Egoísmo

—Porque me pongo en su lugar es porque me molesta —dijo el Alfa agotado—. Si a mí me hubiese pasado y también me hubiese dejado llevar, reaccionaría contra la persona rompió el compromiso.

—Trata de comprender...

Veikko se acercó a los labios del Omega para silenciarlo.

Gomer se sorprendió por la acción y se sonrojó mientras su corazón se desbocaba pero al final Veikko decidió besar su mejilla y susurró en su oído un—: Ahora sé que tienes un corazón demasiado grande.

Hubo un largo silencio pero no era incómodo se sentía para ambos reconfortante.

Gomer tomó la mejilla de Veikko y la volteo en su dirección.

Cuando chocaron las dos miradas podían apreciar todo tipo de sentimientos pero siempre resaltan dos en especial. Amor y devoción.

Gomer escondió su cara en el pecho de Veikko con las mejillas rojas.

—Hazlo por mí, perdona su exabrupto y no dejes que la expulsen —pidió con voz suplicante el Omega antes de cerrar sus ojos.

"Este niño sabe cómo funciona mi mente", pensó Veikko.

Veikko sonrió. Toda la escena fue escuchada por Agostinho y Lorreta que estaban en unas de las camillas cercanas con las persianas cerradas.

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Lorreta y Agostinho salieron silenciosamente después de no escuchar ruidos notando que la pareja se había dormido abrazada.

Lorreta vió que Veikko sostenía la cintura de Gomer de forma protectora y posesiva.

—Así que tú eres Lorreta —murmuró Agostinho una vez que estuvieron fuera.

—¿Quién eres? —dijo Lorreta mientras inspecciona con cautela al Alfa.

—Soy el hermano de Veikko, Agostinho Farkas —dijo coqueto el Alfa.

—¿El hijo de Elzė? —murmuró nerviosa Lorreta.

"Seguro quiere controlar que haga todo dependiendo del plan", pensó Lorreta Colquhoun.

—¿Conoces a mi madre? —preguntó extrañado Agostinho.

Lorreta pronto se dió cuenta que el niño no sabía nada.

—Todos saben con quién se casó con anterioridad el señor Farkas —dijo Lorreta con una sonrisa forzada.

Agostinho asintió.

—Hiciste un gran escándalo antes —dijo Agostinho con una sonrisa burlona— ¿Tanto así te gusta Veikko?

—Lo amó —aseguró la joven.

—Es una lastima que una Omega tan linda se pierda en el amor no correspondido.

—No es tu problema —dijo la joven mientras se alejaba—. Veikko solo está confundido y encaprichado con ese Omega huérfano.

"No eres tan linda como Gomer ni tienes la personalidad que me gusta y aún no siento ese olor que me acerco a tí pero no puedo cambiar el destino. Tengo un largo camino para lograr que seas mía. Voy a observar tu manera de actuar. Supongo que quieras separar a la feliz pareja, no te dejare pequeña serpiente", pensó Agostinho.

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--Lo siento --dijo Lorreta cuando pudo ponerse enfrente de Veikko. Ya que él, la esquivaba cada vez que la veía.

Gracias al pedido de Gomer, a Lorreta no la expulsaron.

El Alfa la ignoró y siguió su camino sin prestarle atención seguido de Gomer que veía con pena a Lorreta. A su lado estaba Shelley que la miraba con burla.

Agostinho estaba extasiado al ver como Veikko ignoraba a la chica.

Desde el inicio vio como Lorreta trataba de sentarse cerca de Veikko en los recesos pero él se paraba y se sentaba en otro lugar más lejano a ella arrastrando a Gomer con él. También, cuando Lorreta conseguía estar cerca del Alfa pero la ignoraba olímpicamente.

La escena se repitió en varias ocasiones en el instituto. Al principio los alumnos que no sabían de lo sucedido la miraban con algo de pena pero cuando se enteraron que lo que había pasado la miraban con burla brillando en sus ojos.

Agostinho disfrutaba ver la desesperación en los ojos de Lorreta y que acudiera en su ayuda.

—Hermano ¿Cuando vas oficializar con Gomer? — susurró Agostinho en el oído de Veikko.

Toda la escena fue vista por Lorreta.

"Así que son cercanos. Elzė debe estar ardiendo en furia pero me sirve si Agostinho es igual que Elzė", pensó Lorreta Colquhoun.

—Estoy preparando algo —respondió de la misma forma Veikko.

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Agostinho estaba acostado en el diván de la biblioteca del instituto Farkas leyendo un libro de Stephen King.

Lorreta se acercó a Agostinho en un entretiempo. —¿Qué debo hacer para que Veikko me perdone? —preguntó Lorreta seriamente.

—¿Que obtengo por ayudarte? No creo que tengas algo que me importe

—Puedo ayudarte a ser el heredero Farkas.

Lorreta obtuvo la atención de Agostinho. El Alfa bajó su libro y la miró detallando cada pulgada de su expresión.

"Eso es uno de los pedidos de mi madre. Aunque no me interesa mucho puedo utilizarlo a mí favor", pensó Agostinho.

—¿Cuál es tu plan? —dijo el Alfa volviendo a su libro.

—La base de esa familia es Alex Farkas, solo destruye a ese Omega.

—Es intocable, mi padre lo protege como si fuera la joya más preciada aún si el Omega lo engaña frente a sus ojos, lo perdonaría.

Lorreta dijo con voz seria—: Tienes que matarlo.

El libro de Agostinho cayó de sus manos ante las palabras de la mujer.

—¿Estás loca? —dijo Agostinho mirándola como si fuera estúpida— No sé si has ido a prisión pero yo nunca he pisado ese lugar y no pienso hacerlo.

—Tienes más oportunidades que cualquiera, vives bajo su mismo techo.

—Mi padre me vigilada más que a nadie. Todas las personas de la casa son Omegas marcadas y una pareja Alfa-Omega, los únicos sirvientes hombres. Hay cámaras en cada rincón. Las habitaciones son a prueba de bombas y no sé con qué más puede salir mí padre.

—Has visto los detalles.

"Si es un digno hijo de Elzė", pensó Lorreta Colquhoun.

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