Egoísmo

Gomer se puso nervioso por la situación. —Tú... Ni siquiera me has pedido ser tu novio y ya quieres tener hijos.

Veikko sonrió de oreja a oreja. —Tengo una gran sorpresa para ese momento.

El Alfa mostraba de cara de completa satisfacción.

—Chicos no quiero cortarles un momento tan íntimo pero mañana tengo un debate de historia —dijo Agostinho algo molesto sin saber por qué.

—Lo siento, hermano —dijo Veikko aún con la sonrisa de satisfacción—. Te dejamos estudiar tranquilo.

La pareja salió de la biblioteca familiar dejando atrás a Agostinho.

—Pensé que ibas a llegar más tarde —dijo Gomer caminando al parecer en dirección a la habitación de Veikko.

—El entrenador dijo que descansemos antes del torneo.

—Me parece bien —dijo Gomer—. El domingo seré el primero en estar ahí para alabarte cuando metas un gol.

—Genial —dijo Veikko emocionado— ¿Quieres ir en mismo autobús que nosotros?

—Dijo Shelley que íbamos a ir juntos.

—Está bien pero no faltes por ningún motivo, te tengo una sorpresa.

Gomer sonrió con dulzura. —No voy a faltar ni aunque pase un tsunami.

Los dos siguieron caminando hasta que llegaron a la habitación de Veikko.

Una vez sentado Gomer dijo—: ¿Solucionaste los asuntos con Lorreta?

—¿Quieres ver una película? —dijo Veikko tratando de ignorar el tema.

El Omega miró unos largos minutos al Alfa. —Sí ¿Cuál te gustaría ver? —dijo Gomer no insistiendo más en el asunto.

—Estación Zombie: Tren a Busan —dijo Veikko.

—Hace tiempo que la quiero ver —dijo Gomer con emoción.

El Alfa puso la película en la Netflix. Jonás trajo pochoclos y apagaron las luces.

A mitad de película Veikko dijo—: No tengo asuntos pendientes con ella. Siempre fui muy claro con ella. Le dije que no la amaba y si aceptaba el compromiso era porque no podía estar con la persona que amaba y ella acepto que no la amaría.

—Creo que la esperanza es lo último que se pierde.

Veikko se giro hacia Gomer y dijo con seguridad—: Solo tú puedes ser mí futuro.

—Veikko —dijo Gomer sonriendo pero mostró una mirada insegura— ¿Sentirías lo mismo por mi si Lorena seguiría viva?

—Incluso cuando Lorena estaba viva sentía algo parecido a lo que siento ahora por tí.

—¿Parecido? —dijo Gomer con duda.

La expresión del Alfa se puso sería y dijo—: El amor se agranda o disminuye con el tiempo y cada día contigo mi amor se agrandó tanto que no podría vivir sin tí ahora que me ves como tu futuro compañero.

En ese momento Gomer no se resistió y besó a Veikko. Éste se sorprendió por la acción pero rápidamente devolvió el gesto.

Se besaron con necesidad y amor. El beso fue en aumento y se profundizó cada vez más. No despegaron sus labios hasta que se quedaron sin aire. Cuando separaron sus labios solo se apoyaron frente con frente, ambos sentían la respiración agitada del otro.

—Quería que tu primer beso sea inolvidable —dijo Veikko con el corazón palpitando a todo lo que podía.

—Esto fue inolvidable, Veikko —dijo Gomer sonriendo de oreja a oreja—. Fue perfecto en todos los sentidos.

Veikko tomó la mejilla de Gomer y se acercó lentamente de nuevo a sus labios.

Otro beso surgió este fue más dulce y delicado. Expresó más sus sentimientos de amor mutuo que tenían.

—Te amo —dijo el Alfa entre beso y beso.

—Te amo —respondió el Omega de la misma manera.

Esa noche durmieron abrazados y unidos por su corazón.

Sin esperar lo que pasaría en los días siguientes.

...Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω Ω...

—Hola Madam —dijo Lorreta a través del auricular del celular.

—Decime cómo va todo rápidamente, no tengo tiempo niña —dijo una mujer altanera.

Lorreta giro los ojos con fastidio.

"La gran Elzė Ócathasaigh siempre tan dominante", pensó Lorreta Colquhoun.

—Su hijo no está haciendo nada por destruir a los Farkas —dijo Lorreta. Ella quería saber si Agostinho sabía quién era ella.

—Mi hijo está ahí para conseguir ser el heredero Farkas —dijo la Alfa enojada—. Tu misión es destruir a los Farkas.

A Lorreta no le quedó claro si Agostinho sabía más de lo que parecía pero no trato de averiguar más porque conocía mejor que nadie el temperamento de la Alfa.

—Tengo una forma de destruir al hijo más preciado de Alex —aseguró Lorreta.

—¿Veikko? Si, nos beneficia pero te conozco —dijo Elzė con satisfacción—. No creo que de la nada quieras destruir tu estúpida obsesión.

—Veikko me dejó por un Omega huérfano —dijo Lorreta apretando con fuerza el celular—, Gomer Ramé.

—Ramé... Un protegido del instituto Farkas, sigue —dijo Elzė con una sonrisa maliciosa.

"Una mujer despechada puede ser el mismo infierno", pensó Lorreta Colquhoun.

—Si algo le llegará a pasar a ese niño Veikko se derrumbaría.

Elzė endureció la mirada y la voz cuando dijo—: No quiero más muertes de tu parte Lorreta.

—No quiero matar a ese niño —aseguró la Beta—, quiero que lo violen y lo demás vendrá sólo.

Elzė entendió inmediatamente su plan. —Lo apruebo —dijo la Alfa y colgó.

En el amplio departamento que se encontraba a pocas cuadras del instituto Farkas se escuchó el sonido del escandaloso timbre.

Lorreta abrió encontrándose con Agostinho.

—Viniste —dijo Lorreta no muy sorprendida.

El Alfa elevó su celular, se llegaba a leer «Tengo la forma de destruir a Veikko».

—Tu propuesta fue bastante sorprendente y tentadora pero parecía que querías recuperarlo —dijo Agostinho siguiendo a Lorreta—, no destruirlo.

La mujer se sentó en uno de los sofás y tomó de nuevo la copa en su mano. —Las cosas cambiaron.

Ella bebió un sorbo del vino. —No te ves bien —dijo Agostinho mirando como la mujer terminaba de a poco la botella. Además de la mirada llena de odio.

—Quiero que Gomer sufra —dijo ella terminando su último copa.

—¿En qué me beneficia eso? —dijo Agostinho cansado de la situación estúpida en la que estaba.

—Es el punto débil de Veikko —murmuró ella—, si logro que violen a Gomer —soltó la mujer sin remordimiento—. Veikko se derrumbaría.

Agostinho suspiró.

"Esta mujer tiene una obsesión demasiado grande por Veikko", pensó Agostinho Farkas.

—No sería más fácil lograr que Veikko viole a Gomer —dijo Agostinho sirviéndose una copa de la nueva botella abierta—. Eso destruiría a Veikko, lastimar a la persona que más atesora.

Lorreta vió furiosa al Alfa y dijo—: No, eso no.

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