Un nuevo ¿amor?

Sandy era emocionalmente inestable y Julia había comenzado a tambalear tras su partida de su trabajo. Había que enfocar toda su atención a uno nuevo, pero su amiga la distraía. La noche, las drogas y el alcohol tenían fecha de vencimiento. Julia vió como una buena opción irse a vivir con su abuela, allí no tendría todo eso dando vueltas. No quería distraerse más, después de todo tenía que mantenerse y eso no lo podía lograr con Sandy alrededor.

La relación con Agustina no había tenido buen fin, Agus volvió a Hurlingham mientras Julia se mudaba a Loma Hermosa. Su nueva amiga era como una manzana roja y tentadora por fuera, como recién arrancada del árbol, tierna y saludable mientras que por dentro estaba podrida, y todo lo que tocaba lo dañaba. Sandy no amaba a nadie, estaba muy rota por dentro, y cuando Julia se dio cuenta de ello, no era tarde, era el momento para tomar distancia y ocuparse de su vida, lidiar con la tristeza y con la incertidumbre de tener que empezar de nuevo.

Con el poco dinero que tenía hizo varios currículos y los llevaba personalmente. La otra parte, la mayoría de las empresas afines a las que había trabajado se enviaba por e-mail. Pagaba su hora en el cyber para poder enviar los que más pudiera. Después de todo, tenía que cuidar lo poco de dinero que le quedaba.

La convivencia con su abuela era la mejor. Lela la esperaba con la comida, o iban a comprar juntas al mercado. - ¿cómo te fue, nena? Preguntaba mientras ponía la pava y se prendía un cigarrillo. De esos blancos largos 4370 de paquete dorado.

Julia intentaba ser optimista, le contaba que había repartido muchos y que había mandado en el cyber. Pero la verdad es que ese impasse laboral la carcomía por dentro.

Fue un año donde la tragedia golpeó la puerta. Su cuñado tuvo un accidente y murió. La noticia devastó a todos lo que conocían a Franco, de apenas 20 años, papá del sobrino de Julia, Gio de apenas solo 2. La joven tuvo que viajar con la incertidumbre de no saber bien de qué se trataba el accidente y si estaba fallecido como le habían dicho por teléfono. O no lo quería creer. Viajó dónde su hermana, el cuadro cuando llegó fue espantoso. Mucho pero mucho dolor.

Su hermana y su pareja, Franco, iban con Gio en bicicleta por la calle cuando el conductor del auto pierde el control sobre el y atropella al muchacho, matándolo en el acto. Gina y Gio se salvaron, pero quedaría el trauma de lo vivido. Hubo mucho manoseo en ese entonces, quisieron echarle la culpa a Franco pero un perito que contactó Julia demostró lo contrario.

El perito se llamaba José, era atento, sabía artes marciales, y pronto se interesaría en Julia, quien estaba pasando un momento de mucho dolor, ella encontró contención en él, que siempre parecía estar disponible para conversar sobre lo que ella sentía. En la casa la atención estaba puesta en Gina y Gio, por supuesto, después de todo eran sobrevivientes y estuvieron en el momento del hecho. El funeral de Franco, fue como algo irreal, ahí se dieron cuenta algunos que la vida es un instante, que no somos nada y que somos tan frágiles que un golpe puede arrebatarnos todo. Franco no estaba más, y esa idea y esa realidad dolía como un cuchillo clavado en el alma. Sin tiempo para despedirse, para decirle algo, al menos. La importancia de decir lo que uno siente a las personas que ama. El tiempo que uno pasa con ellos sin saber que puede ser el último. Todos esos pensamientos anidaban en Julia.

Se refugiaba en José, y en su tío de Buenos Aires y su abuela. Se quedó casi tres meses donde su hermana. Era un panorama devastador y aunque se quedó casi tres meses le costó volverse. Tenía que volver, había un trabajo nuevo que la esperaba y el enamoramiento con José había empezado a florecer a pesar del duelo. Algo así como una luz en la oscuridad. Una esperanza de que algo salga bien.

Brigitte para ese entonces ya no llamaba más, los años sí que habían pasado, Agustina había formado pareja en La plata. No pensaba mucho en ellas, las extrañaba y tampoco pensaba en sus gustos, obviamente siempre se sintió atraída por mujeres pero José y sus anteriores novios fueron producto de un enamoramiento fugaz. O quizás un intento de pertenecer, de encajar en la tradicional idea de tener una familia. Papá, mamá, hijos... Podría ser mamá, mamá, hijos... Pero no pensaba en eso, o no se le ocurría otra manera de tener una familia. Había un bloqueo en ella, creía que sus experiencias con las mujeres había sido parte de su sexualidad experimental, como algo que pasó y que ahora tenía la experiencia de saber.

Fue ahí, en ese estado de vulnerabilidad donde las palabras y actos de José la sedujeron. Su verdadera naturaleza y sus verdaderos deseos estaban adormecidos por las circunstancias. Claro, no demorarían en volver, ya que siempre estuvieron allí y nunca se fueron.

La pareja se mudó a un departamento de San Cristobal, Julia veía las señales de una relación conflictiva. Pero se creía capaz de cambiar las cosas. Empezó por relegar cosas. Después amistades. Después salidas sin que José no supiera. El control de él empezó a envolverla de a poco, era imperceptible, ella creía que estaba bien cobrar su sueldo y tener que dárselo.

Atrás quedaron los recuerdos de las personas que le hacían bien. Solo existía José. "Yo te salvé de esa vida de mierda llena de gente de mierda y de los excesos'. Julia le creía. Con el había logrado dejar de tomar alcohol y bajar de peso. Entonces, como él había llegado como en los cuentos de hadas como un salvador y la había salvado, se creía con derecho de manejarle la vida y de controlarla, de pasar el dedito por la mesa a ver si en su ausencia, había limpiado. Si había hecho las compras o si gastaba demás.

Los problemas no tardaron en aparecer. José no era ningún príncipe. Era un déspota y un misogino que odiaba a las mujeres. Cuando Julia conoció a su hermana y a su madre entendió el porqué. No era porque ellas eran malas. Era porque en su interior, guardaba mucho resentimiento. Su existencia se debía a una relación extramatrimonial. Su hermana era más grande, la primera, digamos. Hija del matrimonio. Su papá tenía una amante y con ella tuvo a José. Que siempre se sintió desplazado por esa familia. Una historia pesada con la que Julia no debía lidiar, pero ella quería entender el porqué de su comportamiento. Por más que se esforzara, iba a ser cada vez peor.

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