Una escena para indecente

Logan

Tenía prisa por recoger algunas cosas de este laboratorio para su lugar de trabajo. Abrió la puerta de golpe, y se apresuró al estante.

No vio a la pareja que se estaba besando e iba por la parte indecente, donde ella tenía la falda hasta la cintura y el pecho descubierto.

- La materia no se crea ni se destruye solo se transforma, la materia no se crea . . . - Se iba repitiendo su frase favorita. Era ya como una mantra que lo tranquilizaba.

Ellos se habían detenido con su voz. Por el rabillo del ojo vio movimiento, pensó que las cosas estaban moviendose solas. Odiaba la relación con lo del más allá.

Trago saliva, el miedo se reflejó en sus ojos, giro lentamente preparado para gritar ya que no creía que los objetos físicos le fuesen a ayudar.

Ver a dos personas les hizo sentir aliviado, pero no por mucho tiempo, ya que su cara se puso roja al ver tal escena.

- "Pero si la chica está casi desnuda" - Pensó para sí.

Ella se acomodo la ropa toda prisa.

A la señal del chico, se marchó. Al parecer le había ordenado vestirse primero.

Eso había sido muy ardiente, demasiado, para un torpe como él en esos temas. El solo sabía de besos y hasta ahí llegaba su conocimiento práctico.

El joven se acercó, aún así, no pudo moverse, lo miraba con los ojos entrecerrados, luciendo molesto.

Se paró cerca de él, demasiado cerca, podía tocar su nariz si lo quisiera. ¿Dónde lo había visto? ¿por qué se le hacía familiar? Sintió el aliento sobre su oreja, trago saliva.

Se sentía incómodo y . . . ¿excitado? Seguramente era por la fogosidad que se había grabado en sus pupilas.

- Si la materia no se crea ni se destruye, entonces. . . transformemosla - Susurro y roso el contorno de su oreja con sus labios, después bajo un poco a su cuello.

Esas acciones lo sobresaltaron y desencadenaron un gemido. ¿Cómo era posible que reaccionara tan fácilmente a un desconocido tan guapo?

Aquél le miro, en su rostro bailaba una sonrisa burlona. Lo vió relamerse los labios. Y entonces una carcajada estruendosa salió de esos mismos labios.

¿Acaso se estaban burlando de su persona? Apretó los dientes, sus ojos estaban cristalizados como un pedazo de hielo que estaba por derretirse.

El joven guapo lo miraba atentamente, confundido. Eso le hizo recordar en dónde se lo había encontrado.

- Lui - Pronunció lentamente dejando al otro más perdido.

- ¿Me conoces? ¿cómo sabes mi nombre? - Esos ojos volvieron a adquirir un brillo perverso y una sonrisa lobuna - No me digas que te gustó -.

- No . ... tus amigos . . . - Ni siquiera lo había visto antes de su primer encuentro.

- ¿Mis amigos? ¿te gusta uno de esos idiotas? Qué mal gusto - Ese hombre no podía hilar nada.

- Tú me tiraste en la máquina expendedora. . . tus amigos dijeron tu nombre y . . . te fuiste . . . yo no te había visto nunca - Otra vez no podía decir la frase entera por los nervios.

¿Cómo iba a decir algo coherente con ese cuerpo encima, y para rematar con una expresión burlona en todo momento?

- Oh. . . no puedo creerte, tal vez planeaste los encuentros. Los tipos como tú son un asco, demasiado femeninos e irritables, queriendo parecer chicas y no tienen lo necesario, tu cara linda solo me dice que eres uno de los peores - Su saliva había volado por toda oreja cuando lo dijo.

Al fin se separó y se fue por la puerta enojado, murmurando pestes acerca de los afeminados y el infierno tapizado de gente anormal.

Resbaló por el piso y lloró. ¿Por qué había estúpidos qué pensaban como él? Tan machistas y de mente tan cerrada. ¿Que tenía de malo ser cómo era?

Lo maldijo tan solo conocerlo. Detestaba encontrarse con ese tipo de personas y sus burlas sin sentido. Nunca les hacía nada para provocarlos.

Era cierto que parecía más una delicada chica que un joven normal. Su constitución delicada y suave solo le hacía traer indeseables. Ellos solo le daban un vistazo y todo comenzaba.

Lloro un largo rato. Cuando sus ojos no pudieron más se levantó del suelo, y se puso agua de uno de los grifos de la mesa más cercana, tomo lo que buscaba y se marchó cabizbajo.

Cuando llegó a su lugar de trabajo una amiga lo estaba esperando. Ella lo miro y se dio cuenta de que algo pasaba.

- ¿Otra vez fuiste molestando? - Asintió, no podía negarlo con esos ojos hinchados - ¿Quién fue ese imbécil, dime cómo es para ir a buscarlo? -.

- No. . . no es necesario - Recordó aquel rostro, era muy lindo pero un idiota - Diría que se parece a ti, de bello aspecto.

- He, ¿puede alguien compararse conmigo? - Se señaló a sí misma.

- No, tú eres muy bella e inteligente, una combinación en un millón -.

- Así es, pero no te deprimas, ven aquí - Extendió sus brazos para ayudarlo a quitar esa depresión.

- Fue muy cruel, yo iba a por unas cosas, no sabía que estaba interrumpiendo - Dijo sintiéndose más reconfortado después de ese abrazo.

- No te preocupes, ya pasó, ojalá nunca te lo vuelvas a encontrar, y si lo vemos dímelo, les diré tres verdades para dejarlo morder el polvo, todos tienen cola que les pisen -.

- ¿Pasaste de casualidad por la café? No quiero volver a salir - Dijo con pesar y hambre.

- Este. . . yo, sí, claro. . . cómo no iba a pasar - A ella le entró una risita nerviosa. Se alejó un poco y comenzó a hacer algo.

- ¿Te pasó algo interesante en el café? - Eso serviría muy bien para hacerle olvidar el mal rato.

- Ah. . . bueno, fui a comer con un amigo - Ella le pasó un plato con rebanadas de pizzas protegidos por una delgado nailon.

- ¿Del tipo "lo quiero para novio"? - Le lanzó la frase en espera de su reacción. Estaba atento a sus gestos mientras comía sentado en una silla.

- Posiblemente. . . tiene tantas buenas características. . . es amable, respetuoso, todo un caballero, y es lindo para complementar, además de unos ojos expresivos que te dejan en la luna -.

- Entonces. . . me estás diciendo que, ¿te has enamorado? - Busco su bote de agua para pasarse ese pan tan seco y rico - Al menos asegúrate primero de que tenga cerebro, para que no lo haga sentir inferior con tu brillantes -.

Sabía que para su amiga era difícil conseguir novio. La mayoría no quería que su mujer fuera más lista e inteligente en la relación. Siempre querían ser los dominantes, por eso su amiga terminaba decepcionar a cada rato.

- Se ve distinto y con potencial - Los ojos de ella seguía brillando - Basta con mirarlo para saberlo. Hasta su forma de hablar es tan culta, nada que ver con los demás alumnos. . . -.

- Shadani, haces que quiera conocerlo, y entonces. . . ¿ ya lo besaste? -.

- ¿Que? - Ella se revolvía en su lugar sonrojada - ¿Por qué haría eso? Del país de dónde vengo las mujeres somos muy recatadas, no podemos exhibirnos besuqueandonos en lugares públicos -.

- Nadie se va a enterar si lo besas, bueno, yo, si me lo dices - Le guiño un ojo.

Una vibración en la bolsa trasera de su amiga, les interrumpió. Ella contestó de forma suspicaz.

- ¿Qué pasó? . . . ¿que? Otra vez te vas a quedar. . . si no llevas tu llave no te voy a abrir. . . no me importa, también tengo que dormir ¿sabes? - Colgó echando chispas.

La miro con una ceja levantada. ¿Quién la pondría de tan mal talante?

- El idiota de mi hermano - Nunca le había mencionado ese pequeño e insignificante detalle.

:/

. . . 🥺🤔🙀

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