Desperté en algo calentito y muy suave. Al abrir los ojos me encontré con el familiar rostro de Rosita mirándome preocupada.
— ¿cómo estás?- me preguntó intentando sonar lo más casual posible.
— me duele el braso- miré donde debía estar la mordedura y encontré esa parte vendada- ¿dónde estamos?.
— en una tienda de los Antimagos- me susurró Rosita.
— ¡eso es bueno!, ¿Lucas?.
— aún no ha despertado- evitó mí mirada- estaba muy herido cuando nos encontraron.
— sigue vivo- murmuré- encontraremos la forma de salvarlo.
— Valentino, él... No logramos encontrarlo... Quizás...
— su madre lo tiene, fue ella la que me atacó en la costa- la tranquilice- ya veremos como rescatarlo. ¿La tripulación del barco?.
— encontramos el cadáver del capitán y un par de marines. Al parecer despedazados por lobos.
— Rosita, nos tendieron una trampa... Charles me dijo sobre mí madre para que fuera en su busca y matarme más fácilmente- apreté los puños y maldije por ser tan ingenuo.
— ¡no te lamentes!- me reto Rosita- ¡sobrevivimos!. Estamos algo rotos pero estamos vivos. ¡Nos recuperaremos!... ¡Lograremos despertar a Lucas y rescatar a Valentino!.
— ¡cuando resolvamos todo iremos tras Charles!- juré enojado.
— y se arrepentirá de haber nacido- terminó la frase Rosita con el mismo enojo en la voz.
La puerta de la tienda se abrió y entró una mujer robusta. Miro a Rosita con cara de póker y luego me examinó.
— ¡veo que tú amigo ha despertado!- observó- el braso sanará pronto, ¡te encontramos a tiempo!, Esos lobos te hubieran masticado vivo.
— gracias, supongo- dije observándola con curiosidad. Me resultaba vagamente familiar.
— mí nombre es Rudolaura- se presentó.
— me llamo Álvaro pero me dicen Maledón.
— un gusto Maledón- dijo sin emoción alguna- levántate, come algo, y prepárate para viajar hacia la Tribu Blanca. Nuestra lider sabrá que hacer con ustedes.
— ¡eso haremos!- sonreí cínico- ¿Es siempre así?- le pregunté a Rosita cuando Rudolaura se había ido.
— ¡todos son así!- respondió- será mejor que hagas lo que dicen... Además necesito que me ayudes a cargar a Lucas. Este trayecto lo hice sola y, ¡es muy pesado!.
— ¿nadie te ayudó?- pregunté impresionado.
— todos llevan su carga me dijeron.
— valla, creo que me caen bien- pensé analizando que yo haría lo mismo en la situación de ellos.
Caminamos a través de la nieve todo el día. El frío me calaba los huesos y me dolían los pies. No paramos ni un segundo, ni para comer ni para descansar. Esta gente era muy buena caminante, no se les veía en su rostro ni una mueca de cansancio. Tampoco una sonrisa. Tenían cara de póker todo el tiempo.
— ¡tú eres el que casi es devorado por esos lobos!- hablo detrás de mí un chico. Me di la vuelta y me encontré con un hermoso hombre de tez morena y muy músculoso. Llevaba una capa de piel de osos que dejaba ver unos brazos muy músculosos.
— maté más de treinta- me encogí de hombros. No soy humilde, ¡no señor!. Si este sexy bombón se quiere reír de mí no la tendrá fácil.
— con magia... Poco honorable.
— el fin fue el mismo.
— nosotros los antimagos tenemos un proverbio "no importa el final del camino sino los pasos que te llevan a él" .
— me parece bonito- murmuré- yo también tengo mí filosofía "no dar discursos estúpidos a la gente, se puede morir del aburrimiento".
— Dragoelias- dijo mientras me miraba penetrante. Me sentí incómodo y mis mejillas se sonrojaron.
— Álvaro, pero todos me llaman por mí alter ego: Maledón, El terror del sur.
— te he oído nombrar por los magos que visitan la tribu, el brujo que puede absorber el poder de su oponente.
— ¡es uno de mis tantos encantos!- murmuré sensualmente. Mí mente estaba pendiente de Valentino, mí corazón dolía por él. Pero... Un par de noches fogosas no hacen daño a nadie. Además aún no le perdono acostarse con Sofía. Soy un resentido, lo sé y no me importa.
— solo falta atravesar aquellas montañas pequeñas y estaremos en casa- me señaló Dragoelias restándole importancia a mí insinuación.
— todo se ve igual- murmuré enojado- ¡solo montañas paradas y nieve!.
Al atravesar esas pocas montañas pequeñas nos hallamos en un inmenso valle cubierto de nieve. En medio de este, un centenar de casitas de Techo azul y paredes blancas se alzaban orgullosas. Dichas construcciones estaban rodeadas por una muralla tallada en hielo. Las puertas de hielo, esculpidas con maestría, representaban una historia de hombres y pingüinos.
— bienvenidos a La Tribu- murmuro Dragoelias a mí oído. Emití un gemido sordo.
La tribu tenía una gran avenida principal, que llevaba desde las puertas de la cuidad hasta un inmenso templo esculpido en hielo. Las casas iban en paralelo a la gran avenida y las calles la cortaban cada cinco casas.
— este lugar es... Hermoso- dijo boquiabierta Rosita. La miré notando su presencia. La vista me había cautivado tanto que había olvidado quien tenía al lado.
— La Jefa Rudoluisa les dirá en qué casa quedarse y las reglas- hablo desde atrás, Rudolaura mientras avanzaba en dirección al templo.
— ¿iremos al castillo de Elza?- pregunté al acordarme de esa película que había vistos en los cines mortales. Todos me miraron con confusión. Estaba claro que ni los antimagos ni los brujos tenían interés en la mecánica mortal.
— es el templo de zuagoshi- me corrigió Rudolaura fríamente.
— oh, es... Muy... Tienen un gran gusto arquitectónico - dije sonriendo.
— fue creado por los antiguos sabios- señaló Dragoelias- allí los antimonjes enseñan a manejar la antimagia.
— ¡impresionante!- gritó con más excitacion de la debida Rosita- parece ser un pueblo inmenso...¿Cómo alimentan a todos?.
— tenemos cosecha y animales- respondió con naturalidad Dragoelias.
— ¿en menos cincuenta grados?- pregunté.
— en las cavernas cosechamos y criamos los animales, se las enseñaré luego- prometió Dragoelias.
— ¡esperen aquí!- ordenó Rudolaura- ¡Dragoelias sígueme!- sin darme cuenta ya habíamos llegado a las escalinatas del templo. Dragoelias y Rudolaura entraron al templo cerrando las puertas tras si.
— su cultura es distinta a la nuestra- señaló Rosita- en la Federación esto no se ve. Tenemos diversidad pero nunca llegamos a esto.
— se parece un aquelarre de Bariloche, muy estilo europeo- murmuré recordando a Francina, una ex compañera.
— al menos usan los templos para enseñar. Debe ser lo único que tenemos en común.
— eso parece.
Las puertas se abrieron y Dragoelias apareció junto con dos hombres vestidos con túnica azul marino. Al verlos me dió frío. ¡Estaba nevando! Y ellos casi desnudo. Los analicé mejor y me di cuenta que eran guardias, llevaban una extraña espada colgando en sus cinturones de plata. Tenían la piel llena de runas y las cabezas rapadas. Esta tribu no tenía sentido de la moda.
Seguimos a Dragoelias en silencio mientras los guardias llevaban a Lucas a una habitación para ser atendido por los sanadores. Atravesamos unos inmensos pasillos de hielo y tres patios de tierra donde ancianos entrenaban a pequeños en combate y meditación.
— es aquí- dijo nuestro guía señalando una imponente puerta hecha de piedra de luna. La abrió y entramos a un inmenso salón piscina, el suelo parecía ser un estanque, de la puerta a un escenario de plata había un camino de piedra, a los costados de este pequeñas islas de piedras onix cielo que hacían de lugar oración, ya que había monjes vestidos de túnica azules claro con adornos en plata rezando. Al final del pasillo se alzaba un trono de hielo, en el una mujer de cabellos y túnica blanca. A su lado, como custodios del trono dos osos polares inmensos.
— ¡al fin nos conocemos!- habló la mujer desde el trono. Ninguno de los monjes paró de rezar- ¡hace tiempo esperé este momento, hijo!- mí rostro palideció. Mí madre, la mujer que me abandonó en aquel orfanato era la reina de esta tribu pasada de moda.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 27 Episodes
Comments
Sol
A ver Maledon!!!... ponte serio GOBIERNATE!!!! 😂 😂 😂
2023-05-16
1
Zaki.Z
😱 eso sí que no lo ví venir
2022-09-16
0
Zaki.Z
se me hace que mi bebito Álvaro es Capricornio...jajajajj
2022-09-16
0