Darcel
- Niño, ¿qué demonios haces aquí? - Gritaron cuando me vieron fuera del cuarto, como si yo hubiese hecho algo atroz.
Era un niño, ¿que de malo tenía querer conocer lo que había más allá de la puerta? Yo solo tenía algo de curiosidad.
Esa voz vino a mi corriendo, me apretó el brazo con fuerza, lastimándome y me metió dentro, empujándome sin consideración.
Retrocedí con miedo, hacia una esquina, abrazándome a mí mismo. ¿Por qué nadie me quería? ¿dónde estaba mi madre? ¿por qué no venía a buscarme? No quería estar en ese lugar donde me lastimaban.
- Mami - Solloce, llamándola.
- Esa mujer te abandonado - Me repitieron una vez más.
- No, ella vendrá por mí, lo sé - Dije con certeza, como si ella pudiera sentirme.
Ese hombre gigante se rió, como si hubiese escuchado un chiste, lo que me dolió, más que sus palabras.
- Tus padres no te quieren, por eso te abandonaron aquí, el hombre de traje te lo puede confirmar - Después se dio la vuelta y azotó la puerta dejándome solo.
Siempre estaba solo, las personas que estaban conmigo venían e iban de un lado a otro, siempre evitandome como si fuera un atrasado.
Ni siquiera querían conversar conmigo cuando me daban mi comida, salvo para regañarme o gritarme.
Creí por algún tiempo que esa era la forma de hablar de los mayores, pero esa mujer me explicó que era porque era un desobediente, por eso me alzaba la voz, si no me hablarían de forma suave.
No sabía que tenía que hacer para escuchar esa suave voz que ella me decía, si todo movimiento provocaba gritos que me hacían saltar.
Mamá, ¿por qué no vienes? ¿a caso es cierto lo que dicen? No quiero que sea cierto, yo sé que tú me quieres. Por favor ven, no me dejes aquí, no me gustan estas personas, me dan miedo. Prometo ser un buen hijo si vienes por mi, mamá . . . por favor.
Lloré en silencio para que no me viera nome gritaran. Pero no pude evitar que mis hombros se estremecieran.
- ¿Qué estás haciendo? - Dijo una fría voz.
Limpie rápidamente mis ojos y gire con la cabeza gacha.
- Nada, señor, no estoy haciendo nada - Dije casi sin voz al ver ese traje conocido que me causaba escalofríos.
Era el único que conversaba conmigo. Yo no quería que lo hiciera, él era terrorífico. Sus palabras herían mi corazón. Decía que era para que me volviera duro y no fuese un débil.
- Solo los débiles y las nenas lloran, ¿acaso eres uno de los dos? -.
- No, no lo soy - ¿Que debía hacer si me sentía triste? Si no lloraba temía que mi corazón se fuese a romper dentro de mí.
Alce un poco el rostro ahora que él sabía que había llorado, ya no tenía por que agachar la cabeza y entonces, él sonrió.
Mi corazón se llenó de calidez, ¿acaso había hecho algo bien? Mi tristeza retrocedió varios kilómetros y me mantuve tan quieto como podía.
Tenía cierta duda. Quería saber si eso que el hombre dijo era cierto. Debí aprovechar antes de que se fuera y no tuviera más opciones cómo está.
- Señor - Dije con vacilación - ¿Mi madre me abandonó? - El hombre tardo tanto en contestar que creí que me iba a castigar por preguntar.
- Ya eres lo suficientemente grande para entender, así que te lo diré - Trague, tenía miedo - Tu madre te dejo aquí, porque eres un monstruo, le daba miedo lo que tienes dentro de ti, por eso se fue, dijo que no te quería cerca, que no tenía un hijo como tú, tu padre estuvo de acuerdo porque él hace lo que ella quiere. Esta es tu casa, aquí tú estás mejor que con ellos -.
- Mami si me quiere - Me negaba a creerlo, seguramente era mentira. Mis ojos volvían a arder.
El hombre vuelve a ponerse serio. Otra vez estaba enojado. Me mordí el labio para no llorar, los castigos de él eran más feos. No quería volver a la oscuridad. No me gustaba. Era demasiado frío, no me daba comida ni cobijas.
- Niño, si yo lo digo, es porque cierto, ¿crees que querrían a un niño desobediente y llorón? No, menos si le das miedo a tu madre -.
Me resbalé al suelo, sin poder aguantar más mi pequeño cuerpo. Sí madre no me quería,entonces estaba solo. No tenía nada, solo un enorme vacío. ¿Qué podría hacer para que ella me quisiera?, ¿debía desaparecer para que ella fuera feliz?
Una extraña sensación invadió mi cuerpo, empujando toda mi confusión lejos. Ya no tenía ganas de llorar, simplemente me sentía en calma y bien.
Los gritos se alzaron a mi alrededor, pero no deje que me llegaran. Aquí no tenía miedo. Me encerré más aquí, y deje qué gritaran sin parar.
Pero una punzada en mi brazo me trajo dolor, entonces toda esa sensación se rompió. Podía escuchar sus gritos a mi alrededor como si fuesen truenos. Esos gritos no eran para regañarme, eran diferentes, como si también sintieran dolor.
¿Esas personas podían sentir dolor? ¿qué les había hecho daño? Intenté observar, pero mis párpados estaban pesados, no los podía abrir. Tenía muchas ganas de dormir. Entonces lo dejaría para más tarde.
Una voz diferente me trajo al presente, y abrí los ojos. Gire mi rostro hacia mi supuesto tío, que parecía más un abuelo. Él decía que era hermano de mi padre. Seguramente su madre debió de tenerlos de extremo a extremo en su vida.
- ¿Qué pasa? - Conteste sin emoción, como si fuese un robot.
- Revísalo de nuevo, quiero ver si tiene más información que nos pueda ayudar a hundir a la familia de mi hermano -.
- ¿Eso es lo que quieres? Podría destrozarlo sin querer - Dije, pero él insistió.
Allá él, sí quería tenerlos tras sus pasos por descuidado, no me importaba, tenía mis propios métodos para enfrentarme a mi desleal familia abandonadora.
Me levanté del muro en que estaba recargado y camine hacia el hombre que estaba amarrado sobre la silla.
Mi tío había intentado el método tradicional de sacarle la información; a golpes. Solo consiguió un mosaico digno de una exposición y cero información.
Me detuve frente al hombre que me miraba sin reconocerme a pesar de que ya me había visto hace unas horas. Mi poder tenía ese efecto, podría dejar su mente sumida en una bruma, en un caos, lanzarlos un vacío terrorífico provocando un profundo miedo que los empujaba a la muerte.
Lo toque y observé lo que estás neuronas guardaban. Buscando cosas más específicas, de interés para mi tío.
Cuando termine cubrir mi rastro, haciendo que el hombre no pudiera encontrarme, volviéndome un fantasma al adentrarme a la oscuridad del cuarto.
- Tengo lo que quieres, es hora de marcharnos. Pronto vendrán a buscarlo - Dije para que nos fuéramos.
Mi brillante hermano seguramente ya habría encontrado algunas pistas a pesar de la bruma en esas mentes.
No me importaba, yo iba un paso adelante. Yo sabía quién era, pero él no conocía nada de mí.
. . .😳😧🥺
;0
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 117 Episodes
Comments