Trío Dinámico

Entré a la habitación dónde descansaba Lucas como si fuera un remolino. Rosita pegó un salto al verme entrar tan apurado.

— ¿qué sucede?- me preguntó alterada- ¿nos atacan?.

— nop- dije corriendo las cobijas que cubrían a mí amigo- creo que encontré la forma de despertarlo.

— si planeas... Tú ya sabes... No creo que a Lucas le agrade... No sé qué sucedió entre ustedes antes pero ahora está conmigo- dijo con cara de inocente la muy perra. La mire con un severo tic en el ojo, debatiendo me si la transformo en un pingüino o en una foca. Supongo que tiene más parecido a una foca.

— mejor olvidaré lo que dijiste- dije mientras dejaba a mí amigo totalmente descubierto, ¡pero vestido eh!. ¡Lucas es mí amigo!. No soy ningún pervertido- tengo un hechizo para despertarlo. Creo que funcionará.

Me coloqué frente a él con mí bastón apuntado a su dirección. Rosita me miraba en silencio, su rostro me decía que me creía presa de la locura, pero su sonrisa me invitaba hacer lo que me proponía. Lucas era muy afortunado en tenerla. Esa chica valía mucho más de lo que Federación creía.

— ¡Rosa!- grité y las flores de mí bastón se encendieron. Mí compañera ahogó un grito de sorpresa. Los dibujos hechos en nuestros bastones contienen mucha magia pero no poseen la facultad de brillar ni moverse. Se utilizan como receptores entre la energía que fluye desde la tierra y el cielo. Si se movieran o brillaran no podrían almacenar magia.

— esto.. ¡¿Como lo haces?!- me preguntó histérica- dime qué es algún truco de antimago.

— es un regalo de mí padre- contesté como restándole importancia al asunto- ¡Rosa!- entonces caí en la cuenta que debía decir un color y ese color debía representar alguna habilidad. Me vi en el problema que no conocía el significado de los colores de las rosas- Rosita, ¿Tú sabes el color de la sanación?.

La chica me miró como si estuviera loco. Luego pensó por un rato y comenzó a enumerar colores.

— la vida en una amalgama de colores- dijo al fin- supongo que el color para curarlo sería el blanco. El conjunto de todos los colores.

— ¡Rosa Blanca!- grité. Una rosa blanca salió de mí bastón y voló hacia Lucas. Cayó sobre su pecho, sus pétalos comenzaron a brillar mientras se hundían en el cuerpo de mí amigo.

Al cabo de unos segundos Lucas abrió los ojos y emitió un quejido. Rosita y yo nos arrojamos sobre él, chocando muestras cabezas por el avance.

— ¡Lucas!... ¡bebé!- dijo Rosita entre lágrimas- ¿estás bien?...¿Nos recuerdas?.

— me alegro de que despertarás- dije acariciando mí cabeza, que me dolía producto del choque- ¿Que tienes por cabeza?- le pregunté a mí amiga- ¿una bala de cañón?.

— ¿quienes son ustedes?- preguntó Lucas con cara de horror- ¿dónde estoy? ¿Que me pasó?.

Nuestras caras pasaron de felices a sorprendidas y de sorprendidas a melancólicas, en un micro segundo.

—bebe...¿No me recuerdas?- la voz de Rosita parecía sacada de un velorio- soy yo... Tú amorcito.

— Lucas... ¡Soy yo!... ¡Tú mejor amigo!- mí voz amenazaba con quebrarse. Me dolía en el alma saber que Lucas había olvidado todo lo que habíamos pasado juntos.

— ¡pues claro que me acuerdo pelotudos!- dijo con una gran sonrisa- ¡hubieran visto sus caras de susto!- y se soltó a reír a carcajadas limpias. Rosita lo imitó nerviosa pero yo tomé una almohada e intenté asfixiarlo. ¡¿Como se atrevía a matarme así de un susto?!

— dejemos los juegos- Lucas se acomodó en la cama y nos miró serio- ¿qué pasó?

— ¡hay como extrañaba ese acento correntino!- exclamé sin saber porque.

— básicamente el barco fue atacado- Relató los hechos Rosita- te alcanzó un hechizo y tuve que cargarte hasta la tribu de los antimagos. Valentino fue capturado por su madre.

— recuerdo el ataque pero nada más- dijo Lucas- pero ¿por qué no han ido a  rescatar a Valentino?.

— estamos rodeados por una barrera magia y un centenar de lobos- le expliqué- ¡además te necesitamos!. ¡Tres mentes piensan mejor que una!.

— bueno... Éstas personas, los antimagos... ¿No poseen un ejército por casualidad?- preguntó Lucas.

— no llegarán a cincuenta los aptos para luchar y debe hacer más de dos mil lobos- informé.

— eso se soluciona fácil, el Alfa de alfas también se ve involucrado en el asunto. Charles no va a dejar que lobos salvajes se gobiernen a si mismos. Pídele ayuda- propuso Lucas. !Ay como lo extrañaba!.

— ¿y como los traigo hasta aquí?- pregunté. Se requería mucha magia para transportar un ejército de lobos- no llegarán a tiempo si vienen por mar y creo que Charles habrá tomado recaudos.

— necromancia- dijo sin más Rosita- ¿debe haber un cementerio por aquí no?. Usemos su energía para abrir una barrera tiempo/espacio.

— ¡puede resultar!- al fin ideas buenas. Espero que Victorio la situación- necesito toda tu energía para contactar con Victorio, el Alfa de alfas- le pedí a Rosita- la barrera es fuerte y solo juntos podremos atravesarla.

— ¡cuenta con ello!- Rosita se abrazó a Lucas.

— pero antes hay que avisarle a Rudoluisa. Y pedir que Rudolaura y Dragoelias alisten a su gente.

— ¿Quién es Rudoluisa?- preguntó Lucas.

— mí madre- contesté. Mí amigo quedó en shock.

Luego de una hora de despertar, Lucas se había levantado de la cama y nos había acompañado al salón del trono, dónde Rudoluisa, Rudolaura, Dragoelias y el consejo de antimonjes, nos esperaban.

El motivo de la reunión era claro. Debíamos decir que pasos seguir, cómo resolver el rompecabezas que era estar rodeados de magia y lobos.

— les presento a mí secuaz- hice un gesto con el dedo hacia Lucas- se llama Lucas y es un Runa Utucuru.

Dragoelias lo saludo de lo más cordial y le dijo que se alegraba verlo despierto. Podía decirse que se hicieron amigos al momento. Rudoluisa lo saludó muy cordial y asintió cuando mí muy indiscreto amigo preguntó si era mí madre realmente. La amargada de Rudolaura se dedicó a mirarlo con desconfianza.

— hemos estado pensando- fui el primero en hablar- y llegamos a la conclusión que necesitamos ayuda. Gracias a nuestras aventuras en el continente, Lucas y yo conocemos al Alfa de alfas de las Manadas Libres y Unidas del Sur, con su ayuda podremos contrarrestar el avance lobo y expulsarlos de estás tierras sin problemas.

— ¿y como llegarán tantos lobos en tan poco tiempo?- preguntó malhumorada Rudolaura.

— mí amiga Rosita tiene una idea bastante fabulosa. Usar la necroenergia de un cementerio para abrir una brecha mágica por el espacio/tiempo.

— ¡eso es inviable!- rugió un antimonje- ¡y una profanación de nuestros muertos!.

— su señoría, si no tomamos medidas drásticas habrá más muertos entre nosotros, profanados por nuestra incompetencia.

— además, el Alfa de alfas aún no nos ha dado su apoyo- habló la reina blanca- ¿cómo lograrán contactarlo?. La barrera no permite las comunicaciones mágicas de ningún tipo.

— existe una forma de comunicarse que los brujos que levantaron la barrera no han tomado en cuenta- explicó Rosita- es un método que usan los bastoneros en caso de emergencia.

— lo único que necesitamos saber con exactitud es de cuántas personas disponen para la guerra- preguntó Lucas cómo si fuera un gran estratega.

— cien personas como máximo- habló Rudolaura- deberemos usar la mitad para proteger a los niños y ancianos.

— si me lo permiten... Hablaré con el alfa de alfas para pedir su apoyo- terminé la reunión. Lo sé, no soy la Reina de ese lugar pero soy Maledón ¿no?. El más diva de todas... Como supercamino me adoran 💅.

Luego de un rato bastante largo de debate, los antimagos nos dieron permiso para usar a sus muertos como fuentes de energía.

Rosita y yo, sin perder tiempo corríamos había el salón donde días antes Rudolaura me había dado una paliza y nos dispusimos a comunicarnos con Victorio y Juliano.

Rosita se sentó en cuclillas sobre el suelo y yo la imite. Colocó sus dos manos sobre mis hombros y juntos comenzamos a murmurar el hechizo.

Al principio sentimos una sombra que no nos permitía respirar, la barrera, luego de varios intentos logramos atravesarla y llegar a Pucará, el pueblo capital de Las Manadas Libres y Unidas del Sur.

— ¿Juliano?- llamé al verlo dar alimento a un hermoso bebé- ¿me escuchas?.

El Omega se dió la vuelta y me miró sorprendido.

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