con malicia, Veikko tembló porque conocía bien las maldades del menor.

Kerry trabó la puerta del balcón y Veikko no podría entrar.

—Quiero ver si Gomer te sigue tomando como su más querido después de que lo abandones a merced de padre —dijo con burla Kerry.

—¡Kerry! —dijo exaltado Veikko mientras golpeaba los vidreales a prueba de balas.

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