El dolor en mi pecho se oprime, un nudo en la garganta se va formando como un montón de piedras que quiero tragar pero no puedo. Me hecho en la cama a lado de él, donde siempre ocupa su espacio pero él ya no está. Su espacio vacío, frío, como debe estar en este momento, en ese hospital. Entonces todo lo veo vidrioso pero las lágrimas no salen, solo se quedan ahí como un puñado de gotas que quieren ser libres.
Afuera se escucha los golpes de mamá que hace a la puerta, grita que no debería estar sola, que debemos ir donde Rai, pero no puedo, lo que quiero es que él entre por esa puerta, me abrace tan fuerte, que diga que nunca se ira, que se quedara aquí siempre, que no me va dejar, pero afuera solo se escuchan ecos, gritos alguien pregunta que donde estoy, la puerta entonces se abre es ella, su madre.
–No puedes quedarte ahí, y hacer como si nada hubiese pasado. – Dice. – Jhell debemos ir donde Rai, – Vuelve a hablar
Al ver que no digo nada – ¡Te estoy diciendo que reacciones! – grita fuera de si – ¡es mi hijo quien está ahí, es mi niño quien está muerto Jhell! – entonces su voz se apaga empieza a sollozar, mira la foto que tengo en mi mesita de noche empieza a acariciarlo, es una vieja foto de cuando decidimos estar juntos, el decía:
– Jhell hay que enmarcar este momento.
–¿Y como haríamos eso? – pregunte.
–Con una fotografía. – Sacó el móvil del bolsillo de su pantalón, poso sus brazos sobre mi hombro. – Sonríe – dijo.
Cuando quedo después de tres repeticiones más dijo que esta seria una de las primeras fotografías que tendríamos juntos, que solo era el inicio. Y ahora las fotografías se acabaron, ya no habrás más – Jhell por favor sonríe, Jhell di patata, Jhell di te amo entonces soy consciente que hoy se acaba el álbum de fotos que fuimos formado día a día, en cada triunfo, en cada momento, en cada caída. Entonces que haré yo, hacia donde debo ir, porque siento que mi vida ahora depende de un hilo, tengo miedo y él ya no está.
Mamá entra a la habitación con unas tazas humeantes, se acerca a la mamá de Rai, la abraza, le dice que todo va ir bien, que debe tranquilizarse pero ella enloquece antes sus palabras.
–¿Cómo va ir bien?, ¿Cómo me pides que me tranquilice?, es de mi hijo de quien estamos hablando, ¡es mi niño!. – Mamá la abraza. La consuela, porque en el fondo ella sabe que es perder a un hijo
–Todo ira bien. – dice – debes ser fuerte porque esto dolor es solo el inicio.
–¿Y cuando termina ese dolor? – pregunto la mamá de Rai.
–Nunca debes aprender a vivir con ello.
Entonces todo parece tan lejano, que no parece real como si fuese ajeno, nunca vi a mamá de ese modo tan visceral, al punto que sus palabras calen tan dentro mío, que dijese que ese dolor que se apoderaba de mí fuese solo el inicio. El inicio había dicho cuanto más me faltaba para que deje de doler aasí nunca había dicho mamá se paro. Se acerco a mi armario dijo algo como debería cambiarme y lavarme la cara.
–No, voy a ir así. – porque no podía cambiarme de ropa aun estaba impregnada con su perfume. Salí del cuarto tome las llaves que mamá había dejado en la mesita del salón. Había fotografías de nosotros con un fondo navideño, él con su sonrisa de oreja a oreja, yo con mi sonrisa de niña pequeña. Fue la primera navidad juntos y ahora la que pasamos el año pasado fue la última. Escuche abrirse la puerta de mi habitación, se escucha pasos, mamá me vio con nuestras fotografías en mano.
Me quito las fotos de las manos – ¿Estas segura que estas bien? – acuno mis rostro entre sus manos.
–Estoy bien mamá. – dije.
–Ya se que te he dicho que debes ir con nosotras para ir… donde Raí, pero si quieres lo hago yo y su mamá. – Lágrimas resbalan de su rostro. Él la quería mucho había días en los que envidiaba la complicidad que tenían ellos.
–No, debo ir yo también.
Después de un rato la mamá de Raí sale de mi cuarto. Entonces supe que debíamos ir a donde estaba Raí.
El tiempo a veces pasa de formas interminables nunca nos percatamos que cada segundo que pasa es tan valioso que deberíamos valorarlo pero somos humanos y terminamos dando por hecho que todo va ser igual que va seguir a ese mismo ritmo como siempre fue. Entonces que paso conmigo porque me quede en blanco porque todo cuanto conocía era por él, él que había sido mi refugio, mi casa, mi luz en la oscuridad ahora yo deambulaba sin encontrar un camino que sea sin estar sin él. Mamá había decido que nos fuésemos en taxi, dijo que ninguna de las tres estábamos en condiciones de manejar un auto, yo no la contradije no a falta de ganas sino por que quería ir a verlo, saber como estaba traerlo a casa.
Cuando llegamos al hospital fue mamá quien se acerco a la recepcionista pregunto por él, la enfermera llamo a otra enfermera y que ella nos llevaría a donde estaba Rai. La otra enfermera se acerco llamo:
–Familiares de Rai.
Nosotras nos acercamos – aquí – dijimos nos pidió que la acompañásemos conforme nos íbamos acercando la mamá de Rai, lloraba mas yo por el contrario no sabia que emoción debería tener era un revoltijo de sentimientos que se entremezclaban unas con otras dejándome hecha girones que al final me dejaban una yo que estaba medio ida, una yo que no veía hacia mucho tiempo.
–Señoras aquí está – Nos mostró su cuerpo – Familiares cercanos deberán rellenar unos documentos.
La mamá de Rai lloro aún mas él estaba frente mío parecía tan tranquilo como si necesitase de ese descanso, los para la dos cerrados, tenia esquirlas de vidrio en la frente, tenia el rostro con rasguños.
–Tiene el rostro así debido a que el parabrisas impacto directamente hacia él. Tuvo una condición cerebral por lo que creemos que él murió en el impacto.
–¿Y donde están los que iban en el otro automóvil? –Pregunto la mamá de Rai.
–Uno de ellos falleció estamos a la espera de que algún familiar venga a recogerlos y el otro está en sala de recuperación afortunadamente él pudo salvarse.
–¿Cómo se llaman? – pregunto la mamá de Rai
–Jack Scott y Gael Handerson
–¿Qué? – dijo la mamá de Rai. – Jack Scott no puede ser…
–Señora que le pasa – pregunto la enfermera le ofreció un asiento para que se siente. Le pidió que se calmase. Pero su mamá lloro aun más por momentos se sentía que en cualquier momento iba a tener un infarto tras saber que Jack Scott había muerto. Él había estado conduciendo ebrio y tuvo el accidente con Rai. Su gritaba, lloraba y decía: – mi niño, mis niños…si hubiera estado mas centrada en lo que decía y el porque de sus lágrimas quizá así la entendería pero no pude el cuerpo se me quedo congelado frente a él, frente Rai, tan quieto, tan tranquilo que no se enteraba de nada de lo que sucedía después de él, después de él, sabia amargo decirlo así, su mamá gritaba, lloraba, mecía entre sus manos a Jack, y no a Rai, en algún momento se la lleva ron para sedarla mamá se fue con ella dejándome con mi Rai, cuando lo toque tenia la piel fría, los labios blancos y secos, el ceño ya no lo tenia fruncido. Todos se había ido con la mamá de Rai, entre la e sus dedos con los míos pero al igual que su rostro tenia rasguños, algunos cortes, sus dedos siempre había ido encajado con los míos como si hubiesen estado para estar juntos.
–¿Qué voy a hacer yo sin ti ahora? – dije en voz algo ronca. – ¿Qué hago ahora con todo esto?, ¿Qué debería hacer?, ¿Quién va ser mi luz en la oscuridad?. – a cada palabra que salía de mi, el nudo crecía un poco más, un poco mas fuerte y difícil de tragar.
La puerta se volvió a abrir escuche los repiqueteos de unos zapatos acercándose.
–oh cielo no debí dejarte sola, la mamá de Rai, ya está mejor. Pobre mujer perder a sus dos hijos y de este modo no es justo… – vio que me quede acariciando la mano de Rai, de arriba abajo.
–se ven lindas así verdad, si estábamos hechos para estar juntos. ¿No lo crees mamá?.
Mamá se acerco me abrazo y volvió a pregunta si estaba bien. Y yo le dije que si, que estaba cumpliendo una promesa a la que no pude decir que no, que me falto el valor de decirle en voz alta que sí.
–¿No llorar es parte de esa promesa?, ¿Por qué no has llorado desde que te enteraste que Rai esta….?
–Ya lo se. Vámonos. – Salí de ahí me acerque a la recepcionista le dije que me llevaría a Rai, pero ella respondió que no hacia falta que rellenara nada la mal de Rai había hecho todo, y que en unos momentos llegaría la funeraria para llevárselo.
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Comments
Adoración del Carmen Martinez sonni
🥹🥹🥹🥹🥹😊😊😊😊😊😊😊😊
2024-09-22
0
Esther
Creo que podría llorar! Amo tu novela!
2022-01-11
3