Nos acercamos, pero ella no hizo ningún gesto al vernos. Solo observaba por la ventana.
—Hola Fresita —Saludo Astrid—¿Qué pasó? ¿Por qué llegaste tarde a clases?
No contestó, parecía no importarle la preocupación de Astrid.
Me senté frente a ella, tomé parte de la maraña que caía sobre su cara y lo coloque detrás de su oreja.
—¿Estás bien Olivia? —pregunté delicadamente.
Está vez, me miró y sin decir nada se levantó y salió del salón.
—¿Y a esta que bicho le pico? —dijo Astrid mirándome, mientras yo le devolvía la misma mirada de incredulidad.
Luego de ese momento tan incómodo no volvimos a verla el resto de la clase.
—Tal vez este enferma y le da vergüenza admitirlo —opino Astrid mientras íbamos en el bus de vuelta a casa.
— Si, a lo mejor, se le notaba muy decaída —comente.
—Si verdad… Mejor cambiemos de tema —sugirió—Mañana es el gran día.
—Por supuesto —dije con pocos ánimos.
Astrid me abrazó.
—Vamos tonta no seas aguafiestas, todo saldrá bien —
—Solo, no me vayas a dejar sola — supliqué.
Ella se sacudió en su asiento, y se puso una mano en el corazón.
—Jamás te dejaré sola, te lo prometo —
Reímos mientras la abrazaba.
Como es costumbre llegué a casa y mamá no estaba. En su lugar se encontraba una nota de algunas tareas que me había asignado.
Sin perder tiempo las hice y me fui a mi habitación. Saqué mi laptop y abrí las redes.
Miles de comentarios rondaban en Instagram y Facebook acerca de lo sucedido hoy. "Clara no llegó a clases" ¿Alguien vio a Daisy Hoy? ¡Cristina también faltó, y hoy presentábamos un examen importante!
Me llegaba la imagen del rostro de Olivia pálido, ojeroso, y se me llenaba la mente de miles de supersticiones.
Decidí no agobiarme más y ponerme a estudiar.
Después de una largas horas de estudio, me percaté que ya había anochecido. Mamá llegó y cenamos, mientras lo hacíamos me comentaba sobre su día.
—Hoy fue un día muy estresante —
—¿Por qué? —pregunté.
—Llegaron varias pacientes, féminas la mayoría, con una especie de Shock postraumático —dijo dando un sorbo a su té—Palidez, piel fría, sus madres se encontraban desesperadas además de que tuvimos que estabilizar sus temperaturas y hacer varios exámenes.
Al describir eso, recordé a Olivia y le hablé sobre su caso.
—Parecía Ida, también estaba pálida y algo sudorosa. De hecho nos ignoró y se fue como si nada —
—Ha de ser un nuevo virus que está en el ambiente, por más razón Samantha te prohíbo salir —recalcó— De clases a casa y de casa a clases.
Y seguía con esa idea, aún no entendía como le haría Astrid para sacarme permiso para mañana.
En fin, luego de esa charla tan alucinante me fui a dormir hasta el día siguiente.
La alarma sonó retardada; sin embargo, llegué a tiempo.
Al entrar al salón me percaté que varios asientos se hallaban vacíos. Según el profesor Murray varias chicas se encontraban muy enfermas y en sus casas, pero que no nos preocupáramos, ya que, la mayoría se recuperaban como es debido.
—No creo que la fiesta se haga con toda esta pandemia ¿Verdad? —le comenté a Astrid mientras íbamos de camino a la cafetería.
Ella se detuvo en pleno pasillo mostrándome su teléfono.
—Mira... Ashley aún sigue en pie con la fiesta y vamos a ir, ninguna gripe nos va a detener —dijo con entusiasmo.
Definitivamente, a Astrid no la vencía nadie.
La clase terminó con lentitud y antes de salir del instituto, mi amiga e inventora de las más grandiosas mentiras, llamó a mi mamá.
—¡Hola! Buenas tardes, señora Sandra ¿Cómo está?. Oh me alegro. Mire aquí estoy con Sam, sí… Ya vamos a casa solo que… Quería pedirle permiso para que se quede en mi casa, ya que haremos un trabajo muy importante y necesitamos terminarlo. Es para mañana ¿Será que puede por favor? ¡Le prometo que no saldremos! —Se hizo una pausa y continuó— Muchísimas gracias, no se preocupe la mantendremos informada... Bye.
—¿Y? —dije ansiosa.
—Pues... ¡Vas a tener que ponerte el disfraz de Ángel! —
—¡En serio dijo que si! —dije sin poder creerlo.
—Por supuesto amiga —dijo dando saltitos—Sabes que mis mentiras nunca fallan.
La casa de Astrid era grande, y como la mía también la soledad la habitaba.
Cuando se hicieron las seis de la tarde, empezamos a arreglarnos. Me coloqué el vestido y ya me sentía incómoda.
—Creo que es muy corto —comenté.
—Creo que exageras —protestó— Te ves hermosa, si quieres impresionar a Zack, deberás dejar tus Inseguridades a un lado.
Afirme con timidez y me puse las alas. Astrid onduló mi cabello y me adorno con varias estrellas de cristal.
—Preciosa —dijo cuando finalizó mi maquillaje.
Me miré en el espejo, el maquillaje que había utilizado era sutil. De colores cremas y no tan exagerado algo que me gustó muchísimo.
Al terminar de arreglar sus cuernos y su cola, llamó un taxi, que nos vino a buscar y en quince minutos ya estábamos en casa de Ashley.
¡Feliz noche de brujas! Decía cada disfrazado que nos veía.
Nos ofrecieron bebidas algo que yo rechace de inmediato. En cambio, Astrid se veía feliz, puesto que, en cada mesa agarraba un vaso diferente.
Había mucha multitud, entonces me vi en la obligación de agarrarme de ella. No sabía a dónde íbamos, solo me dejaba guiar.
En el centro del salón había solamente un sofá vacío y Astrid me guio hasta allí.
—Quédate aquí, vuelvo enseguida —
—¡Qué! Dijiste que no me dejarías sola —proteste.
—Tranquila, únicamente iré por ponche y una soda para ti —aseguró.
Astrid desapareció entre la gente, y yo no pude evitarlo. Me sentía incómoda, indefensa y torpe. Una torpe Ángel que no debió ir a esta fiesta.
De pronto sentí que me observaban, y buscando me encontré con la mirada de Zack. Esté lucia su disfraz de piloto de fórmula Uno, se acercó sentándose frente a mí.
—¡Wow! Pero que bonito ángel me he encontrado en esta fiesta—
¡OMG! Esto en verdad parecía un sueño.
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Updated 62 Episodes
Comments
Soledad Molina
ok
/Smile/
2024-07-31
0
geo
que niñas desobedientes jajajaja
2024-07-17
0
Rebeca Navarro
las an de drogar
2024-06-16
0