El Beta líder lo tomo de los cabellos platinados mientras le miraba el rostro detalladamente. —Eres lindo, hicimos un buen negocio —dijo el Beta líder con la mirada llena de deseo—. Siempre quise probar un Omega virgen y hermoso.
Gomer se asustó aún más. Forcejeaba con su atacante pero era imposible ganarle.
"Si tan solo no se hubiese alejado de Shelley. No. Si hubiese estado junto a Shelley correríamos el mismo destino trágico", pensó Gomer Ramé.
—¡Veikko! ¡Te necesito! ¡Veikko!
—Él no va a salvarte de mí—. El Beta líder alejo a sus secuaces—. Yo voy primero. Yo voy a estrenarlo.
El Beta atacó el pequeño cuerpo del Omega, puso sus brazos sobre su cabeza. Quiso besarlo pero el Omega aún consiente corrió el rostro lleno de lágrimas.
Cuando el Omega se movió el Beta vio su collar supresor.
El Omega se resistía y sollozaba con las pocas fuerzas que tenía al ver estas acciones el Beta se molestó y le dió una cachetada con fuerza. A pesar del golpe Gomer seguía forcejeando con fuerza.
"¡Veikko!", gritó en su mente Gomer.
Gomer estaba demasiado cansado y adolorido. Sus últimas palabras antes de desmayarse apenas se oyeron—: Salvame Veikko.
El Beta líder se burló del Omega—: Nadie va a salvarte de lo que voy a hacerte.
Al estar el Omega inconsciente sería más fácil para el Beta sacar sus prendas por lo que empezó por su remera y luego su short.
El Beta detuvo sus movimientos cuando sintió unas feromonas terriblemente siniestras acercándose a dónde estaba y luego escuchó un estruendo. Vió como la puerta de la terraza volaba de su lugar.
Un Alfa furioso entro por la puerta fuera de lugar. —¡Voy a matarlos! ¡No va a quedar nada de ustedes!
El Alfa se dirige con los puños apretados y una mirada de odio al Beta que está sobre Gomer.
Apenas se acerca, Veikko eleva su brazo y le da un potente puñetazo al Beta que vuela bastante lejos. Se acerca nuevamente al Beta para darle unos cuantos golpes más. Al notar que está al borde de la muerte se aleja de él. Se acerca al Omega, lo tapa con su remera y lo toma en sus brazos notando su estado de inconsciencia.
El Alfa miró con más detalle al Omega notando muchos raspones y cortadas. Lo que le provocó una furia extrema que los Betas temblaron al sentir sus feromonas aún más siniestras.
—¡Voy matarlos, desgraciados! ¡Nunca vivirán en paz! ¡Sus vidas acaban hoy, se los juro así como me llamo Veikko Farkas!
Shelley no pudo resistir las terribles feromonas de Veikko y Glen se quedó con el Omega abajo por cual solo Agostinho se encontraba al lado de Veikko.
—Tranquilízate —dijo Agostinho—. Son Betas, nunca se involucrarían con un Omega a menos que tengan derecho sobre él ¿Alguno es su destino?
Los Betas los vieron asustados y se orinaron cuando Veikko empezó a emitir unas feromonas más pesadas. Negaron con la cabeza al mismo tiempo arrodillados.
Agostinho mira a los Betas y anunció fríamente—: Lamento decepcionarlos pero ese Omega no es alguien a quien sus sucias manos puedan tocar sin morir en el intento.
Veikko solo quería matarlos y torturarlos lentamente hasta que no quedará nada de ellos.
Agostinho sabiendo quien era la culpable del asunto acotó—: ¿Por qué lo hicieron?
Veikko no creía que los Betas lo hicieran por orden de alguien si no porque querían violar a su Omega. Su dulce y tierno Gomer que nunca había pasado por un trauma tan grande antes.
—¿Importa? Se atrevieron a tocar a mi Omega —dijo Veikko furioso—. A poner sus sucias manos sobre él.
Agostinho suspiro con molestia. —Si es tu Omega tienes que protegerlo y solo lo vas a saber si preguntas o ¿Quieres que se vuelva a repetir?
Veikko miro con hostilidad a Agostinho. Al sentir el potente aroma de Alfa, los Betas se sintieron más cohibidos y decidieron decir todo.
El primero en hablar fue uno de los secuaces.—Nos pago una Omega (Ω) dijo que un tal Veikko quería deshacerse de un Omega que lo perseguía...
"¿Estos bastardos son estúpidos?", pensó Veikko.
El otro de los secuaces termino la confesión. —Nos dijo que se llama Lorena dijo que solo le demos un susto pero es tan lindo que nosotros quisimos...
Veikko al escuchar el nombre Lorena soltó un olor más intenso. —Ella está muerta por lo cual es imposible.
Los secuaces hablaron al mismo tiempo con miedo a que no le creyeran. —Se los juró.
Veikko les lanzó una profunda mirada mientras abrazaba con más ímpetu a Gomer.
Agostinho saco su celular y le mostró la foto de una chica a los Betas. En la foto se veía a una rubia de ojos azules con el uniforme femenino del internado sentada sobre la fuente principal del instituto. —¿Es ella la Omega (Ω) que los contrato?
Agostinho los miraba tan intensamente que los Betas afirmaron al mismo tiempo aunque nunca hayan visto a la joven en realidad. —¡Si es ella! Ella es Lorena.
El golpeado Beta líder hablo con horror al recordar las palabras de Veikko—: Lo sentimos, no sabíamos que era el Omega de un Farkas.
Veikko miro sombriamente al Beta líder golpeado y le dió una patada en el rostro dejándole inconsciente nuevamente.
Los Betas secuaces escucharon las palabras de su líder y se sintieron arrepentidos.
—Este es mi Omega si en el futuro se acercan a más de cien metros de él, los matare, desgraciados y no van a quedar ni sus cenizas —dijo Veikko y dirigió su mirada a Agostinho—. Averigua todo lo que quieras pero yo ya se quién es la culpable, encárgate de que no se acerque a mi porque te juro que soy capaz de matarla en este momento.
—Yo me encargo —dijo Agostinho—. Llévalo a casa.
Veikko salió por la puerta destrozada con Gomer en brazos. Bajó las escaleras lo más rápido que pudo y se encontró con Shelley y Glen.
Shelley explotó en lágrimas al ver a su amigo. —¿Le hicieron algo?
—Llegamos a tiempo —dijo Veikko saliendo del edificio.
Shelley saco las llaves de su bolsillo.
—Yo conduzco —dijo Glen sacando las llaves de las manos de Shelley.
Cuando estuvieron frente al auto subieron.
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