Darcel
El vacío es mi don o maldición, como lo quieras tomar. Mi nombre solo lo conocerás tú y nadie más.
Soy Darcel y ese nombre le viene perfecto a mi poder, porque representa lo que soy.
¿Quién soy? Será nuestro secreto, pero si prometes no contarle a los demás.
Para empezar, diré que tengo estrechos lazos con nuestro querido protagonista, tan estrechos que los odio.
No soy la única familia perdida o no reconocida por ellos. Ellos que me abandonaron por mi poder.
Y se jactan de no ser como los humanos, ja. ¿Porque será que no les creo nada?
- Su guardaespaldas estará en la universidad con él, a partir de hoy - Dice mi supuesto tío. En sus ojos también hay deseo de matarme, pero no es a mí a quién debe ir dirigido su rencor, sino hacia ellos.
- Claro - Digo de forma escueta. No soy una persona que hable de forma innecesaria.
Salgo del salón dónde está mi tío y me marchó a la ciudad. Los dos tenemos el mismo objetivo; cobrar nuestro sufrimiento.
¿Me preguntó en algunas ocasiones si mi destino sería diferente si me hubiesen incluido en su familia? No, eso es imposible.
Sigo caminando entre las calles, escurriendome con las sombras. Es lo que se me da muy bien, para eso fui entrenado.
Paso una calle algo transitada, que no puedo evitar. No me siento bien aquí. Me molesta la gente, esas caras, esas emociones que reflejan. Respiro con profundidad para mantener el control de todo.
Vuelvo a mi expresión sin emoción, y es ahí donde me siento seguro, poderoso. Donde las aguas son eternamente tranquilas.
Siendo un roce cálido sobre mi brazo, y eso me hace reaccionar por reflejo, empujando a esa persona.
- Oye, qué te pasa - Dice una voz.
En vez de contestar le lanzó una mirada de odio. Ella no puede con mi mirada, a los segundos siguientes sus ojos se cristalizan como si lo hubiera rechazado.
No voy a disculparme por haberme tocado, porque no soporto el contacto. Es como si me quemara, tan doloroso.
Me giro y camino más rápidamente. Sé que sí me quedo en este atestado lugar terminaré golpeando a más de uno.
Al girar otra calle, encuentro un callejón vacío, y me meto. Esa maldita calidez se desvanece tan lento. Mi corazón intenta jugarme una mala pasada, como si quisieras demostrarme que aún soy capaz de sentir un abanico de emociones.
Recuerdos muy lejanos vienen a mí, para volverme a meter al carril.
- Mamá - Dice una voz de niño mirando con interés a esa mujer que siempre está cerca.
- Niño, no soy tu madre - Dice mientras anota en unas hojas.
- ¿Crees que nos servirá? - Hay un hombre de traje oscuro a su lado. Su vestimenta pulcra y de finas telas dan a entender que es una persona de alto estatus.
- Claro que sí señor, su poder es distinto, pero aterrador, tan diferente del otro -.
- Este niño me gusta - Comenta el hombre sonriendo, por lo que el niño también sonríe. El hombre vuelve a estar serio - No quiero que sea emocional, entrenenlo para quitar esta parte -.
- Por supuesto, ¿quiere cortar todo lazo afectivo? - Ella le pregunta al hombre mirando con interés.
- Sí, quiero que solo sea manipulable por mí, por eso está aquí, no puede responder a nadie más, ni siquiera tener ideas de traición, quiero que toda esperanza sea cortada de raíz -.
- ¿Está seguro? - La mujer dudo por primera vez - Es en parte humano después de todo, podríamos crear algo que se salga fuera de nuestras manos, además . . . es un niño -.
- Eso no es un niño, no te dejes engañar por tu corazón de mujer, esa linda cara es solo un arma, si no lo educamos él se saldrá de control -.
La mujer miro con ternura el niño, instantes después borró es expresión.
- Bien, será como usted quiera -.
- Mami - El niño volvió a llamar. Quería ser abrazado por esa mujer, que le sonriera y durmiera junto a él.
Con su inocencia se acercó un poco más a ella. Sus piernas se estaban fortaleciendo, por lo que pudo pararse y dar un paso. Espero a que ella le felicitara o le diera un abrazo.
Ninguno de los dos adultos se movió, siguieron mirándolo. Así que tomó la iniciativa y se acercó otro poco más a la mujer para tocarla.
No lo logró, un manotazo le hizo perder el control de sus pequeñas piernas y terminó sentado. Le dolía, ¿por qué se enojaba? Quería un abrazo de ella.
Su linda cara dejó caer lágrimas que parecieron ablandar el corazón de la mujer.
- No lo toques, no caigas en sus engaños, te lo advierto de una vez. Sí eres débil ante el niño te irás -.
La mujer retrocedió un paso. El hombre no dejo de mirarla, parecía estarla evaluando.
- Las mujeres parecen no ser capaces de hacer este insignificante trabajo, su instinto maternal es un obstáculo - Declaró.
- Claro que puedo hacerlo - De defendió ella.
Pero el hombre negó con la cabeza. Miro alrededor con sumo cuidado.
- No quiero ver nada fuera de lugar en esta habitación, cualquier intento de intimación con este niño y serán despedidos - Dijo a todos los que miraban a través de las cámaras.
Los que trabajaban con el hombre, sabían que tenían que cumplir al pie de la letra lo que dijera, porque no conllevaba solo el despido, sino la muerte y de formas atroces.
El pequeño no se dio por vencido e intento volver a tomar la mano de la mujer. Había olvidado el golpe de rechazo de hace unos minutos.
Y siguió intentándolo muchos meses después, porque no sabía que no podía. Pero poco a poco comprendió que era una regla no escrita.
- Los niños buenos no tocan a las personas, no dan abrazos ni les toman de la mano - Repitió la mujer una vez más, repitiendo las frases que el hombre le ordenaba.
- ¿Mami? - El pequeño intentaba comprender.
- A nadie, se bueno y siéntate, o te castigare -.
El pequeño obedeció. No quería que su madre le golpeara. No quería que se viera triste cuando lo hiciera.
Pero esa mujer no era mi madre, la verdadera estaba en otro lado disfrutando con su familia. Me había olvidado.
Ella me había abandonado porque no le gustaba lo que era, eso me dijo ese hombre desde que comencé a comprender el significado de las palabras.
Me vengaría de cada miembro de esa estúpida familia por rechazarme, por todo el dolor y el sufrimiento mi pecho, que no me dejaba respirar.
Ese era el único motor de mi existencia, lo único que tenía significado para mí.
El hombre me contó que ella respetaba la humanidad, entonces yo haría lo contrario, la destruiría.
Todo lo que ella respetara y amara lo destruiría. Destruiría toda su felicidad.
La universidad apareció ante mis ojos. No me deje impresionar por su imponente fachada. No venía a admirar estúpidos edificios. Venía a probar ese empleado del bendecido con el poder de leer las mentes.
Chasquea la lengua.
Estúpidas mujeres que no dejan de mirarme. La belleza era una distracción, pero en este momento no la necesitaba. Vi un chico que cargaba una gorra atrás tu mochila. Deslice los dedos y la tomé.
Seguí caminando, buscando. Había visto una foto del empleado, solo tenía que tener paciencia. Si no le encontraba hoy, lo haría mañana. Pero no se iba a escapar de mis manos.
...😈😢
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