Abrí los ojos molesto. Llevaba horas utilizando mí magia para traer a Lucas de nuevo y no lo lograba.
-¡hay algo que no estamos viendo!- dijo pensativa Rosita- hace una semana los antimonjes absorbieron el maleficios. ¡Su vida está a salvo! ¡No entiendo porque no despierta!.
- claramente debe ser algo psicólogico- dije mientras me levantaba del suelo y acomodaba mí capa de piel.
- ¡su mente se niega a liberarlo!... Pero... ¿Se puede penetrar en su mente?.
- si, es arriesgado... Y podrías quedar atrapado con el ahí dentro.
- usaremos eso como última opción. No te preocupes Álvaro ¡encontraremos la solución!.
- debo irme, debo entrenar para ser un antimago- dije con fastidio- o mejor dicho debo ver como mí medía hermana me maltrata en el patio.
- Rudolaura aún no acepta que eres su hermano- Rosita parecía divertida- parece buena persona.
- ¡no te pongas de su lado!- gruñi.
El entrenamiento con mí hermana era lo peor que me podía pasar. Los antimagos no poseían magia, así que se defendían peleando cuerpo a cuerpo. Yo era muy flaquito para pelear cuerpo a cuerpo, y por eso me ganaba palizas por parte de Rudolaura. ¡Ella disfrutaba golpearme!. Por otra parte también recibía clases de meditación con un antimonje anciano y algo ido. Me aburría bastante mientras el anciano meditaba mirando hacia el horizonte. Supuestamente era para canalizar mí antimagia y poder controlarla. Rudoluisa me había dicho que si no controlaba mis sentimientos mis poderes de absorción se descontrolarían absorbiendo todo a su paso.
- ¡eres muy débil!- rió Rudolaura mientras me arrojaba por quinta vez contra la pared de hielo- ¡debes estar atento a mis movimientos!.
- ¡te mueves muy rápido!- dije mientras me levantaba y me lanzaba sobre ella. Me esquivó y me dió un golpe en el estómago.
- ¡debes planificar antes de golpear!- la odiaba, quería hervirla a fuego lento.
- veo que estás ocupada entrenado a Álvaro- miré desde el suelo a Dragoelias con rubor. Solo llevaba un boxer rústico y una espada. ¡No sé imaginan que hombre!. ¡Poseía el cuerpo de un Dios!.
- ¡más bien perdiendo el tiempo!- gruñó Rudolaura- ¡levántate!- observó como miraba a Dragoelias y escupió con voz burlona- ¿acaso eres maricón?.
- ¡no!- dije sarcástico, mientras me levantaba- ¡solo soy un porongalover pelotuda!.
Me miró sorprendida y Dragoelias ahogó una risa mientras le guiñaba un ojo.
- eres... ¿Qué demonios?- observé a Rudolaura con confusión y miré hacia la dirección que estaba viendo. Una tormenta negra se acercaba al pueblo. Era obvio que no era una nube corriente. Eran brujos que venían al ataque.
- ¡Dragoelias!- aulló mí hermana- ¡da la alerta!- el ardiente hombre salió corriendo hacía el templo de hielo- ¡Álvaro sígueme!- Rudolaura desenvainó la espada que le colgaba del cinturón y corrió había la nube.
Parecía que mí hermana era idiota. Ella no podría con todos los magos que había enviado Charles. ¡Incluso el mismo podía estar comandando el ataque!. Puse los ojos en blanco, llamé a mí bastón y la seguí. Antes de eso mandé un mensaje a Rosita alertando del peligro.
Llegamos a las murallas del pueblo, al menos treinta magos internacionales estaban formados para entrar a cuidad. Rudolaura se paró frente a la puerta y empuñó su espada.
- ¡no son bienvenidos aquí!- les gritó.
- ¡lo siento hereje!- habló uno de los brujos- no venimos de visita. Hemos sido enviados para limpiar estás tierras de su sucia magia oscura.
- ¡creo que ustedes serán limpiados de nuestras tierras!- respondió Rudolaura.
- ¡ella tiene razón!- hablé cuándo llegué al lado de mí hermana- usaré sus pieles para confeccionar una capa más abrigada. ¡Hace mucho frío por estas partes!- algunos brujos retrocedieron.
- tú, ¡sucio salvaje serás el primero en caer!- el brujo sacó su varita y disparó un rayo rojo contra mí. Use mí bastón para repeler el ataque.
- creo que tú serás él último- me reí. Apunté un mí bastón hacia un grupo y evoque el fuego, tres inmensas bolas de fuego salieron de muy rápido. Pocos brujos del grupo lograron esquivar el ataque.
Rudolaura vio la oportunidad de atacar cuando lancé las bolas de fuego y cortó la cabeza limpia del brujo que tenía cerca. Tres brujos la hechizaron. Absorbió su poder y les devolvió el maleficio. Al ver esto algunos magos retrocedieron. Aproveché su miedo y me eleve en el aire, levanté tres chorros de agua del suelo y las transforme en cuchillos que arrojé como si fueran disparos de una ametralladora.
Mientras Rudolaura y yo luchamos rodeados de mago, espalda con espalda. Un grito nació desde la cuidad, los antimagos llegaron a la puerta. Rudoluisa a la cabeza, con Dragoelias y Rosita de escoltas. Detrás de ellos un ejército medieval con hombres y mujeres vestidos con espadas y cascos. Todos blancos y azules.
- ¡nuestro ejército está aquí!- me dijo Rudolaura sin dejar de pelear.
- ¡no sabía que tenían uno!- declaré esquivando una roca inmensa.
- ¡Que pensabas!... ¿Que teníamos un ejército de pingüinos?- se enojó Rudolaura.
- no, los pingüinos no lo salvarían ni locos. ¡Ustedes se los comen!.
Rudoluisa empuñó su espada y se subió al lomo de un oso polar. Al gritó de de guerra le siguió una marea de antimagos que se arrojaron hacia los veintitrés que deberían de quedar. La batalla acabo rápido. Los antimagos eran inmune a la magia oscura, podían absorber la y usarla a su favor.
- ¡lo lamentaran!- dijo el mago que prometí que quedaría último- ¡el señor Charles los destruirá!.
- mí ex hermano promete mucho y cumple poco- dije mientras hacía que sus intestinos salieran por la boca y se enroscaran en su cuello.
- has luchado bien hermano- me felicitó Rudolaura. Me quedé en una sola pieza. ¿La gruñona me felicitaba?... ¡Estaba claro que me detestaba!.
- gracias, supongo- respondí sin salir de mí sorpresa.
- has demostrado que eres un antimago. Has puesto primero a la gente y me has salvado la vida- siguió mí hermana.
-¡terminemos el drama!, Es obvio que haría hecho eso por cualquiera- dije saliendo de la sorpresa
- ¡más internacionales!- alertó Rosita- ¡rodean la cuidad!.
- hacen un círculo gigante- agregué cerrando los ojos- puedo sentirlo... ¡Oh no!- un tirón recorrió mí cuerpo. Los magos estaban usando magia sobre el pueblo. Una barrera demasiado caliente y espesa comenzó a rodear el pueblo hasta aislarlo. Las conexiones del exterior se apagaron. La Tribu quedó aislada en medio de la Antártida.
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Comments
Zaki.Z
NOOOO!!! JAAAJAHAJAJAJAJAJAJJJAJAAJ ME DIO AÑOS DE VIDA LEER ESO LPM!!
2022-09-16
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