Exámenes

Llegó el esperado día, a las siete y media la bocina en la casa de Julia. Se subió recién bañada y preparada para rendir, tenía miles de dudas y muchas expectativas sobre la calificación, la autoexigencia no le daba la chance de una nota media, ella apuntaba dar y recibir lo mejor. Tenía miedo que los nervios le jugarán en contra en el oral y en la traducción de la película, iban a ser muchas horas y ya había descansado para estar óptima. Lo estaba.

Las sonrisas entre ambas era permanente, no podían dejar de mirarse camino al instituto donde iban a rendir, lo pasaron a buscar a Sebastian, que también estaba algo ansioso. Al llegar, había más chicos para rendir otros niveles, Sebastian y Julia rendirían el más alto con profesores que habían llegado de el Reino Unido, los recibieron con té y galletas antes de iniciar.

Empezaron por un cuestionario extenso escrito, donde en el final presentaban cada uno su relato para luego hablar de ello.

" I was feeling a little bit awkward walking in to the empty house, it was late, I couldn't see anything around, but I tried to find you. You said you Will be there but aparently there was no one there.

The wind began to beat the Windows, and a storm grew louder, my first though was going back to home but somehow I didn't. During my walk in the complete dark listening the Rain, I Remembered your promise. You told me you'd come that night, I waited for a Long time, a little hope said to wait. Meanwhile thinking of you and the great time we spend together I stayed in those memories laughing alone when I fell on the street in front of your house.

Then I listened a weird noise, a bit scary by the way, my heart was beating fast, but it was you coming like you said you would. You were there with your Long and Black hair all wet as it was your clothes. Without saying a Word you came in, your sight tried to avoid me, Then, you sat at the floor, and in spite of you were so shy, after a while you started to talk about what I wanted to hear"

¿De qué trata el texto? Preguntó en su lenguaje un profesor británico, de los tres que había y también Briggite.

-Se trata de dos personas que se citaron en un lugar para hablar de sus sentimientos, en un lugar remoto porque la situación no era fácil, una de ellas era casada y no había que levantar sospechas por lo que se le hizo tarde y llegó una tomenta inesperada lo que retrasó el encuentro mientras que la otra mujer ya estaba en el lugar con algo de miedo ya que no había luces ni nadie. Finalmente llegó y fue la primera en hablar.

¿Qué piensas que hubiera hecho la persona que ya estaba en el lugar si la otra no llegaba? ¿Y cómo se sentiría? Preguntó atento el profesor.

-Pienso que se hubiera ido después de esperarla mucho tiempo, algo triste por no poder concretar la charla ya que creo que es necesario hablar sobre lo que nos pasa y entre esas dos personas habían muchos sentimientos que las afectaban.

¿Eran dos mujeres? Preguntó serio.

-Si.

¿Y si ella no comenzaba a hablar, que le hubiera dicho ma otra mujer?

- Yo pienso que le hubiera preguntado primero si se encontraba bien, y luego le hubiera dicho que a ella le pasaban cosas que no le eran fáciles de descifrar, pero que asumía que era algo romántico, que le gustaba y que quería tener algún tipo de romance con ella, aunque no sea fácil decir todo eso, lo hubiera hecho de todas maneras.

No es fácil hablar con él corazón, dijo el hombre mientras tomó un vaso de agua. Citarse para exponer es de valientes y yo creo que tú eres valiente. Sigue así, dijo.

Julia se levantó de la silla con una emoción que la desbordaba. Trató en toda la entrevista en no mirar a Briggite, que estaba sonrojada. Sabía que ese texto lo había escrito para ella, que se trataba de su historia y de lo que empezaban a vivir esos últimos meses. Lo que habían logrado era de valientes, si. Ir en contra de el mandato, de lo ideal, de lo esperado, de lo socialmente aceptado. Eran valientes claro, por animarse a vivir aunque sea a escondidas ese amor que las unía, porque cada vez que se encontraban se amaban tanto que no alcanzaban las horas para fundirse en el más profundo océano de pasión.

Era evidente para algunas personas lo que pasaba entre ellas, por más que querían disimular la tensión estaba y cada vez era más fuerte.

Llegó el momento de traducir la película, Sebastian y Julia se sentaron frente a un televisor donde una profesora puse un VHS. Ellos en los pupitres alejados uno del otro con sus respectivos cuaderno y lápiz para anotar cada diálogo. "Diario de una pasión", que apropiado pensó Julia y el tiempo empezó a correr. Se concentraron en lo que escuchaban y escribían. Sebastian borraba bastante, Julia se dejaba llevar. En esa aula no estaba Briggite lo que podía concentrarse más pero le preocupaba su compañero y le ofreció ayuda. Intercambiaron un par de palabras y así pudo reponerse porque se había atrasado un poco.

Dejaron sus escritos y los entregaron para ser evaluados. Tuvieron otros diálogos grupales para intercambiar ideas y evaluar más el exámen oral. Hicieron una pausa para almorzar algo y siguieron por la tarde. Las últimas horas se hacían eternas pero Julia estaba contenta de poder participar de un examen de esa magnitud. Los ojos y la cabeza ya no le daban más a Sebastian, se lo notaba exhausto, se refregaba los ojos y se le vencían del cansancio. Julia por lo contrario, si bien estaba cansada, pero quería seguir. Era un ambiente muy ameno, en todo momento se sintió cómoda con aquellos profesores. Se sentía como una esponja al escucharlos hablar, cada palabra, la fonética, era como un parque de diversiones donde trataba de memorizar lo que más pudiera. Llegó la tarde. Estaban todos cansados y finalizaron el examen. Se saludaron y cuando salieron del lugar fue como una especie de sentirse desinflados. Los tres se subieron al auto y gritaban de alegría ¡¿cómo nos habrá ido?! Se preguntaban mientras se alejaban del lugar y se fueron a un bar para festejar. Tomaron café. Briggite le rozaba su pierna a Julia, Sebastian estaba en otro mundo, tenía un hastío notable. Cuando terminaron de tomar el café y hablar de todo lo que habían pasado en el instituto, Briggite llevó a Sebastian a su casa donde lo esperaba su mamá para saber cómo le había ido.

-No sabemos, dijo, refregandose los ojos. La semana que viene nos dan la nota.

Ellas se fueron a su guarida. Para estar solas.

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