Cuando desperté parecía de día pero también de noche, había mucha alboroto alrededor mío unos decían: ¡necesita oxigeno!, ¡sangre, vayan al banco de sangre necesitamos una este paciente está perdiendo mucha!, ¡Enfermera vaya y llame a sus familiares!, ¡Ya revisaron sus documentos!, no me di cuenta que estaba con una mascarilla de oxigeno en mi rostro. Todo el jaleo alrededor mío ¿era por mí?. ¿Y Jack, donde esta Jack?... De repente todo se oscurece.
–¡No, enfermera vaya al banco de sangre y pregunte por este tipo A negativo?, lo necesitamos este paciente está perdiendo mucha sangre es posible que no llegue a tiempo a una operación.
El cuerpo no me responde, quiero levantarme salir de aquí y buscar a Jack, Jack…
–¡Jack! – grito pero nadie parece escucharme. Por que a oídos de los médicos. ¿médicos, enfermeras, hospital? Que hago aquí. Y es entonces como si de repente volviese a donde empezó todo. Yo en mi cuarto tocando mi guitarra con los cascos puestos, aislado de todo, de mi vida, del desorden a mi alrededor.
Jack entra en el, es difícil ignorar su presencia. Siempre ha sido ese tipo de persona que cada vacío, su sola presencia, su esencia en sí, lo llenase de forma involuntaria, como si necesitase llenar cada abertura que hay a su alrededor.
–¿Qué haces? – preguntó. Quitándome los cascos que llevaba puesto
–Nada solo tocaba. – Me encogí de hombres, quitándole importancia.
–No te comas la cabeza Gael, deja que las cosas caigan por su peso, lo que es sucederá y lo que no pues ya se vera.
– ¿No los odias? – pregunte.
–No – La respuesta fue tajante. – No podría hacerlo. Tampoco tengo el valor de hacerlo. Me cuesta Gael.
A menudo hablamos de esto de nuestros padres. Me jodía que ellos no hubiesen sido como los demás, cariñosos, atentos, algo… pero de tanto buscar estaba rodeado de vacío. Ese vacío espeso, que te pesa como una carga que llevaras al hombro día sí, y día también. No podía entender como él podía seguir ahí intacto. Sin odiarlos, sin tener las ganas de reprocharles que fueron malos, que lo hicieron mal.
–Gael… – se quedo en silencio. Pensativo.
–Jack…– lo imite.
Me miro negó con la cabeza. Una sonrisa apareció en su rostro. Pasa su brazo por mis hombros. Con unas palmadas.
–Cualquier cosa que pase nosotros siempre seremos familia, ¿lo sabes verdad?. Aunque no seamos hermanos de sangre, eres mi hermano, mi guía. Y no puedo odiarlos a ellos por qué entonces no te hubiera conocido. Ni siquiera estaríamos aquí y ahora.
Medite sus palabras, las mastique y luego las trague a un punto que se hiciera un nudo en la garganta. Era cierto éramos hermanos desde los siete años. Pero el odio, el rencor, iban esparciendo todo a su alrededor.
–Venga vamos a esa fiesta y pasarnosla de puta madre y que todo el mundo se entere quienes somos nosotros.
No se si lo dijo para sí mismo o para ambos. Lo único que recuerdo es que debí decirle que hoy estaba cansado de fiestas, cansado de la vida, cansado de no poder sacar este odio que hay dentro de mi. Por qué lo único que dije.
–Venga vámonos y que se enteren todos quienes somos.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 58 Episodes
Comments