El beso robado

Se encontraba en la biblioteca sentado en una de las tantas mesas. Su típica mes estratégica, desde dónde podría ver todas las demás.

Era un buen lugar para encontrar candidatos con el perfil que necesitaba. Siempre queriendo hacer mejor sus trabajos. Estudio cada mente, descartando con lentitud.

Una vez más se desconcentro. No podía estar bien mientras el CEO de su empresa estuviera desaparecido. Tenía ya gente buscando su rastro después de haber sido informado.

Le gustaba la vida humana de los ricos, porque disponían de muchos recursos a la mano cuando querían. Andar sin ataduras o limitaciones para conseguir lo que se propusieron.

Había estado frente al ventanal de su apartamento, ubicado en el último piso del edificio, listo para salir rumbo a la universidad. Admiraba una espléndida vista; los miles de casitas, las decenas de edificios, y enredo de carreteras que envolvía la ciudad, como si fuese un espagueti con albóndigas.

De noche miles de puntos de luz adornaban todo lo que la vista alcanzaban a ver, era como una danza de luciérnagas que seguía algún destino. El sonido siempre quedaba fuera de sus oídos. Solo el silencio lo rodeaba para ayudarlo a pensar o planear, según lo que necesitará.

Estaba entretenido, cuando José, su secretario, apareció algo agitado y después aliviado de encontrarlo en casa todavía y le comunico que había un asunto de código rojo. Puso la tablet en sus manos y ahí estaba el jefe de seguridad.

- ¿Qué ha ocurrido? -.

- Su CEO fue raptado, nadie sabe dónde está - El hombre miraba nervioso y preocupado.

- Explícate, por favor - Era demasiado insólito.

El hombre se aclaro la garganta, respiro y continúo:

- El CEO estaba en una junta con algunos inversores en el ala oeste, todo transcurría como siempre. . . la seguridad colapso por unos minutos, cuando todo estuvo arreglado nos dimos cuenta de que algo extraño pasaba en esa sala, y fuimos a ver. Todos estaban desmayados e ilesos, cuándo fueron despertando preguntaron por el CEO, fue cuando nos dimos cuenta de que no estaba.

- ¿Cómo pudieron burlar tan fácilmente nuestra seguridad? - Y a plena luz del día.

- Aún lo estamos averiguando, señor. Le estoy informando tan luego como he podido. Pero. . . hay algo más - Mostró una grabación congelada - Pudimos obtener esto de una cámara fuera de la empresa -.

Se podría observar una persona que cargaba un bulto y miraba hacia la cámara, lo nítido en esta imagen era su sonrisa fría y aterradora que ponía los pelos de punta.

Era la única parte del rostro al descubierto, pues lo demás estaba cubierto en otros colores, aparentando ser un estudiante un trabajador joven de alguna tienda.

- No sabía que pudiera existir algo tan aterrador - Hizo eco su secretario.

- Señor, hemos activado el código rojo, cómo nos indicó que hiciéramos si ocurría este tipo de sucesos - Dijo orgulloso el jefe de seguridad, por haber hecho lo correcto.

- Has hecho bien, sigue adelante con todo. Quiero que investiguen cada detalle, hasta el más significante. Debemos encontrar al CEO antes de que le pase algo grave. Mantén al tanto de cada detalle a mi secretario - Cortó la comunicación y le dijo a su secretario - Cualquier cosa, dejare mi comunicación abierta -.

- Como digas - Su secretario se fue a su esquina de trabajo.

No puedo olvidar esa sonrisa por mucho tiempo, como si se tratase de un fantasma pálido y traslúcido que causará instintivamente su rechazo.

Volvió a traer a su mente a la biblioteca, después de un largo rato identifico un chico con buen perfil, así que tomo nota para una posterior evaluación laboral. Alguien se sentó frente a él, lo que atrajo su atención.

- Hola Logan, ¿qué te trae por aquí? - Digo algo bajo, para no interrumpir a los demás alumnos.

- Hola, yo vine a . . . leer libros - Logan parecía no saber qué decir.

- ¿Leer libros? - La manera en cómo lo dijo lo dejó tratando de encontrarle sentido. Pues ¿a qué más vendría a una biblioteca?

- No, no. . . bueno sí . . . quiero decir investigar - Su nerviosismo era evidente, ¿que le pasaba?

- Jaja, ok. Hay suficiente espacio para ambos, si quieres quedarte en la mesa -.

Le vio desviar varias veces la mirada y asentir, luego dejó su mochila en uno de los asientos.

Tomó uno de los tomos que había traído. Logan se fue hacia los estantes a buscar lo que necesitaba.

Volvió a concentrarse en lo que estaba haciendo antes de la interrupción. Apoyo el pie del libro sobre la mesa para evitar el cansancio en necesario. Estaba leyendo, pero no libros, este era una fachada.

No se percató del tiempo por la concentración, además de que tenía los ojos perdidos. Algo extraño lo trajo de inmediato hacia su cuerpo.

El libro raspa lo de sus dedos. Sus ojos Se abrieron como platos del desconcierto.

Logan lo había besado. Besado cómo lo hacía con una chica. Diablos. ¡Un chico lo había besado! ¿qué le había hecho creer que le gustaba su género?

Captó a Logan separarse un poco, buscando una respuesta de él. cuándo pudo reaccionar hizo el espacio más grande. Se había llevado tremendo susto.

Lo siento, no puedo responder a eso - Hablo de inmediato, para cortar todo lo que el chico estuviera tratando de hacer.

A Logan se le descompuso la cara, sus ojos se merecieron.

- Yo . . . no era mi intención . . . es que eres tan atrayente . . . no me pude resistir - Se levantó para irse. Lo retuvo del brazo. No quería que terminara mal.

- Lo siento en ese plano, pero eso no quiere decir que no podamos ser amigos, es todo lo que puedo ofrecerte, lo siento -.

La mirada del chico era huidiza como siempre, tratando de ocultar lo que era. Lo soltó, no podía hacer nada más, solo ofrecerle su amistad.

- Lo pensaré - Y se marchó.

Volvió a sentarse y respiro profundamente. ¡Ah! ¿Por qué atraía hasta los chicos?

Demasiado atractivo magnético, eso decían los que le conocían de primera mano, pues los otros solo veían el disfraz que proyectaba.

Otro beso así y dudaría de sí. Lo que le recordó a la chica del laboratorio, no solo tenía una cara linda, sino un cuerpo de modelo; buena proporción en cada parte.

Diablos, si que la había observado bien.

Tan delgada y alta, de esto último se dio cuenta cuándo habían caminado juntos rumbo a la cafetería.

Cuando conversaron en el comedor se dio cuenta de que la chica también era lista, muy lista. Lo que le dejó aún más interesado.

No le sería fácil olvidar su nombre : Shadani.

Así se llamaba la chica que por ahora era su amiga. No quería nada más, podría atraerle, pero no era el tiempo de darle importancia a las relaciones.

Su padre tenía prioridad en estos momentos, aunque si su atemporal madre se enteraba, le obligaría a dar el siguiente paso alegando que tenía que vivir esa clase de experiencias.

No, tenía que centrarse, no quería ver más esos ojos sin brillo de su madre, tenía que ayudar, eso era lo más importante.

Se levantó del asiento, recogió sus cosas y salió rumbo a su apartamento.

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