Libardo se dirigía hacia la cafetería de la universidad, con pasó lento y pensativo, agarrando de un asa su ligera mochila, para que no escapara de lo vacía que estaba.
El primer tanto de clases ya había pasado, entre salones, de piso a piso, o de extremo a extremo, había lanzado tanto glamur y leído tantas mentes que estaba agotado.
En un rincón de su mente había seguido pensando en el secuestro de su CEO, en lo que buscaban de el para atreverse secuestrar a alguien tan importante dentro de tu empresa.
Su empleado seguía en el hospital recuperándose, altamente resguardado por hombres de confianza y de forma confidencial, para evitar que pudiera ser filtrada información a los medios.
Ya se había armado una historia para esta prensa que no tardaria en meter las narices en todo, no quería a traer demasiada atención.
Debía seguir siento invisible a la humanidad junto con su familia, sin importar nada, el dinero le era de mucha ayuda, no iba a dejar que esa gruesa tapadera cayera. No sí de eso dependía mantenerlos a salvo.
Pero uno de esos tentáculos había tocado a su padre de alguna forma, apartandoles de su lado.
Tenía que recuperarlo por él, y por su madre, una mujer fuerte pero sensible con respecto a su amor.
Suspiro con pensar. Tenía que encontrar a esas personas únicas tan escasas.
- Libardo, libardo - Era una voz femenina conocida.
Del fondo del pasillo venía una chica de ojos semi rasgados, de forma apresurada, alzando la mano para que se detuviera.
- Buen día . . . Shadani - Saludo cuando la tuvo a unos pasos.
- Hola libardo - Trataba de recuperar su tranquila respiración.
Casi pensó decirle preciosa, pero lo cambio a tiempo, no quería hacer creer algo que no podía ser.
- ¿Te unes a la comida? - Señaló hacia delante con un gesto de cabeza.
- Claro, tengo mucha hambre, estás clases te abren el apetito-
Le sonrío complacido, lo que la hizo de su ubicarse. ¿Acaso podía ver a través de su pantalla mental?
Pensaba que ella estaba encantada con su personalidad.
- ¿Seguimos? - Le recordó.
- ¿A dónde? - Pregunto la joven sin recordar que que hacían, después sus ojos brillaron y enrojecido.
Al parecer por fin volví a su cuerpo.
- Claro, claro, la comida - Lanzo una sonrisa nerviosa.
Juntos se encaminaron para entrar a la cafetería que estaba abarrotada de estudiantes hambrientos, que se arremolinaban en varios puntos, tratando de ver que comprar.
A su pado escucho cuchicheos sin la necesidad de sondear las mentes de esa sala. Primero había pensado que eran los cotilleos habituales, pero cuando hablaban le lanzaban breves miradas que se escondían rápidamente en otro lado.
No tenía que prestar mucha atención para saber que decían. Era ella la famosa y él, el que se aprovechaba de esa fama para sacar beneficios.
- ¿Quién será ese chico que está al lado de la chica bonita? - Codeo una persona a otra.
- No lo había visto. . . ¿ya viste su rostro? Se ve tan ordinario - La malicia estaba presente en esa voz.
- No seas envidioso, no le falta cuerpo, en cambio tú - Se rieron del otro.
- No me molestes, seguramente debe estar tras su dinero, dudo que dure mucho -.
- Ese chico es muy feo, cómo puede andar junto a una de las bellezas de la uni -.
- ¿Quién es ese que se atreve a estar a su lado? Soy mucho más guapo que ese gusano -.
Sus agradables comentarios comenzaban a relajarle de sobremanera. La preocupación que había tenido unas horas antes se esfumaba como el humo. Estaba luchando por mantener una expresión de lo más sería, pero su rostro forma vaya una extraña mueca.
- ¿Cómo ha ido tu día? - Pregunto antes de que comenzará a reírse como un loco y provocara el caos en ese pequeño espacio.
Ambos llevaron sus comidas hacia una mesa que milagrosamente estaba desocupada pero que los ponía en la mira de toda la cafetería.
- Igual de pesado que todos los días, esta vez nos han pedido leer unas ocho mil hojas de un libro para dentro de dos días - Su voz tenía pesar - No podré dormir bien estos dos días -.
- Mi pésame, es una lástima que no pueda ayudarte - Le comento mientras tomaba un bocado del aromático arroz blanco.
- Sí, es una lástima - Replico viéndole comer con entretenimiento sin darse cuenta de su acción.
Un nuevo murmullo se volvió a escuchar desde las puertas de la cafetería. Desvío ligeramente la vista por curiosidad, hacia la vida estudiantil.
Otra vez de nuevo ese enorme gorila, que parecía cargado de exceso de hormonas. "Hay vienen los problemas", pensó.
A su pasó ese gorila levantaba decenas de miradas femeninas como si fuera una deidad. ¿Que les haría a las chicas para que le lanzarán tales miradas? No parecía que nada decente.
El joven caminaba hacia su dirección, y tras el iban sus inseparables sombras. Hizo una señal y los chicos se dispersaron y el continúo hasta quedar junto a los dos.
Acercó una silla a un costado de la mesa frente a ambos, y se sentó recargando sus brazos sobre el respaldo de la silla, que había acomodando al revés y los observó.
- ¿Qué quieres? - Escuchó a Shadani pregúntale, después de un vago vistazo.
- Nada - El chico los observaba detalladamente ambos, en busca de algo comprometedor.
- ¿Por qué no nos dejas? Estamos ocupados - Ella estaba molesta.
- ¿Por qué? El no ha insinuado que me vaya como tú - El chico miro a libardo - ¿Estoy interrumpiendo algo? -.
- Nada, solo estamos comiendo, eres bienvenido -.
Mientras más lo veía más parecido le encontraba a la joven que estaba a su lado. Ambos tenían una piel clara y cremosa como la leche, ojos semi rasgados y una cabellera hermosamente negra.
Solo que ella era delgada y curvilínea y el chico un gigante, pasado de músculos.
El gigante se levantó, puso la silla al lado de la de ella, después pasó su brazo por encima de su hombro. Le estaba mirando como si buscara algo, pero ¿que?
Su curtido rostro imperturbable le hizo soportar las ganas de volver a reírse una vez más. Intuía por dónde iba, pero eso no iba a funcionar por qué a leguas podía ver la relación.
- ¿Quién es él, entonces? - Pregunto a la chica.
- Te presento a libardo. . . mi amigo - Dijo cortante para sacarselo de encima.
- Así que libardo, dime ¿Te gusta ella? -.
- No estamos haciendo nada que de a entender algo mas - "Un tipo muy sobreprotector", pensó.
- Ella es linda, inteligente, muy capaz, tranquila y virginal . . . Dijo como si ofreciera un producto.
Ella le dio un codazo en las costillas y el chico no sé inmutó, pero ya no siguió.
- Ya vete. Estás incomodando a mi amigo - Sus mejillas estaban enrojecidas.
- Pero no tiene perfil de amigo, se ve más como. . . - Pico más el tipo a la joven.
- ¿Por qué eres tan metiche? -Ella estaba casi desesperada porque se fuera - Ya vete, estorbas -.
- Está bien, me voy - El chico le dio un beso en la mejilla de Shadani y lo miro por última vez. Se levantó de la silla y se fue con sus amigos.
- Disculpa por todo lo que te dijo el tonto, a veces es un cabezota -.
- No hay problema - Se recargo en la silla - ¿Tu hermano mayor? -
- Sí, mi mellizo, tiene esa ventaja por nacer primero - Confirmo.
- Ah,ya - Dijo viendo el revuelo que causaba al volver a salir.
:/
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