¡Freedom!

El aire soplaba tan pero tan fuerte que casi le era imposible ver la multitud, lo novedoso, lo que sus ojos curiosos no habían experimentado antes. Llevaba una mochila negra, una remera blanca y un pantalón verde musgo había cortado sus largos y castaños rulos por un cabello corto con reflejos del sol. Era la primera vez que tomaba el subte para ir al trabajo y no podía con su mirada para ver alrededor, no había etiquetas allí, solo gente viajando para luego dispersarse como hormigas por la ciudad.

De repente, se volvió invisible, se sintió invisible, y eso, la puta madre, ¡se sentía tan bien!

Y se sacó de encima, como quién se saca un peso de encima, las miradas que la juzgaban - que ella creía tener- y que la hicieron sentir por años tan pequeña.

Estaba adentrándose en la imperceptible invisibilidad que le devolvía poco a poco un pedazo, de los que tenía rotos, dándole vida y libertad.

No fue fácil adaptarse, al mes de haber llegado consiguió su primer trabajo, Julia vivía con Agustina en hurlingham y el trabajo le quedaba en el microcentro, tenía un largo viaje, por lo que debía tomar un colectivo urbano más el metro. Trabajaba mucho, dormía poco, pero era feliz. El primer día laborar fue como una especie de pánico con ansiedad y muchas emociones. Un segundo piso por ascensor la esperaba con más de 300 personas en horario de trabajo. El lugar era impecable, boxes, lockers, sala de almuerzo, dispenser de comida, toilette, la alfombra verde y las ventanas que daban a plaza de mayo. Por el box que Julia elegía se podía ver la gente pasar, caminando, los días de lluvia los paraguas y las bocinas de los autos. Un banco estaba enfrente y la central del banco nación apenas a media cuadra. En sus ratos de descanso, Julia bajaba para fumar. Conoció a Sergey y Alex, se hicieron amigos de inmediato, luego a Gabriela, buena mina, cariñosa y de buena familia. Entraban a las 17 hs para adecuar el horario con Estados Unidos, México Colombia y Chile. Salían a las dos am, de noche, donde una combi del trabajo los llevaba a los puntos más cercanos de sus viviendas. Eran jóvenes y los fines de semana que empezaba los jueves se iban al after a tomar algo, iban siempre cambiando de lugar, lugares con pool donde se divertían competencia y Julia era bastante buena en eso. Tomaban cerveza y se divertían.

A Gabriela le gustaba Guadalupe, se hicieron amigas y no tardaron en llegar los celos de Guada a Julia. Lo pudieron resolver, después de todo, un día en una manifestación por la desaparición de Julio Lopez, Julia para ir a trabajar tenía que atravesar plaza de mayo, donde ese día era un caos. Todos se peleaban, pegaban, la policía y las balas de goma por doquier, Julia bajó del bus y se adentró a la plaza con un miedo que la paralizaba. Después de todo tenía que llegar al trabajo y la puntualidad para ella era importante porque significaba el bono por asistencia perfecta.

En el medio de la locura de la gente, de atrás siente que le gritan ¡puta! Eh, a vos te estoy hablando tarada! Julia reconoció la voz de Guadalupe y reaccionó. Dejó su mochila en el piso, y mientras guada se acercaba la tomó de los pelos y empezaron a pegarse en el piso. En el medio de la plaza, en el medio de la manifestación el ojo de la tormenta. Un hombre, la sacó a Julia de arriba de Guada. - Flaca, la vas a matar! Dijo. No quería matarla pero sí quería desquitarse por las palabras que le había gritado. Tomó su mochila, se acomodó la ropa y cruzó la plaza. Llegó al trabajo con los pelos revueltos y toda colorada. Y con una bronca que la estaba consumiendo. Al rato llega Guadalupe en las mismas condiciones y Gabriela no tardó en darse cuenta de lo que había sucedido.

Ustedes dos tienen que hablar, no tienen que pegarse, medió Gaby. Pasaron unos días y no se miraban. Por el chat interno le llega un mensaje de Guada diciendo - Che, discúlpame el otro día, alto quilombo en la plaza. Salimos a fumar?

Julia dudó, pero después de todo tenían una amiga en común que se sentía entre la espada y la pared. Así que estuvo de acuerdo y bajaron. Fumaron y hablaron del clima, que estaba por llover, la gente pasaba preocupada, los autos se embotellaban y empezaban las bocinas. El dolor de cabeza se hizo profundo así que Guadalupe le ofreció un café de máquina con una aspirina. Después de todo no parecía que fuera mala persona. Sólo había celos entre ellas y los problemas se solucionaban de esa manera. Con un café, un pucho y una charla. Volviendo al trabajo con alivio de no tener que esquivarla.

El piso se convirtió en la segunda casa para los que trabajaban nueve horas el grupo de los cinco era cada vez más unido, y ya con Guada se podía compartir las salidas, pero tenía una adicción al alcohol que cada vez que salían terminaba muy mal. Julia se asombraba de los estados de las personas cuando salían de los after. Toman mucho, pensó.

Un día, orgánizaron un asado en el Tigre. Llevaron la carne y todo para almorzar. Era un día hermoso, fueron en la camioneta de Gaby y fue en ese trayecto pasando por Nuñez que Julia conoció por primera vez la cancha de River plate, estaba extasiada, era inmensa. Quería entrar pero estaba cerrada. Se bajó de la camioneta y gritaba de la emoción. Agustina también participaba del viaje. Los primeros celulares de ese momento podían filmar y pudieron registrar ese lindo momento.

Llegando al tigre buscando un parrilero para asar, cayó un chaparrón, almorzaron igual, contaban anécdotas y Julia quería ir para todos lados. Estaba el río. Había más personas pasando el día, era un fin de semana diferente, con nuevos amigos. Sergey era gay. Gaby también, tenía su pareja Cristina, que no había ido al viaje. Era una relación rara, más bien Cristina era rara. Pero en fin, era la pareja de nuestra amiga y la aceptaban aunque no interactuaban mucho con ella.

El mundo se le abría para Julia.

Se sentía libre por primera vez. No extrañaba para nada ese pueblo donde la mayoría miraba lo que hacía el resto. Ella podía ser quién quisiera o tener los gustos que quisiera y estaba bien. Gay, hetero, trans, que importaba eso! ¡Nada! No dejaban de ser personas que congeniaban desde otro lugar. Y estaba tan a gusto. Que le parecía irreal después de toda una vida enjaulada - así se sentía, finalmente libre.

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Comments

Celeste Medina

Celeste Medina

Empezar de cero en un nuevo lugar siempre ayuda, pero pronto se descubre que nuestros demonios nos acompañan adonde sea...

2023-12-17

1

eléctrica *se fue *

eléctrica *se fue *

más capitulos por favor

2021-10-22

1

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