Septiembre The irrepressibles – In this shirt

Sus ojos interrogantes aun la veía en la retina, la tenia en la cabeza, su mirada perdida, su voz osca que utilizo con nosotros. Cuando entramos en esa cafetería que Simón se había empeñado en ir. Pero sorpresa como había nevado noche antes todos tenían el mismo objetivo ir a refugiarse entre esa cuatro paredes. Y como era obvio estaba repleto el lugar, todas las mesas estaban ocupadas excepto una la de la chica.

Koen con Simón se acercaron al mostrador para pedir los cafés. Yo me acerque hacia la chica que estaba pensativa.

–Hola será que podemos…

–No, lo siento está ocupado.

–¿Esperas a alguien? – pregunte no obtuve respuesta. –Yo no veo a nadie más que a ti. Y tienes justo tres sillas para que yo y mis amigos podamos ocuparlas.

–He dicho que no. No me gustan que insistan. – respondió brusca.

–Escucha solo será un momento mira si no fuese por mi no te pediría que nos concedes tu mesa y podamos compartirla es por mi amigo a él le hacia ilusión venir aquí. – Ella me miro con el ceño fruncido justo un gesto que decía:

–Y a mi que me importa. Las palabras exactas que no salieron de su boca claro, porque volvió la mirada hacia el ventanal, creo que tenia una conversación mental. Ignorándome.

Koen y Simón se acercaron hacia mi. Me tendieron mi café. Los suyos lo pusieron sobre la mesa.

–He gracias por avernos cedido tu sitio. – decía con voz amable. Simón que había tomado asiento justo la silla que miraba con tanta intensidad.

–Simón… ella no…– fue cuando se paro. Recogió sus cosas, tenía el ceño fruncido, el labio empezaba a temblarle, las mejillas rojas, creo que iba a llorar enserio iba a llorar por un estúpido sitio. – No tienes que irte. – dije pero ella se había cargado el bolso en la mano, el abrigo, se disponía a rodearme entonces la retuve – Todo este berrinche por un sitio. – Fue entonces que una mirada fría que hizo que me adormeciese por completo.

–Cállate no sabes nada. – se despego de mi tacto y salió de la cafetería.

–Joder que carácter – dijo Simón.

–No… hay algo más ahí. – dijo Koen. Girándose hacia Simón –¿además no te parece familiar?..

–Creo que sí… – se encogió de hombros restándole importancia.

Yo me quede sentado donde había ocupado su lugar antes ella. Nos quedamos ahí un poco más. La vi alejarse ponerse el abrigo por sus movimientos parecía tener frío porque temblaba mucho.

El café no voy a negar que estaba mal. En más de una u otra ocasión pasaba por ahí y pedía cafés para llevar y algún otro bocadillo. Pero la mayoría de las veces que iba era para verla a ver si podía volver a encontrarla pero paso una semana y nada luego pasaron más días y nada ya estábamos a vísperas de la primavera. Entonces en una sacudida me di cuenta de que ya habían pasado casi cuatro meses sin él.

El retorno al trabajo había sido reconfortante, trataba de no quedarme mucho tiempo ahí. Pero había días en los que no podía simplemente dejar de tener ese habito tardaría mucho en volver hacer planes. Se que se preguntaran si fui a visitarlo no, no fui como tampoco recogí sus pertenencias que estaban desperdigadas por el apartamento, como tampoco me anime a entrar a su habitación pero había decidido poner una fecha en la que debía ir a visitarlo. El veintiuno de septiembre iría a verlo.

Algo que había empezado a hacer es comprar un calendario, arranque las hojas de los primeros meses y me quede ahí en Septiembre, desde el día uno había ido marcando con un X los días que pasaban para el veintiuno solo faltaban dos días.

En dos días tomaría toda la fuerza que me quedaba, en dos días por fin lo vería, en dos días lo tendría frente a mi. Koen y Simón me habían dicho que me acompañarían pero decline la oferta solo les pedí que me indicasen en donde estaba.

Que era algo que tenia que hacer solo.

Esa mañana desperté y sentí el corazón latirme con más fuerza de lo normal, el nudo en la garganta volvía a crecer, me encontraba un poco molesto, día antes me había zampado todo el vodka que tenia en casa me lo tome de golpe, ahora tenia un dolor de cabeza, ruedo por la cama, abro la caja de mesita de noche y busco las pastillas que solía tener ahí. Pero no encuentro nada la saco bruscamente y cae en el piso con el contenido que tenia dentro. Molesto salgo de la cama me pongo de cuclillas para levantar todo las cosas, pongo la caja boca arriba y encuentro algunas objetos un sobre que lleva mi nombre no recuerdo haber colocado ninguna aunque si lo pienso bien he estado actuando medio zombi durante estos meses.

Además encontró otras cosas que contenía la caja unas pulseras que tiene grabado mis iniciales con la de Jack, creo que lo hicimos en una de las fiestas, habíamos salido del local ya en plena madrugada, Caminábamos calle abajo, un cigarrillo en los labios, entonces Jack vio a un señor que vendía pulseras se acerco a ver lo que vendía. Había un montón de pulseras, collares, anillos, aretes, yo me reí cuando se inclinaba hacia el señor para preguntarle algo.

–No estarás pensado colocarte un arete ¿no?.

–No, pero mira estas pulseras – Y las que habían algunos eran simples hilos unidos con otros, otras de colores, algunos matizados, uno llamo mi atención tenia una especie de perlas y una pequeña madera en medio, combinado con un tejido negro. – Gael ¿Tú crees que si le pregunto que grabe nuestras iniciales en esa pulsera puede ser raro? – había señalado la misma pulsera que había llamado mi atención.

–No creo mas cosas raras habrá visto el señor.

–Bien entonces le pediré que grave nuestras iniciales.

–Estas loco va pensar que eres mi pareja.

–¿Y qué acaso te avergüenzas de mi? – contraataco. Yo me reí –– Gael hay hermanos que hacen eso. Y yo quiero algo que solo los dos entendamos que significa.

–Y listillo que significa. – pregunte.

–Que es nuestro propio lazo. ¿No dicen que las familias tienen un lazo que los une? Bien pues nosotros tendremos uno que significara FAMILIA algo tácito entiendes?.

Yo me quede congelado ante lo que dijo solo pude asentir con la cabeza. Y algo que debo recalcar es que hicimos grabar en esa pulsera dos cosas de cara decía J ~ G nada de “y” fue una virgulilla según nosotros nuestro lazo, y en la otra cara de la pulsera decía FAMILIA.

Mientras íbamos caminando en las calles de camino a casa no parábamos de mirar nuestras pulseras. Hasta sacamos fotografías. Ese día llegamos a casa cansados por la fiesta y por la caminata, cada uno entro a su cuarto.

Había olvidado que la tenia ¿Cuándo fue que me la saque?, ¿Cuándo fue dejamos de caminar juntos?, ¿Cuándo fue exactamente que yo me entre en la oscuridad y me ahogaba en ello y él había querido salir a la luz?, los siguiente es que encuentro una par de fotografías una de niños y todo los chicos en el orfanato que conforme fueron creciendo fueron desaparecieron, otros dejaron de llamar, algunos ya no los volvimos a ver más, y en la otra fotografía estamos nosotros ya más mayores cuando cumplí los veinticinco, el tenia los ojos brillosos, el ceño fruncido, los labios con una sonrisa yo un cigarrillo en mano. Siento nostalgia de verme, de vernos ahí es como si dos pares de ojos marrones, que ya no veo, que ya no se volvieron abrir nunca mas, aún en esa distancia me escudriñase y me preguntase ¿vale la pena vivir así?.

Si él pudiera estar aquí le diría que no lo vale, que debimos haber buscado un motivo lo suficiente para que nos haga reaccionar. Pero el humano es así, tiene que tocar fondo y luego darse cuenta de que ya no hay marcha atrás, que todo pesa, que debes avanzar… la puerta de la casa se abre. Estoy metiendo todas las cosas dentro, el sobre se me cae, se adentra debajo del mesita de noche “después la busco” pienso.

–Gael ya estamos aquí – dice Simón gritando.

–Ya te oí, recuérdame porque te deje la copia de mis llaves. – entro en la cocina, él esta poniendo los vasos de cafés que Koen acaba de traer y unos churros seguro fueron a la cafetería antes.

–Vaya veo que venían preparados.

–Siempre y lo sabes – dijo Koen.

Nos sentamos alrededor de la mesa en un silencio cómodo todos sabíamos que deberíamos hacer, todos sabemos que día es hoy.

–Menuda fiesta te la montaste aquí tu solito – Dice Koen señalando la botella de vodka que esta en la mesa del salón.

–Si bueno nose como hacer esto sin estar sobrio. – Koen me mira con el entrecejo  inquisitivo – quiero decir que nose si podre ir a verlo estando sin una gota de alcohol aunque pensándolo bien debí pensarlo dos veces antes de zamparme la botella entera. Me duele horrores la cabeza.

–Merecido lo tienes –Dijo Simón.

–Vale me lo merezco porque estoy  así de idiota.

–Estas… ¿estas seguro de que quieres ir solo? – Pregunto Koen omitiendo mi comentario.

–Si, por ahora quiero ir solo. En la próxima visita podrán acompañarme.

–No entiendo porque te empecinas en ir solo. – dijo Simón con un tono molesto.

–No, es nada personal Simón. Es solo que… desde que nos conocemos siempre hemos estado solos, siempre. Para mi Jack era mi hermano, mi familia, jamás nunca estuvimos solos, ni cuando cumplí los dieciocho que tenia que salir del orfanato. Yo me puse a trabajar como un chino para que cuando saliese él tuviese un hogar donde quedarse a vivir. Porque te juro que me hubiese cortado la mano antes de que pasase lo mismo que yo. Había días en los que no comía, ni tenia un techo donde vivir. Así que ese año alquile un pequeño cuarto, yo iba de visita siempre llevaba algunas ropas para él y los demás chicos. Algunos meses después él salió del orfanato y se vino a vivir conmigo. Desde entonces siempre hemos estado solos, solo nosotros sabemos lo que pasaba dentro de estas cuatro paredes hasta que llegaron ustedes claro está.

–Vale ahora tiene sentido por que quieres ir solo – dijo Koen.

–Aunque pienso que no estas solo Gael nos tienes a nosotros.

–Lose y se los agradezco pero quiero estar un rato a solas. Con él.

Cuando diviso que ya estamos por llegar una hilera de rejas se ven, tiene las paredes blancas, entonces llegamos a las puertas, es enorme afuera hay señoras que venden flores y hay diversos colores, así que compro unos gladiolos blancos, algunas con una especie de girasol seco, cartucho y una rosa amarilla. Luego compro unas velas, y agua. Todo parece tan surrealista que parece un sueño. Se supone que tengo que entrar pero no puedo, me cuesta, el vacío que hay en mi interior se hace más profundo.

–Gael… estas seguro, ¿Qué quieres entrar solo? – pregunta Simón.

Entonces escuchar su voz lo hace más tangible, no es un sueño es real, el viento me golpea la cara. No me salen las palabras solo asiento con la cabeza. “Hacer tripas corazón”. Me digo a mi mismo.

–No me esperen vayan yéndose a casa. – digo y entro. Junto conmigo entran personas vestidas de negro, algunos con flores en mano, algunos con recuerdos. Algunos llegan con un ataúd cargada en los hombros, “Jack debió ser llevado de la misma forma” pienso.

Entro más adentro, veo que hay lapidas con flores ya secas, otras con fotografías, peluches, recuerdos que se tenían con esa persona que hoy ya no está, que se ha convertido en una mota de polvo, que ya no tiene la esencia de la persona que un día reía, vivía al máximo, era feliz con lo simple, así como Jack.

Doblo a la esquina y es donde debe estar. El corazón me late aún más rápido, siento las manos sudadas, el estomago se me cierra, tengo ganas de vomitar. Los ojos me escuecen, con forme me voy acercando, más real se hace, más tangible se vuelve todo. Entonces a un paso, justo así, lo veo una lapida de piedra, con la plaqueta de color negro, con la letras en relieve de color blanco.

“Aquí se encuentra un hombre que fue un hermano, un amigo, en descanso eterno, Jack Miller, que fue querido y amado por su amigos y su madre” 1992 – 2021.

–Querido por sus amigos… y a eso se reduce todo. – los ojos me escuecen. Me siento en el suelo, no se que hacer realmente debería empezar a colocar las flores, las que tiene ya están un poco secas, seguro que Koen o Simón lo visitan. Me quedo así mirándolo releyendo una y otra ves la plaqueta.

–Lamento no haber podido venir antes – digo. – No podía ¿sabes?, aun estando aquí me cuesta aún. ¿Cómo fue terminamos así Jack?. Ostia perdón ya no hablas lo había olvidado… te parece mal si pongo música espero no te moleste es uno de tus artistas favoritos – Saco el móvil del bolsillo,  busco su grupo favorito lo pongo en aleatorio y entonces suena Airbag – Cicatrices. Me acerco hacia el florero y pongo las que traje saco algunas que están medio secas, coloco el agua, la voz del cantante es el único que se mantiene cantando.

Desesperado por encontrarte.

Busco un camino para olvidarte.

Es que esa noche voz te fuiste

Me desbordaron las cicatrices…

Entonces soy consciente que mientras lleno el florero de agua, mis lágrimas han descendido de mis ojos, una caen en la flores.

–Ostia perdón…– Me limpio la cara con el dorso de la mano con brusquedad. – No debería estar llorando ¿no?, se supone que no debería hacerlo. – lo miro entonces. – anda por que no me respondes, porque no dices una palabra al menos deberías dar señales, porque te fuiste Jack, al final esa canción va tener razón… me desbordaron las cicatrices… lo siento Jack, lo siento. – Digo. – Debí haberte impulsado antes para que busques a tus papás, debí haber buscado una buena razón para no ir a esa fiesta, debí… debería haber hecho algo ahora miramos donde estamos. No me gusta entrar en casa y no encontrarte, hay días en los que siento que entraras por la puerta con una de tus sonrisas, con alguna noticia, algo. Pero no hay nada, solo el silencio. – entonces me derrumbo ya no puedo parar. Las canciones siguen tocando, siguen sonando llevándose consigo los sollozos que sale de mi boca, el dolor fundido, mientras quito el hierbajo que ha crecido alrededor de su nicho.

Entonces se escuchan truenos a lo lejos. El sol que brillaba esta mañana ha empezado a esconderse tras las nubes negras, caen las primeras gotas pero yo no me muevo, no puedo. El velador entonces viene me dice que ya cerraran y que debo retirarte. Solo puedo asentir con las cabeza.

–No quiero irme, no quiero dejarte solo Jack. – digo con la voz ronca. – No hablas… he, otra ves tu silencio. – empieza a llover primero son gotas suaves, – ¿Qué ahora controlas el tiempo? Es tu manera de decirme que me vaya de una jodida ves y que te deje aquí solo. – la lluvia suave se convierte en fuerte gotas de agua ha caído un torrencial de lluvia, veo algunos visitantes correr y salir de aquí buscar algún cobijo.

–No quiero dejarte solo Jack. No puedo hacerlo otra ves. Lo siento, lo siento tanto, Jack perdóname por favor, tienes que perdonarme. Porque yo no puedo hacerlo. – se escuchan los truenos más fuerte. – Prometo cumplir nuestra promesa, te lo prometo. Te juro que habría dado lo que sea por no estar aquí, por poder al menos verte una ves más. – Trago el nudo en la garganta. – Tienes que saber que no he recogido tus pertenencias, aún siguen tal cual como las dejaste, te prometo que estaré bien, te prometo que vendré mas seguido a verte, y que no te sientas solo. Lo siento. Jack.

Camine a paso lento alejándome de él un poco mas, cada paso era estar más lejos de él, cada paso marca una distancia, desde que lo conozco nunca nadie nos habían dicho – he hora de irse deciros adiós y ya esta – cuando salgo el ambiente pesado, se va evaporando, sigue lloviendo, la gente a mi alrededor corren, algunos gritan, otros se meten en su autos, pienso al menos tienen a alguien. Yo… yo… ya no me queda nada, la única persona que me vio llorar, que me vio comerme la cabeza, que me vio dudar de mi mismo, se ha quedado ahí dentro.

–Joder te dije que no era una buena idea dejarlo solo. – escucho que dicen.  Pero yo he entrado en una especie de trance.

–He Gael me escuchas. Estas empapado Joder. Busca un taxi. Vas a estar bien me oyes, vas a estar bien, ya has hecho lo mas difícil, no estas solo nos tiene a nosotros vale. Eres valiente Gael. – entonces siento su abrazo alrededor de mi y el cuerpo empieza a temblarme.

Escucho el rugido del auto acercándose a nosotros.

– Vamos entren.

Nose como he logrado entrar al auto. Pero estoy en medio de ellos.

–Eres valiente Gael. Lo has hecho bien. Estaremos contigo siempre. ·Oigo decir. Y por primera ves en mucho tiempo siento algo cálido en el pecho.

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