Desiciones

Nico sale de su cuarto, un tanto mareado, rascando su cabeza, cómo recién despertado, comienza a bajar las escaleras, al llegar al comedor sigue caminando recto hacia la puerta de salida, en el camino, a un costado, están Inés y Esteban tirados en el suelo, como derrotado… junto a la puerta, en la ventana, se encuentra Ludmila, con su cabeza dentro de la casa y el resto del cuerpo del lado de afuera, era un hecho que había perdido una batalla… otra más. Nico abre la puerta y en la vereda se encuentra a Silvio, quien portaba un cinturón con accesorios de construcción, y una vestimenta casual, cortando el cuello de un demonio. A su alrededor, algunas criaturas más descuartizadas. 

Nico bosteza y pregunta -otro más?-mientras frota su ojo izquierdo.

Silvio suelta al muerto engendro y contesta -el cuarto está semana…-.

Nico se da la vuelta y camina en dirección a Ludmila, al llegar a ella, quien aún está sobre la ventana pregunta -estás bien Lu?-.

Está con los ojos mojados, enfurecida, se levanta del hueco que dejó su cuerpo, pasa a su lado y se mete en la casa sin decir una palabra… unos segundos más tarde se oye la puerta de la habitación de Nicolás cerrarse con fuerza.

Éste vuelve con Silvio e intrigado pregunta -qué le pasa?-.

Silvio lo mira y contesta -los vampiros son muy orgullosos… debe estar defraudada con sigo misma por perder todas y cada una de las peleas que tiene con demonios-. 

Nico mueve la cabeza, como entendiendo la situacion, luego continúa el interrogatorio -vos estás bien?-.

-si yo si… no me isieron nada…-, mira hacia la casa -pero voy a tener que arreglar la ventana de nuevo…-.

-sabes que no hay apuro por qué lo agas… te podes quedar el tiempo que quieras-, contesta éste.

-necesito irme Nico… alejarme un tiempo… pero no lo voy a hacer hasta dejar en condiciones tu casa-, aclara Silvio.

Nico asienta conformidad con la cabeza y vuelve a entrar a la casa, marcha hacia las escaleras, en el camino, encuentra a sus padres ya reincorporados, éste, levanta su pulgar y recibe la misma contestacion de ellos, entonces, sube los escalones directo a su cuarto.

Abre la puerta, allí se encuentra con Ludmila sentada en la cama, cierra la puerta y se acomoda a su lado.

 -estas lastimada?-, pregunta Nico mientras apoya la mano en su hombro.

-estoy furiosa…-, contesta ella entre dientes.

-puedo ayudarte?,- insiste.

Ludmila quita la mano de su hombro y lo mira fijo a los ojos tan cerca que sus labios casi eran uno y le dice -que buscas vos?, ¿Que venis a hacer acá?...-

Nico sorprendido contesta -solo quería saber cómo estabas, contenerte-.

-no entendés que vos y yo somos incompatibles?... Que nunca jamás podría un mortal como vos estar con alguien como yo?, ¿pensas acaso que esto es un cuento de Disney?-, retruca ella, luego se para, cruza la puerta, avanza por el comedor y sale afuera alejándose por la vereda.

Nico queda mudo, sin decir una palabra, se encontraba en ese momento en dónde los pensamientos nos devoran el alma despellejandola con emociones ardientes que hacen latir muy fuerte al corazón… así se encontraba él, derrumbado en sentimientos, sentado en una cama desordenada que más de una vez lo abrigó con la chica que hoy seguramente despertaba junto a su mejor amigo. 

Silvio entra a la habitación y lo ve sentado en el mismo lugar de la cama, comprende su tristeza, las lágrimas y le dice -alguna vez viste a Stallone rendirse en alguna película?-.

-a quien?..-, pregunta Nico que no escuchó del todo bien.

-Stallone… el increíble Stallone… acaso alguna vez viste que se diera por vencido y así termine la película?...-, le repite.

-nose… no recuerdo..-, agacha la cabeza como no importando el tema.

-Rocky, Rambo, Halcón… por nombrarte algunas…-, se arrodilla ante Nico y continúa -alguna vez lo viste rendirse?-.

Éste levanta su cabeza y contesta -no… nunca-.

Silvio se para, camina hasta la puerta gira observandolo y le dice -se Stallone-, luego se va.

Nico no entendía mucho la comparativa de su cituacion con la de Silvester Stallone en Halcón o Rambo… pero si entendía el mensaje de no bajar los brazos, de no rendirse… de seguir luchando, entonces, se paró, sonrió al mirar por la ventana, y bajo al comedor. Allí se encontraba Silvio arreglando detalles de las paredes, Nico, tomo un martillo, algunos clavos y comenzó a ayudarlo.

Trabajaron arduamente durante todo el día. Al atardecer habían terminado con el comedor y la ventana, pues solo faltaba el techo.

Cuando estaban por subir, para comenzar a tapar goteras y limpiar canaletas, Ludmila, aparece por la puerta, se acerca a Nico y le dice -podemos hablar-.

-si…- contesta éste sorprendido, deja el martillo en el suelo, y salen al cordón.

-quería pedirte disculpas-, le dice ella mientras juega con sus dedos, como nerviosa.

-esta bien, no tenes que hacerlo-, contestó él con las pulsaciones por las nubes.

-si… si debo… te trate mal… muy mal y vos solo querías ayudarme-, insiste ella.

Nico sonríe, en su mente comenzaron a nacer muchos pensamientos por lo que podría pasar en ese momento. Tenía una fuerte esperanza de que ella, al fin, le dé esa oportunidad que tanto ansiaba, que tanto esperaba… que, después de todo, se merecía… esa oportunidad, de la que solo un verdadero Stallone, era digno.

-me voy a ir con Silvio…-, dijo ella, mientras acomodaba su pelo en la oreja.

Nico se ahogó con su propia ilusión, tosió, fingiendo un atragantamiento cotidiano de comida, pero en realidad las lágrimas eran de dolor. Él preguntó -te vas con Silvio?, No comprendo…-.

-si… me voy con él cuando termine de arreglar tu casa-, aclaró ella.

-¿Cómo te vas?... ¿Por qué?-, insistió él.

-por que acá no tengo nada… mi papá está en el infierno, mi hermano valla a saber dónde… y mi mamá dando vida a algún elecho… no lo sé… lo único que sé y estoy segura, es que necesito alejarme de todo esto-, concluyó Ludmila.

Él enmudeció, agachó su cabeza, y se resigno ante la idea de que nunca volvería a verla… que esa ilucion, esa esperanza, ese sueño que lo motiva a seguir, se extinguía como la llama se extingue al contacto con el agua. Cuando recciono, cuando sabía que decir, que palabras utilizar para el momento, se dió cuenta que ella ya no estaba a su lado, que se había ido a descansar.

Un rato más tarde, cuando Nicolás lavó su rostro, subió al techo con Silvio, quien ya se encontraba arreglando.

-Nico!, al fin te dignaste a ayudarme-, le dice éste a modo de chiste.

Nico, triste, toma una tabla y, sin contestarle, se pone a arreglar los agujeros.

Silvio se levanta, va hacia él, y le dice -Ludmila ya me habló, trate de que cambie de decicion… que se quedará… pero es una chica muy terca…-, se agacha a su lado y sigue -la voy a cuidar bien…te lo prometo. Y cuando los demonios dejen de buscarme… vamos a volver… es un hecho-.

Nico le sonríe con una penosa cara y contesta casi sin voz -gracias-.

Silvio se levanta y más alegre exclama -y ahora vamos a dejar como nuevo este techo!-.

Unas horas más tarde, Silvio, martilla el último clavo para dejar el techo como si nada le hubiera caído encima, a su lado, Nico se encuentra dormido del cansancio. Entonces el demonio decide, imprudentemente, dejarlo dormir allí por esta noche…

Mientras tanto en las entrañas del infierno, el demonio Jesús, le dice al gobernante del Inframundo Häel -mi señor… Silvio está en la tierra y usando la fuerza será imposible traerlo…-

-entonces usa la inteligencia…-, contesta éste.

-si mi amo-, exclama Jesús sonriendo.

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