Capítulo 18

Hoy es el juicio...

—¿Debería ponerme corset?.

Pienso mientras me miro en el espejo y veo mi vientre un poco más grande.

—No debería, mi señora.—dice Sila entrando con una bandeja.—Traje leche y galletas como usted ordenó.

Me volteo con una sonrisa.—Gracias, Sila. Ah, tenía muchas ganas de tomar leche con galletas.

Me siento en el sofá y comienzo a comer.

Ya no estoy nerviosa, tengo la ventaja en el juicio.

Miro el libro donde está el papel con la información que me entregó Marina.

Lo que me falta es quitar los cargos por usurpación.

No los puedo quitar, si de verdad usurpé a alguien.

Pero, mi pena podría bajar si se comprueba que solo seguí órdenes.

Cuando termino de arreglarme, entra Shin y pide que estemos a solas.

—Prometo que hoy tendrás la victoria.—dice y acaricia mi mejilla.

—Shin, antes de que me lleven al salón. Después del juicio, tengo algo importante que decirte.

—Yo igual tengo que decirte algo muy importante.—me toma de la mano.—Después de juicio quiero que me des una respuesta, ¿si?. Piénsalo, ¿bueno?.

—Vamos, no me pongas nerviosa, Shin. ¿Qué quieres que piense?.

—Maranatha, ¿quieres ser la futura Emperatriz Consorte?. No, cambiaré la pregunta. ¿Quieres casarte conmigo?.—apenas pregunta, él me abraza.—No digas nada, aún. Piénsalo.

—Lo pensaré.—sonrío.—Créeme que lo pensaré.

—Tú, Marina. Solo debes seguir con lo que planeamos. ¿Entendido?. Y tranquilízate, que te dará otra vez esa maldita enfermedad.

"El día el juicio, hazle pensar que harás lo que él pide. Después, solo di la verdad".

Recuerdo las palabras de Darían.

—Si, padre.—respondo.

—Y no quiero escuchar nunca más lo de la otra vez. Yo cumplí mi parte, ahora solo debes devolver el favor.—habla y se acerca a mí.—Cariño, recuerda que si me traicionas...no solo tú sufrirás las consecuencias.—después toca el collar que me dio mi madre.

No tengas miedo, Marina.

Por una vez en tu vida, no seas una cobarde y enfréntalo.

—Lo sé, padre. No debe preocuparse.

—No es que me preocupe por ti, querida. Me preocupa que alguien pueda manipularte, hija.

—Eso no pasará.—respondo firme.

No lo voy a negar, tengo miedo.

Mi investigación fue prácticamente inútil.

Aprieto mi puño y miro a Maranatha quien está sentada en donde se sientan los criminales.

No debería porqué estar allí. Maldita sea.

Si antes dije que no estaba nerviosa, era porque no estaba frente al Emperador.

Siento que moriré de los nervios.

Mamá, por favor. Protégeme.

Miro a Marina y ella al igual que yo se ve nerviosa.

—Bueno, hoy estamos reunidos aquí porque la señorita aquí presente, es acusada de engaño a la corona, usurpación de identidad a una persona de la realeza y perjurio. ¿La acusada acepta estos cargos?.

—No, me declaro inocente.—digo con una voz temblorosa pero firme.

—Bien, el rey Dominik declaró; Maranatha era alguien de confianza, es por ello que le confíe la misión de decirle a su majestad heredero de que mi hija enfermó y no podía asistir a la ceremonia. E incluso mandé el vestido que mi hija usaría en la boda. Después desconozco lo que pasó. ¿Por qué Maranatha nunca llegó a mi reino de vuelta con la respuesta?, ¿por qué se realizó una ceremonia igual?." ¿Es correcto?.

Dominik asiente.

—Señor Emperador, deseo hablar.—digo firme. El hombre me da la palabra.—El rey Dominik declaró que él no sabía el porqué se hizo una ceremonia igual. Me gustaría que revisaran la lista de invitados que asistieron a la ceremonia. Él estuvo allí, él tomó de mi brazo y me entregó en matrimonio a su majestad heredero. Si defiende tanto su versión, ¿por qué él me llevó frente al altar?, ¿por qué no detuvo la boda?.

—Emperador, yo asistí porque me invitaron. Fui a la ceremonia por curiosidad. Creí que se había roto el tratado de paz. Acá hago una acotación, cuando llegué, ella me amenazó. Me dijo que si yo decía la verdad iba a destruir mi nación.

Eso me hizo hervir la sangre, que mentiroso tan asqueroso.

—Objeción.—dice mi abogado.

—Objeción aceptada.

—Emperador, ¿usted cree que una mujer recién llegada podría tener tanto poder como para destruir una nación?. Es cosa de saber el protocolo de Consorte heredero. Al ser recién llegado, no puede tomar acciones legales hasta que sea nombrado como, en este caso, Emperatriz. Él pudo detener la boda. Pero, no quiso, ¿por qué no la detuvo?.

—Por favor, Rey Dominik responda.

—Yo soy de otra nación, ella se aprovechó de mi ignorancia para amenazarme. Estaba asustado.

—Bueno, ya escuché mucho de ustedes dos. Me gustaría escuchar a la princesa Marina. Su declaración fue: "Yo estaba presente cuando mi padre le pidió a la acusada que me excusara, soy testigo de que entregó el vestido. Yo estaba enferma, es por eso que no pude asistir a la ceremonia. Maranatha no siguió órdenes y traicionó mi confianza por completo". ¿Está de acuerdo con esta declaración?.

Miro a mi madre quien está sentada mirando hacia abajo, después miro a Darían, quien asiente con la cabeza dándome a entender un "tú puedes".

Pero a mi lado está mi padre quien me mira fijamente.

Yo asiento.

—Estoy de acuerdo con esa declaración.

El Emperador asiente y después sigue.

—A lo que la respuesta de Maranatha fue la siguiente: "Mis hechos son completamente diferentes, a mí me habían dicho que la princesa Marina quería verme, ya que estaba muy mal de salud, ella en su lecho de muerte me rogó que la suplantara por miedo a que el tratado de paz se rompiera".

—Objeción.—dice el abogado del rey.— Dice "en su lecho de muerte", si eso fuera así, la princesa aquí presente estaría muerta, y no lo está. Con esto se comprueba que ella está mintiendo.

El Emperador mira a Maranatha.

—Bien, por el delito de perjur—veo como uno de los hombres del Emperador lo interrumpe, le susurra algo y le pasa un papel.

Me tenso de inmediato.

—Ejem, la Señorita Maranatha entregó una prueba que puede esclarecer los hechos.

Mi As bajo la manga.

—Es un certificado hecho por un médico. Afecciones de la familia real. La Princesa Marina padece Catalepsia, una enfermedad desconocida para muchos, pero si existe, la enfermedad consiste en que la persona se queda inmóvil, su piel se palidece y los latidos de su corazón se enlentecen tanto que no se pueden percibir. Para personas que no estén familiarizados con la enfermedad pueden creer que la persona falleció, pero no es así. En los episodios de la princesa, ella está completamente consiente, escucha y puede pensar. Lo que no puede hacer es hablar ni moverse. Ella debe mantener siempre su certificado, ya que si se da un episodio y nadie la conoce, pueden sepultarla viva.—termina de leer el Emperador.—Ejem...esto es... Bien, entonces podemos decir que efectivamente lo que vio la señorita Maranatha, es cierto. ¿Usted falleció?.

Puedo ver como Dominik está enfurecido.

Es hora.

—Su imperial majestad, deseo que coloque seguridad inmediata a mí y a mi madre.—digo y mi padre golpea la mesa.

—¿Qué estás haciendo, Marina?.—pregunta furioso.—Recuerda que si dicen una mentira serás condenada.—dice y tira de mi cabello.

El Emperador alza la mano y los guardias retienen a mi padre.

—Siga hablando, princesa Marina.

—Si, yo padezco de esa enfermedad. Mi padre aquí presente, él me está obligando a mentir.

—No digas mentiras, Marina. Estás advertida, ya sabrás las consecuencias.—dice y lo sacan del salón.

Mis lágrimas comienzan a caer.—Ese hombre, me obligó a mentir. Está celoso de la relación entre el Príncipe Imperial Heredero y Maranatha. Cuando se enteró que el príncipe no asesinó a Maranatha, se enfureció. Creyó que iba a ser su venganza por.. porque ella no quiso acostarse con él. Él me dijo que esta iba a ser su venganza y que cuando la sentenciaran, él se la iba a llevar y la iba a ser de él. Cuando Maranatha dijo que intentó violarla, es cierto. Y también, debo admitir que ella siempre a dicho la verdad. Mi padre me manipuló y si, me hizo decirle que me suplantara antes de un episodio de Catalepsia.

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