Acecho

—Solo son supersticiones —aclaró la mesera.

—Tonterías —opino la anciana— Se cuenta que en todo en el mes octubre se abren las puertas del infierno y todos los demonios allí contenidos, salen hacer sus fechorías.

Es por eso que mamá me advertía que no saliera en noche de Halloween.

—Gracias al cielo, ya es primero de noviembre. Hoy, las puertas ya están cerradas y los demonios volvieron al infierno —aseguró.

Que miedo si todo eso fuese real.

La señora me pasó su teléfono local que me pareció increíble de que tuviera más señal que mi teléfono personal. Llamé un taxi y este quedó en recogerme en media hora, así que tuve que esperar en la cafetería.

Me refugié entre los brazos y me dejé caer sobre la mesa. Aún no podía quitarme esa escena de Astrid y Dash con todos mirando como si fuese una especie de show o ritual ¡Que sé yo!

Luego llegó a mi cabeza lo que hice con Max, no sé que me paso ¡Yo no soy así! ¡Yo no soy atrevida! Pero con él, mi lado perverso sale. La Samantha oculta dentro de tanta peculiaridad emergía con únicamente un toque de sus caricias, besos y palabras calientes.

—¡Oh ya basta Sam! —me reclamé así misma, creo que hasta lo dije en voz alta, no obstante, me encontraba tan cansada que ya nada me importaba.

—Y así enloquece Samantha Walas —comentó alguien frente a mí.

Alce la cabeza y me encontré con el chico tatuado, cuyo color negro siempre llevaba encima y que hasta los momentos era arrogancia pura.

—¿Qué haces aquí Max? ¡Será que no puedo tener un momento de paz! — protesté.

A este se le marcó una sonrisa en su fina cara con varias perforaciones.

—Yo ya te había dado por muerta — dijo sarcástico.

—¡Oh imagina eso! Desde aquí percibo tu felicidad —dije con arrogancia—Reitero mi pregunta ¿Qué haces aquí? ¿Ya se te acabaron las orgías?

—Desde aquí huelo tus celos Sam —recalcó—Solamente vine a rescatarte como la última vez.

Este sí que era cara dura, no iría con él ni que me pagasen mil dólares.

—No es necesario, ya llame un taxi —le informe.

Él se echó para atrás y se cruzó de brazos.

—Pues aquí te vas a quedar esperando un buen rato porque ese taxi jamás llegará —

Lo mire seriamente y respire obstinadamente.

—¿Por qué lo dices? —pregunté.

—El puente de Richsclan que conecta esta parte con la ciudad, está cerrado, ya que hubo un derrumbe —

¡Mentiroso! ¡Embustero!. Me levanté de golpe y le pregunté a la señorita que atendía, esta no sabía nada al respecto; sin embargo, encendió la televisión y puso el noticiero local y justo allí estaba la noticia.

Periodista: Nos encontramos en el puente de Richsclan, que tan solo en pocas horas se ha caído. Al parecer la falla fue en uno de sus pilares lo que causó que se desplomara. Por suerte nadie salió herido. Se les recuerda a los habitantes de Sportclan y del Centro de Castle que no habrá paso hasta nuevo aviso.

Y así se cortaba esa mala noticia.

—Te... Lo... Dije —dijo Max sílaba por sílaba detrás de mí, como si todo este evento fuese divertido. Me esperaba un gran castigo cuando mamá se enterara de que me encontraba al otro lado de la ciudad y no en la casa de mí “amiga” Astrid.

Pase entre la multitud que veía con interés la noticia, tomé mi abrigo y salí de la cafetería. Y comencé a dar marcha.

A los cinco minutos, Max me seguía a paso lento con su auto.

—¿Qué mierda estás haciendo? —preguntó mientras conducía.

—Debe haber una manera de volver —respondí—Una manera de rodear y llegar a la ciudad. No pienso quedarme aquí y mucho menos contigo.

—Deja tu ridiculez, no hay manera de pasar —comentó—Te llevaré lo más cerca posible, si no me equivoco a un paso de ahí queda un hotel. Te quedas, te das una ducha porque te ves horrorosa y esperas Fin.

Detuve el paso y reflexioné. No sonaba tan mal, ya que, siendo realistas caminando no llegaría y posiblemente los pies se me llenarían de ampollas.

—Con una condición —

—¿Cuál? —dijo este con un movimiento de manos.

—No más me dejes en el hotel, te largas —dije decidida—No te quiero cerca de mí.

Y sé muy bien por qué lo decía.

—¡Vale! —dijo aceptando

Aclarado esto, me aproximé a su auto y me subí. Y a continuación siguió la ruta acordada.

La mitad del viaje fue silencioso, la otra mitad Max trataba de sacarme conversación. Sin embargo, me hice la dura.

—Entonces te comieron la lengua los ratones —se burló—¡No puede ser! Como voy a extrañar esa lengua.

Enseguida entendí la referencia, ese modo indirecto de hablar me ponía nerviosa.

—¡Te podrías callar! —protesté.

—¡Pues cállame tú! —contradijo.

—¡En serio que no te soporto Max! —

—Eso no me pareció, cuando nos besábamos y tus piernas estaban enrolladas en mi cintura —

Sentí mis mejillas calientes, de seguro ya me había ruborizado.

Decidí no seguirle el juego y hacerme la vista gorda con sus comentarios. Revise mi teléfono y aún no había señal, justo en ese instante me arrepentí de no haberle marcado a mi madre en la cafetería.

Como lo prometió arribamos en el motel

El sitio no era muy lujoso. Tenía una planta y sus habitaciones se accedía a través de un largo pasillo exclusivamente desde el aparcamiento.

El hombre que atendía en la recepción parecía conocer muy bien a Max, puesto que al verlo lo saludo de forma coreográfica.

Ya me imagino, a cuantas mujeres habrá traído aquí para cogérselas.

—Hola Cast una habitación para la dama —Pidió Max de manera respetuosa—Yo pago.

¡Él paga! No se lo iba a permitir, que pensaría el hombre ¡Que era una más del montón! además sería un favor más que deberle.

—No, yo pago mis propios servicios —declaré—¿Cuánto es?

—40 dólares señorita —dijo el hombre de corbatín de puntos.

¡Oh no! 40 dólares. Esperaba tener esos 40. Revisé sigilosamente mi billetera y nada más tenía 10 dólares.

—Apuesto a que no tienes —adivinó Max.

¡Maldito! Me sentía devastada.

—Yo pago —dijo pasándole dinero al hombre, este de inmediato me pasó la llave y la agarré con vergüenza.

De inmediato vi como le pasó más dinero y el recepcionista pesco otra llave entregándole una llave extra. ¿Es que acaso pensaba quedarse también?

Iba a hablar, pero él me interrumpió.

—Antes de que empieces con tu cacareo vamos a aclarar una cosa —comentó—El trato fue que me largará y que no esté cerca de ti. Bien… Estoy cumpliendo mi promesa porque si me voy a largar a otra habitación y no cerca de ti… Hasta luego preciosa.

Mientras el se alejaba triunfante, yo me quedé perpleja ¡No puede ser, este imbecil se va a quedar en este mismo motel!

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Comments

💖Elismar💋

💖Elismar💋

jajaja me encanta Sam 😂 tiene unas cosas. Pero sigue así no te dejes

2023-10-20

4

💖Elismar💋

💖Elismar💋

viste q si x algo siempre Max encuentra a Sam yo creo que quiere esa virginidad para un sacrificio. jajaja xq ya la está volviendo Loca

2023-10-20

1

💖Elismar💋

💖Elismar💋

vez yo si sabía q era asi

2023-10-20

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