Dos calles adelante se encuentran Ludmila y el demonio escondidos, detrás de un coche abandonado, observando una especie de hombre-ave que está parado en medio dl pavimento. Detrás de ellos, en sigilo, llega Nico exclamando -listo… el monstruo con cara de perro quedó persiguiendo su propia cola… al final era un peluche con patas-, luego se asoma, observa al emplumado y pregunta -y eso que es?, Tiene un aspecto terrorífico..-.
El demonio contesta -es un hombre-ave, ahí muchos de ellos en el infierno… son muy charlatanes-.
-bueno vamos entonces, no creo que nos haga daño-, acota Nico y comienza a levantarse.
El demonio lo agarra de la remera y lo tira para abajo mientras entre dientes le murmura -que no te vea! Son peligrosos si no están cómodos… déjenme a mí-, éste se para y comienza a caminar hacia la alimaña.
-recuerda a Steve Irwin, recuerda a Steve Irwin, recuerda al mejor de todos-, se auto repetía en voz baja mientras desfilaba en dirección al espanto.
Al pararse en frente de él, ambos se observan, sus ojos se entrelazan, ninguno se permite pestañear. En un momento el hombre-ave dice -buenas tardes señor!, A usted se dirige está incógnita que recorre los escondrijos de mi mente… soy un hombre o soy un ave?.
El demonio se toma de la frente como resignado diciéndose a sí mismo -ya arrancamos…-.
El hombre ave impaciente repite -soy un hombre o soy un ave?... Señor-.
-no lo sé… serás un hombre?-, contesta el demonio levantando la mirada.
-un… hombre?...-, adopta una forma pensativa y sigue -acaso si fuera un hombre no debería sentir amor?, Acaso si fuera un hombre no debería sentir dolor?, O incluso apreciar los hermosos e imperfectos detalles que me rodean desde el más primitivo romanticismo?-.
El demonio, al verse esclavo del poeta con plumas, comienza a hacerle señas a Nicolás y compañía para que pasen por detrás del fenómeno y sigan camino, lo cual, lo interpretan a la perfección.
Al haber dejado atrás el peligro, ambos se relajan y caminan por las calles con cierta paz, algo que no concebían desde que dejaron la casa.
-en que te convirtieron a vos?-, pregunta Nico intrigado.
Ludmila lo observa, mientras camina, y contesta -nose… solo sé que me enojo y las cosas se salen de control-, observa al suelo como avergonzada.
Él apolla la mano en su hombro y exclama -tranquila, prometo que voy a solucionar este problema y vas a volver a ser la de antes-.
-ojala pudiera…-, murmura ella.
En eso llega por detrás el demonio exclamando -no volvamos a pasar por esta calle jamás… ese hombre-ave se comió a Shakespeare-
En sus manos llevaba un puñado de ajos, los cuales comienza a tirarle en reiteradas ocasiones, uno por uno, en el cuerpo de Ludmila hasta que está se da la vuelta y le dice -¿para… qué haces?-.
El demonio rápidamente pregunta -te causa dolor?-, y sigue aventandolos.
-no qué dolor… es molesto nene-, contesta ella.
-quería comprobar si eras un vampiro…-, luego tira los ajos que le quedaban al suelo y concluye -pero… creo que me equivoqué-.
-claro que te equivocaste…-, retruca ella furiosa, luego observa hacia adelante, señala un lugar y dice -quedémonos en esa casa que está abierta, la noche ya nos alcanzó-, y cambia su dirección hacia el transitorio hogar al parecer abandonado.
Tanto el demonio como Nico la siguen. Ya dentro, después de comprobar que si estaba vacía, encienden una chimenea con lo que encontraron, y junto a ella se acuestan a descansar.
Entrada la oscuridad de la noche, el demonio, comienza a sentirse incómodo, como algo molesto, entonces, abre sus ojos, se sienta, rasca su barriga y lo mira a su amigo. Allí se encuentra con Ludmila, como si de una fiera se tratase, a centímetros del cuello de Nico con su boca totalmente desplegada de dónde brillaban dos enormes colmillos. El demonio se echa para atrás y le grita -¡maldita!, ¡Si sos un vampiro!-.
Ella cierra su boca sin poder llevar a cabo el cometido y contesta -si… si lo soy-, luego mira al suelo y continúa -pero no soy mala… solo quería morderlo para que sea fuerte como yo… como en la película-.
-en la película?-, contesta pensante y sigue -no creo que funcione… en realidad no lo sé… me dormí a la mitad… me aburrió-, luego se gira a ella de nuevo y concluye -no es cierto, eso de la película, no sos tan ingenua…-.
Ludmila sienta aire y contesta -no… en realidad tenía hambre, pero solo le iba a sacar un par de gotas…-, luego se tira para atrás hasta toparse con la pared, allí en forma de bola, se queda sin emitir palabra.
Él se recuesta entre ella y Nico, quien aún se encuentra dormido y acota -quédate ahí monstruo, no quiero que te acerques-.
Al amanecer el demonio despierta y observa rápidamente el cuello de Nico, el cual, se encuentra intacto, luego, mira el lugar donde Ludmila se durmió pero ya no se encontraba allí, entonces se levanta, estira su cuerpo y comienza a caminar por la casa. En un momento comienza a escuchar tímidas exclamaciones de dolor que provenían de algún lugar de la casa, éste, en sigilo comienza a rastrear el origen del sonido. Habitación por habitación no logra dar con ello, hasta que, unos cuantos pasos adelante, se encuentra con el baño, y allí, se queda petrificado al ver a Ludmila arrojándose agua de a puñados en incontables heridas que tenía en todo el cuerpo, todas con forma de ajos.
Los ojos del demonio se cristalizan mientras pregunta -eso lo ise yo?-.
-si…- contesta ella, mientras contiene el dolor que siente.
-perdon… no era mi intención lastimarte- exclama él.
Ella contesta con una mueca que deja en evidencia el mal momento que estaba pasando.
El demonio se aleja en dirección a Nico, a quien despierta con un zamarreo. Ludmila aparece por detrás ya vestida, con la cara lavada, y el pelo recogido diciendo -vamos maricas… es hora de salvar a mi hermano-, mientras cruza la puerta de salida.
Nico, con lagañas, y el demonio un tanto triste la siguen por detrás.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 33 Episodes
descargar
¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
Comments