Capítulo 11

Estoy nerviosa.

No sé como reaccionará, tengo tanto miedo.

Pero, tengo que decirle. Él debe saber que se quiere dar una oportunidad a Maranatha, no a Marina.

Lamentablemente, Marina falleció y yo aunque quiera, nunca seré ella.

La verdad es que igual temo a la reacción del Rey Dominik.

Ese hombre es capaz de matarme si se lo propone.

No, él no lo haría con sus propias manos... Contrataría a alguien para que lo hiciera.

¿Y el pueblo?, se levantaría y reclamaría por el engaño.

Querrían una ejecución pública...

Perdería muchas cosas y ganaría pocas...

¿Debería ser egoísta y no decirle nada?.

No, como ya dije...no me acobardaré.

Esta noche le diré.

—Señora Marina, ¿hay algo que le preocupa?.—pregunta Darían.

—Planeo... decirle la verdad a Shin.—le digo y él me mira sorprendido.

—¿Estás loca?, te asesinará.—dice y me toma de los hombros.—No lo hagas.

—Lo haré, Darían. Sé que Marina, hubiera querido esto, quizás desde un principio debí haberle dicho la verdad...me ahorraría la culpa.

—¿Tú... estás comenzando a tener sentimientos por él?.—pregunta repentinamente.

—¿Qué?.—me sorprende la pregunta.

—Eso, ¿estás comenzando a quererlo?. Maranatha, no me mientas. Te conozco más de lo que debería.

Yo me quedo callada.

—Esa vez, cuando hubo el atentado contra el príncipe... Tú estabas asustada de lo que le pudiera pasar. Entre el miedo y la angustia, lo buscaste a él.

—Yo solo...

—Maranatha, sabes muy bien que lo que digo es verdad. Tus ojos no mienten. Lo buscaste desesperadamente e incluso, lo defendiste.

Y ahora, quieres decirle la verdad para proteger sus sentimientos.

Cierto, olvidé que antes de ser mi primer amor, era mi mejor amigo. Él siempre supo leerme.

—¿Y qué si es cierto?. Sí, quiero proteger sus sentimientos. Y también, no quiero que se enamore de mí... pensando que soy Marina. Quiero que me llame por mi nombre, quiero que se enamore de mí, de mi personalidad, no la personalidad que cree para ser alguien que no soy.

—Entiendo tus sentimientos, pero te asesinará. Es un delito grave lo que hiciste. ¡No creas que te perdonará!.—dice enojado.

—¡Si me asesina está bien, tomaré la responsabilidad de mis actos!.—le digo con un nudo en la garganta y me marcho del lugar.

El día pasó rápido y la noche cayó pronto.

Estaba arreglándome para dormirme, como normalmente lo hago.

Estoy temerosa, hoy...es mi sentencia de muerte.

Aunque estoy decidida, tengo miedo de que reaccione mal.

Hoy noté a Marina muy extraña, no era la de siempre. Estaba a la defensiva.

Y además esa escena que vi con ese guardaespaldas. ¿Por qué la sujetaba así?.

¿Será que tienen un amorío?. No puedo evitar enojarme, ella es MI esposa.

Soy egoísta con lo que es mío. Y eso, sumado a que me quiero dar una oportunidad con ella.

¿Debería mandarlo de regreso a su mugriento país?.

Entro a nuestra habitación y veo como se exalta con mi presencia.

Está extraña, más que antes.

Me sonríe y después me saluda.

—¿Qué pasa?, te veo asustada.—le digo y la miro a los ojos.

—No es nada, solo quiero hablar contigo.

—Te escucho.—dice cruzándose de brazos y sentándose en la cama.

—Iré al grano, ¿bueno?.—Shin asiente y me mira con el ceño fruncido.—Bien... Lo que yo quiero decirte es que...—le miro a los ojos.—que yo... es que... la cosa es que... que yo no soy Marina.—digo cerrando los ojos fuertemente. Creo que solo queda abortar misión.

Todo se queda en silencio y yo abro los ojos.

Él me mira frío y sin expresión alguna esperando que yo siguiera hablando.—Yo...yo soy Maranatha, soy una doncella huérfana del rey Dominick.

"Si se llega a enterar de la verdad, te voy a matar de la manera más dolorosa posible".

Recuerdo que lo me dijo el padre de Marina.

—Él no quería engañarte, pero la princesa murió, entonces yo tomé su lugar. Yo soy hija también de él y...

—¿No quería engañarme?, te envió con vestido y velo, hasta te casaste conmigo.—dice con tono enojado.—Es absurdo. ¿Estás jugando conmigo, Marina?. ¿Tanto quieres que te deje en paz?, ¿quieres que te deje ir con tu amante?. ¿Por eso inventaste todo esto?.

—No tengo un amante, Shin. No lo inventé, es cierto. Todo esto es verdad. La princesa Marina, falleció y yo tomé su lugar.—comienzo a llorar.—Estoy arriesgando mi vida al decirte esto.

—Por eso, no te comportabas como una princesa. Ya lo entiendo todo. Es por eso que tienes las manos tan ásperas. No eres una mujer delicada tampoco. Eres bruta como una campesina.— se levanta de la cama y camina por la habitación riéndose.—Bueno, al menos tu sacrificio no será en vano, Maranatha..

Se acerca y me toma del mentón bruscamente.

—Que desafortunada elección, querida.—dice y mira mis ojos.— ¿No has oído de mí?. Dicen que he violado a mis hermanas y que después las he matado a todas. Dicen que soy un monstruo que sobrevivió en la guerra. Que tengo una alianza con demonios. Que maté a mi propio padre. ¿No te asustan aquellos rumores?. ¿Sabías que maté a millones de personas sin importar si eran mujeres o niños?. Todos a los que he asesinado han sido de tu país, he violado a cientos de mujeres. 

—No me interesan en lo absoluto esos rumores...no es como si hubiera tenido otras opciones.—digo calmada esperando mi muerte. De alguna manera, me lo esperaba.

—¿Aún eres virgen?.—pregunta obligándome a mirarlo a los ojos.—Una mujer de la familia real es mucho para la mierda de persona que soy. Creo que una lamentable bastarda como tú, encaja más conmigo.

—Si soy virgen, ¿me aceptarás?.—pregunto mirándolo desafiante.

—¿Cómo esposa o como una mujer más en mi cama?.—pregunta sonriendo.

—Ambas. Y también, como la princesa imperial consorte.—digo firme.—Deseo vivir. Si soy virgen, ¿me dejarás vivir y ser tu esposa?.—le hablo tratando de persuadirlo para que no me asesine.

No pierdo nada si lo intento.

—No me gusta ese tono, mujer.—habla frío.—Pero, es divertido saber que tengo a alguien pendiendo de un hilo entre la vida y la muerte.—me abraza con fuerza y comienza a besarme bruscamente.

Me tira a la cama y rasga mi vestido con sus manos. 

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