La propuesta y los cuernos

-¡ a ver si entendí!- aclaró por quinta vez Rosita-¡ vos sos Maledón!- me señaló- y vos su secuaz- miró a Lucas- ¡me tomaste de pelotuda!- recriminó herida. Lucas quiso defenderse, temiendo que dijera frases de novela, le hice un gesto para que se callara.

- mi ciela, ¡pensá un poquito!, Estás en plena fiesta y ves a alguien atractivo- la miré de arriba y abajo, las chicas no son lo mío, pero estaba claro que rosita no era Pampita- vas hablarle, ¿que le decís?... " Hola, soy un psicópata poderoso que todo el mundo conoce como Maledón, ¿Cómo te llamas?. No, te haces el canchero e inventas una historia.

es... Un buen punto- reconoció la chica- pero... Enserio... Debió decirme... Aggg... ¡Porque los hombres me toman el pelo!.

- ¡hermosa!- suplicó Lucas- ¡no quería te espantar!, ¡jamás te haría daño!, Antes me cortaría las manos.

- mira- fui al grano, si algo me enseñó la vida es a saber negociar. Rosita me resultaría útil. Parecía buena bruja. Además necesitaba a alguien vigilando a Valentino- ahora no sos más que una gorda perdedora, yo puedo convertirte en ¡una diva!, ¡en una reina!, ¡en una diosa oscura!. Es tú maldita decisión, únete a mí o de lo contrario veré qué hacemos contigo- La chica me miró horrorizada, le di una sonrisa tranquilizadora que no ayudo mucho - eres una buena bruja, lo sé, por eso te quiero a mi lado- la intenté tranquilizar de nuevo.

-¡ dile la verdad, Álvaro!- me rogó Lucas. Obviamente no iba hacerle caso a mí secuaz, pero también estaba el hecho de ser mi amigo. Me tragué todo el orgullo y le conté toda la verdad.

- no somos tan malos como dicen- comencé- lo que pasa es que, nos gusta la fama de psicópatas. La cosa va así- suspiré- yo era un huérfano que se había escapado, junto a dos hermanos del orfanato. Uno de ellos fue secuestrado, entonces, yo y mi otro hermano fuimos a rescatarlo- miré hacia otro lado para que nadie logrará ver mis ojos llorosos. Hay cosas que uno no puede superar- cuando llegamos era tarde- se me quebró un poco la voz- allí, mi otro hermano se volvió loco y me abandonó. En mi camino de errante conocí a Lucas, a quién salve de terminar en una alfombra. ¿Hacen alfombras con los yaguaretés?. Allí nos hicimos amigos y comenzamos a salvar inocentes. Obviamente nuestro método no es muy humanitario, pero es la verdad. Salvamos a muchas personas marginadas de la federación de las garras equivocadas. Eso sería todo, lo resumí muy bien- terminé con una sonrisa.

- pero, podrían hablar con la federación- propuso Rosita- ellos entenderán que lo hicieron para salvar a las personas.

- ¡querida!, Para evitar que hagan más daño los matamos, ¡ A todos!, De la manera más cruel que te puedas imaginar. Si somos asesinos.

- la federación no hace nada contra los verdaderos monstros, ¡los apañan!. Les llenan los bolsillos de plata y hacen la vista gorda. ¡La burocracia mágica da pena!

- y ustedes creen que hacen lo correcto, Que cumplen con la ley.

La miré con obviedad.

- si, hacemos lo correcto. Usamos nuestra propia ley: " quien las hace las paga, el perdón es para tontos".

- únete a nosotros bebé- pidió, muy meloso, mi amigo.

-¡ si!- contestó la chica. Me sorprendió, pensé que se haría la moralista un poco más- ¡siempre quise ser una chica rebelde!, ¡Que pasos seguimos!- ambos me miraron buscando una respuesta.

- aún es de noche- conteste- así que a dormir. Mañana esperaremos a que nos visite el bombón del detective.

-¿ crees que lo hará?- preguntó Lucas.

- oh, lo dejé mudo, vendrá por más- obvio que vendría y yo ya tenía todo preparado.

****

El bastonero vino a mi encuentro. Pasaron muchas cosas de las que me arrepentí después.

Cayó el medio día y despertamos todos con pereza. Rosita y Lucas se quedaron a dormir en mi piso, en el barrio porteño de La Recoleta. Rosita tenía miedo de volver a su casa y encontrarse con una cuadrilla completa de bastoneros esperándola. Lucas y yo lo dábamos por hecho.

- ¡bien!- dije mientras desayunábamos- tres reglas básicas... La primera, me comen el dulce de leche y los mato... La segunda, si hacen cosas sucias que no se escuche. Anoche oí más de lo que desearía- sacudí la cabeza al recordarlo- Y la tercera, cada vez que estén en problemas usen esto- les entregué unas pulseras de cuero trenzado- son comunicadores. Piensen en la persona que quieren avisar y se enlazarán mentalmente con ella.

-¡ guau, tienen cosas chéveres los malos!- bromeó Rosita- ¿algo más que debamos saber?- preguntó ansiosa- ¡ya quiero cometer delitos!.

- okey- dije entre risas- haremos lo siguiente... Como debemos ser el objetivo principal de todos los bastoneros de la ciudad nos dividiremos en dos grupos. Ustedes y yo. Yo me quedaré aquí, a la espera del sexy jefe de Rosita y ustedes entrarán a la federación y me traerán una profecía.

- ¿Qué?- Rosita temblaba de los nervios- ¿La Federación?, Hello!, Nos acabaste de decir que están detrás nuestro.

- si Sofía es lo que aparenta, todo el país debe estar alerta.

- la conozco hace años, habrá inventado una historia tremenda para que hasta los internacionales nos busquen.

-¿ y que profecía tenemos que traer?- preguntó Lucas.

- ninguna.

- ¿entonces?- preguntaron al unísono.

- si no me equivoco, la bóveda de profecías es el lugar con más seguridad del palacio. Solo deben robar una, cualquiera, y todas las alarmas se dispararán. Es un truco, busco despistar a los bastoneros para que se olviden de nosotros por un rato.

- okey- dijo Lucas- manos a la obra- miró con cariño a su novia- ¡no te preocupes!, todo saldrá bien, hemos entrado a La Federación miles de veces antes.

Llegó la tarde y estaba ansioso. Me había preparado para recibirlo como se debía: un calzoncillo con el trasero descubierto y una bata encima. Tocaron el timbre del piso y casi me caí yendo abrir. Estaba nervioso, no sabía el porqué, después de todo Lucio era el último de una larga lista de amantes que había tenido. No podía ponerme nervioso como un virgo.

Abrí la puerta como idiota, sin antes fijarme si venía solo o acompañado. En ese momento no pensé si la cuadrilla de bastoneros podría dejar la casa de Rosita y venir a la mía, supongo que la idea de haberlo cautivado con mi belleza me dejaba ciego. ¡Gracias a Dios, vino solo!.

- ¡valla!, el detective vino a visitarme- dije juguetón- ¡no lo esperaba!- abrí un poquito mi bata- ¿o sí?.

- no estoy para juegos Maledón- contestó seco- arriesgo mucho al venir acá. Todo el mundo te está buscando.

- entonces, ¿venís a arrestarme?- puse mis manos para que colocara las esposas.

- ¡no vengo a eso!- contestó rápido- vengo a hablar... Sobre lo de anoche. El caso de los desaparecidos está llegando a ser un problema nacional.

- ¿cada día son más?.

- llevan cien desaparecidos en una semana- logré ver el horror en sus ojos. Me gustaba eso de él, era transparente, podía leerlo.

- pasa- lo invite. Entró sigiloso y alabó forzadamente el estilo chillón de mi hogar. Estuvimos un rato en silencio hasta que se decidió hablar.

- sobre mi prometida, ella es solo una chica caprichosa- lo miré con cara de no entender. Aclaró- no quiero casarme con ella, estoy obligado. No es mala chica, es algo insoportable - confesó cómo si fuera un niño- pero en el fondo es buena. No lo tomes muy personal a toda esta persecución.

-okey- dije empujándolo al sillón. Me le senté arriba- ¡entiendo que sea tonta! Y no me lo tomo personal, a nosotros los gais nos persiguen desde hace siglos... Lo que no entiendo es porque un hombre tan fuerte e independiente como tú siga con ella- jugué con su corbata- ¿por obligación dijiste?.

- ¡no haga eso!- me pidió mientras me frotaba sobre él.

- ¿que pasa?, Se viste como tanguero pero tiene miedo cuándo lo invitan a bailar un tango.

No dijo nada, solo me miró unos segundos y me besó. Ya era mío. Soy una maldita perra exitosa.

¡No hace falta explicarles lo bien que la pasé!. Parece que los bastoneros saben hacerlo de un modo mágico. ¡Dioses!,¡ todos deberían tener un bastonero en su vida!.

no debió pasar- habló mirando al techo, mientras yo acariciaba sus pectorales. Tenía un cuerpo de semidiós. Era más guapo desnudo que vestido.

- pero pasó- contesté jugando con el pequeño vello de su pecho- a las cosas fugaces siempre hay disfrutarlas, así cuando las recuerdes no sufres tanto.

- ¿siempre te acostas con tus perseguidores?- preguntó chistoso.

- solo con los que están buenos- bromeé- o con los que son detectives de la federación.

- sabes, creo que estás intentando manipularme para que te ayude en algo.

- si, y no pienses otra cosa- lo reté- pero lo del **** no lo tenía planeado.

- ¿qué es eso que sabes?- me miró a los ojos. Por primera vez me sentí avergonzado. Tenía una hermosa mirada, una mirada que reflejaba su alma y podía mostrar muchas cosas.

-¡no sé cómo operan!, pero tengo la certeza que mi hermano es quién está detrás de todo. Planea algo, ¡estoy seguro!- omití a Lucio por miedo a que se enojara- odia nuestra forma de hacer magia, odia La Federación... Nos odia... Odia la forma con la que vemos el mundo.

- ósea que estás aquí, acostado conmigo, por una pelea de hermanos- resumió de forma muy cruel.

-¡ no es mi hermano!, soy huérfano, nos conocimos en un refugio, ¡nos hicimos inseparables!. Hasta que él se volvió loco y nos distanciamos. Yo me fui para Villa Epecuén y él para Inglaterra.

¿ te criaste en un pueblo de fantasmas?- río- ¡eres una caja de sorpresas!.

- ¡viste!, Eso no es todo- proseguí- fui al Templo de Patacones y me gradué con honores.

-¿ qué año?- preguntó curioso.

- clase 2015.

- ¡oh!, Yo me egresé en el año 2013.

- debimos vernos en los pasillos.

- estuvimos cinco años en el mismo lugar, ¡que raro que no nos conocimos!- dijo dudando.

-¡ éramos chicos!- me defendí- ¿a que edad te enseñan magia en el Templo de Patacones?,¿a los siete años?.

- si acá siempre se empieza mucho antes que en resto del mundo, ¡a los siete directo para el colegio!. No cambiemos de tema, ¿cómo sabes que él?.

- intentó reclutarme.

- y te negaste.

- no soy tan malo como se dice ... Ósea, sí, hice muchas maldades, pero fueron por una buena causa. Soy mano dura pero no un loco. Después de todo limpié un poco de corrupción de la federación.

confiaré en ti- me prometió- porque es una emergencia nacional y necesito a

todos los magos fuertes. ¡Todos están muy tensos por lo que sucede!. La mismísima Campos y Campos está al tanto de todo.

- creo que - dije saliendo de la cama y buscando la bata que tenía- debemos ponernos a trabajar. ¿Por dónde tengo una mapa?- busqué entre mis cosas... A pero qué pelotudo soy, soy un brujo, no necesito buscar. De un chasquido hice aparecer uno y lo desplace sobre la cama.

Valentino fue mirando el mapa y marcando grupos de desaparecidos con estrellitas rojas.

- eso serían todos los confirmados hasta ahora, no hay más datos, los familiares insisten que fueron raptados por fantasmas con varitas.

-¿varitas?, Eso no es muy común aquí- miré el mapa dos veces, una imagen comenzó a formarse en mi mente, un círculo. Entonces lo vi claro- mira el mapa- señalé a Valentino- ¡hay un círculo!.

- si, eso también lo había visto, pero no logró descifrar por donde empieza, supongo que deberíamos ordenar las desapariciones por día y hora.

- ¡No seas bobo!- me quejé. ¿Acaso no ves lo evidente?- ¡es un círculo!, una circunferencia, debemos ver el radio para encontrar el centro.

- ¡no lo había pensado!- sacamos primero el diámetro y lo dividimos a la mitad. El centro se reveló justo al lado de un pequeño pueblo- aquí, ¡todo indica que este es el centro!.

- ¡Piedras Negras!- dije- un pueblo mágico perdido en Córdoba.

- ¡debemos ir allí!, ¡Allí está la solución de todo este quilombo!- sentenció Valentino.

- iremos a Piedras Negras, y me apuesto la insignia de la República de Machu Picchu que tengo, que será algo que no nos guste.

Cuánta razón tenía. ¡Maldita sea!, ¡Cuanta razón tenía!.

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