Capítulo diecinueve
Lisandro empezó a quitarle la ropa mientras que Camila le hacía lo mismo. La llevó contra la mesa y la hizo sentarse en ella. Él intentó poseerla con su boca, pero había sido un día muy caluroso y Camila estaba incómoda con esa idea, ya que no se había duchado todavía. Solo por eso no se lo permitió. Para tranquilidad de la joven pareció conformarse con jugar con sus dedos en su interior mientras besaba su torso desnudo.
Camila lo había extrañado. Desde el primer día que se fue de la empresa deseo verlo. Ahora que no era su jefe, tal vez podría pasar algo entre ellos, pensaba por momentos. Y aunque le había dicho que no quería ser una más, a veces eso no le importaba y solo deseaba verle para que él hiciera lo que deseara con su cuerpo desnudo.
No significaba que ella se había olvidado de lo ocurrido, ni de cómo la había tratado. Pero el deseo era más fuerte. Lo carnal se volvía una necesidad que sola no lograba satisfacer y que le angustiaba imaginar hacerlo con alguien más.
Lisandro bajó por su abdomen e intentó volver a abrir sus piernas, por lo que ella tuvo que detenerlo.
—No me he bañado desde la mañana —dijo avergonzada, pero él solo sonrió.
—Pequeña mía, aún no entiendes que para mí hasta tu sudor me sabe delicioso —dijo con su voz gruesa y penetrante, la cual la excitaba horriblemente.
Los dos estaban completamente entregados el uno al otro. Deseaban satisfacer sus deseos carnales e iban a hacerlo. En ese momento, Lisandro bajó la cabeza para inmiscuirse entre las piernas de Camila. Pese a que ella, por vergüenza, le había pedido que no lo hiciera.
El actuar de Lisandro hizo que Camila empezara a gritar de placer. Sin darse cuenta, ella movió uno de sus brazos y tiró su vaso. Él no se inmutó siquiera, siguió apretando con su lengua ese punto, hasta que ya no pudo aguantar y la joven llegó en su boca.
—Perdón —dijo Camila, cuando logró recuperar la compostura.
Él la miró y se acercó a ella. La besó en los labios con deseo. Le había encantado lo que había pasado instantes atrás. Ella probó su propio sabor en él, y no pudo evitar desearlo más aún. Nunca pensó ser capaz de hacer todo esto, ni de sentirse así junto a un hombre.
—No voy a dejar que te recuperes, ya que no quiero ver cómo te vas de nuevo —dijo él con completa sinceridad.
Camila sintió cómo entraba en ella y supo que la tarde sería larga y placentera. Se abrazó a Lisandro y pudo sentir el calor que despedía. Ella lo deseaba pese a haber llegado hacía unos pocos minutos. Su cuerpo sudaba y le costaba aferrarse a él. Le dolía el trasero por la presión que su pelvis hacía sobre ella. Aunque nada importaba mientras siguiera dentro suyo, mientras el poder del placer los acompañara. Cerró los ojos y puso su cabeza sobre el pecho de Lisandro.
Sintió la necesidad de morderlo y lo hizo sin reflexionar. Él la agarró de la nuca y la besó con fuerza, su boca. La acariciaba de una forma que le mostraba lo exaltado que estaba por toda la situación. Camila no pudo seguir conteniendo el deseo de terminar y se lo tuvo que decir
—Voy a llegar —le advirtió ella entre jadeos.
Él la abrazó y volvió a presionar sus cuerpos permitiéndole liberarse. El cuerpo de Camila se desplomó sobre el suyo. Ella pudo sentir cómo salía de adentro. No se había dado cuenta cuando se había colocado el preservativo. Lo que la sorprendió, ya que pensó que estaba más consciente de lo que pasaba a su alrededor. Se había prometido a sí misma no perder el control, pero Lisandro causaba cosas en ella que eran imposibles mantener en regla.
Mientras que ella hacía su debate mental, él le tomó la mano y le pidió que lo acompañara al baño. No la soltó en ningún momento.
Camila entró al baño, y él ya tenía una bañera esperándolos llena de burbujas. La ayudó a entrar y luego se metió él. Ella pudo notar que seguía excitado. Aunque por un segundo no pudo evitar preguntarle si había llegado y él le dijo que no.
—¿Por qué no? —preguntó confundida mientras que con su mano la acercaba a él.
—No sé cuánto va a ser suficiente para que aceptes quedarte a dormir —dijo él, y eso hizo que Camila se quede mirándolo sorprendida.
—¿Me vas a pedir que me quede? —preguntó ella, y él la beso con ternura.
Eso hizo que Camila dejara de pensar. Los besos que Lisandro le daba en el agua eran encantadoramente tiernos. Ella se relajó lo suficiente como para aceptar una copa de vino. Estuvieron un buen rato besándose y hablando de trivialidades.
Terminaron en la cama de Lisandro, donde él volvió a poseerla con la boca. Lo que derritió a Camila y la volvió loca de placer. Algo que su exnovio no había conseguido hacer en cinco años, pero Lisandro lo hacía en unos minutos.
Cuando Camila supo que estaba por llegar, sintió que había algo que estaba mal. Por lo que le pidió que se detuviera. Lisandro la miró sin entender por qué lo hacía.
—Quiero hacértelo yo —dijo ella y se sonrojó.
Lisandro estaba muy interesado en lo que ella le proponía. Era la primera vez que Camila se lo iba a hacer a él. Lo que no imaginó era lo bien que lo hacía. No había manera de describir lo que sentía al verla así. Ella no le quitaba los ojos de encima. Cosa que aumentaba su deseo por la joven mujer.
Camila quería hacerlo sentir de la mejor manera posible. Aun así, no sabía cómo hacerlo porque no veía la reacción de Lisandro, ya que él era muy serio. Por lo que puso todo de sí. Si bien ya lo había hecho con su exnovio y tenía un par de referencias de cómo este se excitaba. No sabía si a Lisandro también le gustaría lo mismo. Él agarró la cabeza de Camila y fue manejando los movimientos hasta que por fin estuvo por llegar y la apartó.
Autora: Osaku
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Updated 79 Episodes
Comments
esterlaveglia
guau menudo festín se están pegando /Drool//Angry//Angry//Angry//Angry/
2024-06-06
4
Elide Rubio
wops
2024-02-16
3
Graciela Peralta
que bueno que pasara después
2023-10-09
4