Nuevo mundo

El sol se filtraba por los cristales sucios de la ventana, posándose en el rostro de Nico, quien comienza a abrir los ojos lentamente. Al despertar, luego de despegarse de un erótico sueño, nota que no puede moverse, ni pies ni brazos responden, casi en desesperación observa el completo de su habitación, hasta que allí, en la silla donde deja su ropa doblada, estaba sentado el demonio. A éste se lo notaba cansado, cabeza abajo, como intentando obtener aliento. Nico lo observa, persive estos detalles -eeuu… que pasó?, ¿Por qué no me puedo mover?-.

El demonio alza la vista serio -hola Nico por fin despertaste… Tenemos que hablar-.

-¿Hablar de que?, Qué está pasando? Decime por qué no me puedo mover!-, levanta la voz.

-tranquilo… debe ser por las inyecciones que te suministre-, le contesta el demonio mientras se levanta de la silla.

-inyecciones?, ¿De qué estás hablando?-, lo sigue con la mirada.

-Estuviste dormido veintidós días, en ese tiempo te tuve que inyectar vitaminas, proteínas… un montón de complementos para que no te mueras… además de las que te puse para mantenerte dormido-, se sienta a su lado.

Nico contemplativo -pero por qué hiciste eso?, Por qué no querías que despierte?-.

-mira… estaba entre atarte, pero ibas a estar gritando todo el día, romperte los pies con un mazo, pero vos no sos escritor o la última opción, las drogas… y opte por drogas-, le sonríe.

-drogas?, Romperme los pies?, De que estás hablando no entiendo nada-, se encuentra muy nervioso sin poder mover un músculo.

El demonio se acerca aún más a él -mira te voy a contar. La noche en la que me pediste que el mundo se valla al carajo, la recordas?... Use todo mi poder para abrir un portal al infierno durante treinta segundo para luego serrarlo. Eso me dejó sin fuerza, solo podía caminar. Por suerte un colega de allí me conseguía las inyecciones para vos-.

Nico pensante le dice -no entiendo… y que fue lo que sucedió en esos treinta segundo?, Y por qué yo no debía despertar?-.

-bueno… ahora viene la parte en dónde te cuento el problema… el gran problema-, el demonio se pone de pie -por el portal ingresaron más de cien criaturas que prácticamente se apoderaron de la tierra en segundos… no son malas, solo se divierten, pero modificaron un poco bastante la vida en la tierra. Los primeros tres días no quise que salieras ya que escuche que algo les pasó a tus papás…-

Nico lo interrumpe -como a mis papás?, Que les pasó a ellos?-.

-Tranquilo, tranquilo, ellos están bien, va eso me dijeron. Vos no dormiste, estuviste en coma. Fue tanto lo que te inyecte en esos primeros días que ya no te podía despertar… así que prácticamente es un milagro que ahora estés despierto… y con respecto a tus extremidades, dales un rato, ya las vas a poder mover-, le palmea las piernas.

Nico un poco más aliviado -entonces me querés decir que afuera es un apocalipsis?-.

-nooo No No… como te decía, los demonios no son malos, no mataron a nadie… es la misma gente que se volvió loca y comenzó a matarse entre ellos e incluso a algunos de los nuestros-, se lo nota un poco triste.

En ese momento los dedos de los pies de Nico comienzan a moverse, con ello sus manos y al paso de unos minutos puede mover el cuerpo entero aunque muy lentamente.

Éste se sienta en la orilla de la cama y mira al demonio -veni!, Dame una mano para levantarme-.

-voy-, rápidamente el demonio lo toma de un costado y ayuda a levantarse -uh hermano primero date una ducha…-, le dice al tenerlo entre brazos.

-y que querés que huela a lavanda después de estar veintidós días acostado-, responde.

Juntos se aproximan a la puerta y frenan. El demonio lo observa fijo y pregunta -estás seguro que querés salir?-.

Nico con firmeza -si… lo estoy-.

El demonio estira su mano, toma el picaporte y abre la puerta. La escena podría fácilmente ser sacada de una película de terror. La casa se encuentra oscura, muy fría y adornada en su totalidad de telas de araña. Ambos la observan sorprendidos e invadidos por un miedo profundo. 

Cuando se llenan de valor comienzan a caminar, pero al segundo paso que dan son interrumpidos por un oso de peluche tamaño real junto a la puerta, postrado al suelo. Éste los observa y dice -buenos días querido nico, me alegra mucho que ellas podido despertar al fin-.

El corazón de Nico comienza a latir tan fuerte que cualquiera en la escena lo puede oír. 

El peluche sonríe y sigue -no temas compañero, soy Fibo, tu peluche preferido, no me recuerdas?-.

El demonio frunce los ojos -esto es muy parecido a Tod!-.

Fibo pregunta -¿quién es Tod?-.

Nico contesta -es Ted, Ted, un oso de una película-

-Ted?... Entonces el doblaje del Inframundo es malísimo-, acota el demonio.

Fibo repite -quien es Ted?-.

-no importa quien es Tod o Ted, o quién sea…- lo observa a Fibo -vos estás vivo en frente mío, medís más de un metro y hablas… esto es una locura!-.

Fibo sonríe -lo se querido Nico, se que esto parece algo mágico o algo así, pero es cierto, estoy acá a tu disposición…- se mira las patas amuradas al suelo -lamento no poder acompañarte por estar acá pegado, pero siempre que lo necesites te daré el mejor consejo-.

El demonio se acerca y acaricia su cabeza -buen peluche, buen peluches-.

Fibo lo observa -si fuera vos dejaría de hacer eso… esa parte de mí la usaba Nico para limpiar sus manos-.

El demonio observa como Nico se tapa la cara de vergüenza, luego obseva su mano, la huele -nooo… Nico… usabas un peluche para esto…-.

Nico lo mira -era lo único que tenía en mi pieza-.

Fibo contento exclama -asi es, recuerdo que lo hacía muchas veces al día, y aunque nunca entendí que era lo que hacía y por qué, lo aceptaba por qué yo lo quiero-.

El demonio mira a Nico -esto es más perturbador de lo que parece-.

Nico corta la conversación, observa a Fibo -muchas gracias Fibo, prometo visitarte a diario-, se da la vuelta y empuja al demonio bajando por las escaleras. De fondo se escucha a Fibo agradecerles la compañía y tarareando unas canciónes infantiles.

Al bajar las escaleras se encuentran rodeados completamente por telarañas, conductos que van al baño y otros a los demás cuartos, asombrados, giran sus cabezas y no logran entender lo que ven los ojos, hasta que en un momento dado, comienza a oírse movimientos de uno de los conductos, como si algo se acercará, algo grande, algo feo… algo hambriento… de repente de allí, dónde la oscuridad gobierna, se asoma una araña gigante, con patas largas y asquerosas, arrastrando una enorme cola peluda… cuando se acerca a ellos, dónde se podría encontrar la cabeza del insecto, está la mitad del cuerpo de Inés, su mamá. Ella abre sus brazos sonriendo como demostrando felicidad y dice -chicos!!!, ¡Que alegría verlos!-. Nico la observa mudo, y ante el esperpento se desmaya.

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