En su mundo, su rutina consistía en levantarse de la cama a las cuatro de la mañana; bañarse con agua fría, porque no podía darse el lujo de gastar un poco de gas o comprar un calentador portátil; vestirse con su uniforme de trabajo y peinarse lo más decente que pudiera; desayunar, aunque esto sólo implicara tomar una taza del café más económico que consiguiera y un pedazo de pan o galleta a punto de caducar; y por último, darse ánimos, antes de abrir, la puerta para continuar con su patética existencia.
Después salía a la calle, lista para sobrevivir un día más.
Por todo eso, cada vez que recordaba que estaba viviendo en otro mundo bajo el nombre y apariencia de Hanna Doe, no le afectaba; no sentía tristeza ni añoranza por su antigua vida, mucho menos por su padre, por sus conocidos o por sus compañeros de trabajo… ni siquiera remordimiento por la verdadera dueña de ese cuerpo. Y a pesar de que la vida de ésta fuera demasiado complicada, sabía que era mucho mejor que la suya. Sólo debía resistir un poco más, entonces terminaría de pagar la deuda con Jack y así podría comenzar desde cero, se mudaría a un lugar más económico, buscaría una universidad cercana para no gastar en el transporte y, cuando hubiese ahorrado lo suficiente, dejaría su trabajo en la boutique y conseguiría uno nuevo.
Porque a pesar de que el trabajo en la boutique fuera bueno, debía renunciar, así podría alejarse de Jeremy para que la trama de la novela avanzara sin tener que involucrarla.
—¡Hanna! —oyó la voz de Jeremy que le había llamado desde el otro lado de la calle.
Al verlo, levantó la mano y le sonrió sin querer; luego miró su celular y se dio cuenta que, como siempre, él había llegado puntual a su reunión. Habían pasado ya dos semanas desde el día en el que aceptó ayudarle a descubrir la verdad sobre lo que pasó el día de su boda con Elizabeth, pero lo único que habían hecho hasta ese momento, era compartir ideas de cómo proseguir su investigación mientras disfrutaban la hora del almuerzo; y aunque al principio se sintió culpable por saber la verdad de dicho incidente, debió fingir ignorancia para que él no creyera que ella había tenido algo que ver y, sobre todo, para poder disfrutar la comida gratuita que éste le proporcionaba.
Era un acto descarado, pero descubrió que así, comiendo una vez al día, podría ahorrar más dinero para solventar la deuda de la verdadera Hanna.
—¿Esperaste por mucho tiempo? —preguntó él, mientras el sudor le escurría por la frente—. Lamento la demora, mi… junta se extendió más de lo esperado.
Y, al escuchar lo último, sintió un pinchazo en su corazón… porque sabía el verdadero significado de aquellas palabras. Pero era obvio que, así como en la trama original, Jeremy seguiría saliendo y teniendo sexo con otras mujeres para olvidar a Elizabeth; sobre todo si ella lo había rechazado en lugar de continuar con lo escrito en la novela: saliendo a escondidas, dándole besos fugaces y seduciéndolo para tener sexo cada vez que se vieran, aunque esto fuera en un estacionamiento abandonado, dentro del coche o en algún hotel barato.
Al recordar aquellos sucesos no pudo evitar preguntarse la razón por la cual, Jeremy, seguía siendo su personaje favorito cuando sólo había ilusionado a Hanna con una relación superficial; y que después, sin ninguna contemplación, abandonó para ir detrás de Elizabeth. Claro que la Hanna original era un personaje malvado, que lo siguió y aceptó ese tipo relación con la idea de seducirlo para casarse con él y hacerse una persona rica.
—¿Qué sucede? —le preguntó él mientras le acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja.
Por un momento, ambos se miraron fijamente a los ojos, y la mano de Jeremy descendió a su mejilla; después a su mentón, y con el pulgar acarició sus labios. Al sentir su tacto, no pudo evitar soltar un suspiro. Y él, inmediatamente se inclinó hacia ella y la besó…
—¿Hola? ¿Hanna? —la voz de Jeremy la hizo regresar a la realidad. Y al darse cuenta que todo lo anterior había sido una alucinación, se abofeteó rápidamente—. ¡Oye! ¡¿Qué?! ¡¿Estás bien?! ¡¿Por qué te golpeaste?!
—Lo siento —soltó mientras colocaba su mano sobre su mejilla en un vano intento de aliviar el dolor—, pero tengo tanta hambre que ya comencé a alucinar.
—¿Okey? —respondió Jeremy, no muy convencido.
Entonces lo vio levantar la mano izquierda para también colocarla en su mejilla, y ante tal movimiento dio un paso hacia atrás, provocando que la extremidad de Jeremy quedara en el aire; y que después, al darse cuenta de lo que iba a hacer, la bajara avergonzado. Kanna quiso decirle que no era culpa de él, sino de ella, porque no estaba segura de tener el suficiente autocontrol para resistirse a su encanto.
—Tengo muchas ganas de comer pasta —soltó ella, para tratar de romper el silencio incomodo que se había formado ante su reacción—. ¿O qué piensas? Digo, después de todo, tú eres el que invita.
—Sí —carraspeó él—. También tengo ganas de comer pasta. Vamos…
Ambos comenzaron a caminar, uno del lado del otro, en completo silencio.
—Sabes —dijo ella—, es muy raro que, siendo un chico rico, no tengas un automóvil con tu propio conductor.
De pronto, Jeremy estalló en una sonora carcajada.
—Pensé que sería raro para ti, que yo apareciera de repente en un automóvil con mi propio conductor —explicó él, colocando su mano en forma de puño delante de su boca—. Pero veo que tienes pensamientos poco convencionales.
—Créeme, es más raro que no lo tengas.
—Bien, para nuestra próxima cita lo traeré.
Y ante aquella palabra, no pudo evitar detenerse. Jeremy siguió avanzando, pero al no verla a su lado, también se detuvo; él la miró sin entender la razón por la cuál ella ahora lo miraba sorprendida.
—¿Qué sucede? ¿Todo bien? —preguntó.
—No, no es nada —respondió Kanna y caminó hacia él—. No lo olvides, para la próxima —hizo una pausa al no tener el valor de decir la palabra “cita”—, deberás traer ese automóvil con su conductor.
Avanzaron nuevamente, con los dedos de sus manos casi rosándose.
...* * *...
Observó a la gente que caminaba a su alrededor, siendo atendidos por sus compañeras; ella permanecía a un lado de la puerta, esperando que un nuevo cliente entrara para ayudarle en su compra y así ganarse una buena comisión. Y aunque eso no ocurriera, no le importaba; estaba feliz después de su almuerzo con Jeremy, a pesar de que la mayoría del tiempo hablaban sobre quién podría estar involucrado en el incidente de su boda y de que ella misma se había prometido alejarse de él, no podía evitarlo. Sin embargo, la sola palabra “cita” hacía que la felicidad la invadiera; probablemente porque jamás en su vida, como Kanna, alguien la había invitado a una cita…
De repente, la campanilla de la puerta sonó y ella dibujó una gran sonrisa en su rostro mientras se inclinaba levemente.
—Bienvenido a… —pero no pudo terminar su frase al ver a la mujer que había entrado.
—Señorita Doe, necesitamos hablar.
Al escuchar aquello, recordó inmediatamente por qué razón debía mantenerse alejada de Jeremy y no ilusionarse sólo porque la invitaba a comer o porque había mencionado erróneamente la palabra “cita”. Tragó saliva y miró directamente a la madre de éste que seguía frente a ella, vistiendo un elegante traje lila, y con los brazos cruzados.
—Disculpe, pero en este momento estoy trabajando…
—Por esto no habrá problema. Ya le he comentado a su jefa —Kanna miró hacia atrás y su jefa asintió con la cabeza. De pronto le molestó que ambas mujeres decidieran sobre ella sin pedirle su opinión, y aunque era un personaje extra, también tenía derechos—, y pagaré las comisiones que pueda perder por irse conmigo ahora.
—Bien, entiendo. Pero… —respondió al saber que no podía hacer nada para evitarlo. No quería perder, por ahora, ese trabajo al que se había acostumbrado—. ¿de qué quiere hablar conmigo?
—¿De qué más podría ser? De mi hijo, Jeremy.
...* * *...
Observó por enésima vez a la madre de Jeremy, levantando la taza de té para llevársela a los labios y sorber silenciosamente. La suya ya se le había enfriado, pero eso no evitó que disfrutara de los pasteles que habían colocado también en la mesa; por un momento quiso tener un tupper para llevarse todo lo que pudiera…
—No me gusta deberle a nadie —soltó de repente.
Kanna intentó pensar a qué se refería la mujer, pero de inmediato recordó cuando la ayudó con aquel asaltante.
—Yo no le estoy cobrando nada…
Y, sin esperarlo siquiera, la mujer colocó un sobre de papel en la mesa. No tenía que ser Sherlock Holmes para saber lo que ese objeto contenía, cualquier persona que hubiese visto un drama de romance en televisión, sabría que dentro encontrarían una ridícula cantidad de dinero; y que tampoco existía otra razón por la cual una mujer como la madre de Jeremy pondría algo así frente a una chica como ella. Entonces trató de adivinar lo que vendría a continuación: Eloise le diría que tomara el sobre y se alejara, de inmediato, de Jeremy. Y si ella fuera la protagonista, lo rechazaría y se levantaría de la mesa completamente indignada, pero se trataba de un personaje extra, en específico, de una joven ambiciosa y malvada, por lo que, sin dudarlo, lo tomaría para pagar la deuda con Jack y comenzar de nuevo.
—Tómelo.
Kanna miró el sobre y su mano izquierda se levantó por sí sola, como si tuviese vida propia; y de pronto, todo pareció girar a su alrededor.
«Debo tomarlo, debo tomarlo…», pensó.
Puso su mano encima del sobre, pero en lugar de atraerlo hacia ella, lo echó hacia Eloise.
—Lo siento, pero no voy a aceptarlo —declaró—. No terminaré mi amistad con Jeremy.
—¿A qué se refiere, jovencita? —Kanna notó que la mujer levantó la ceja.
—Sobre este dinero…
—Este dinero es una forma de agradecerle por ayudarme cuando aquel hombre me atacó.
—¿En serio? —preguntó ella, incrédula.
Y sin preverlo, la madre de Jeremy se río con fuerza; entonces pudo notar que esa mujer y Jeremy se reían de forma similar y que, incluso, se llevaban la mano en forma de puño a la boca para contener la risa.
—¿Qué clase de persona cree que soy? —preguntó la mujer, completamente divertida—. Jovencita, tal vez no me conozcas, pero yo no soy alguien que realiza este tipo de acciones… vulgares.
—Una disculpa por pensar eso… —dijo, tamborileando los dedos sobre la mesa—, pero, no puedo aceptar el dinero. Si usted en verdad quiere pagarme, me conformo con estos deliciosos postres que he comido.
—Ahora entiendo porqué Jeremy te quiere mantener a su lado —soltó la mujer.
—¿Por mi encanto natural o porque como mucho sin engordar? —bromeó para ocultar los latidos ruidosos de su corazón y evitar que una sonrisa descarada se plasmara en su rostro.
La madre de Jeremy sonrió, tomó el sobre con dinero y lo guardó en su bolsa de mano.
—Te agradezco por lo de aquella vez —lo dijo sinceramente—. Y me apena no haber dicho nada en aquel momento, y de haber tardado tanto en reunirme contigo para hacerlo.
—No tiene por qué —al decir eso, tomó con su tenedor las sobras que le quedaron del pastel de chocolate que le habían servido, las comió y le supieron más dulce que nada.
Mientras que la madre de Jeremy, al verla disfrutar tal postre, sonrió y pidió que le sirvieran otro pedazo y cambiaran el té que ya se le había enfriado. De pronto, recordó a su hijo, asistiendo puntualmente a las juntas y trabajando diligentemente en la empresa familiar para cumplir con el trato que habían hecho para que a Hanna le ofrecieran un trabajo en la boutique. Definitivamente, la presencia de esa chica en la vida de Jeremy le convenía.
Lo único que le molestaba, era que tarde o temprano serviría como lazo para unir nuevamente a su hijo con Elizabeth, y eso era algo que no le agradaba en nada; a menos que la utilizara para que ocurriera lo contrario…
—Y recuerda que, si un día necesitas ayuda, puedes contar conmigo —y al decir esto, una gran sonrisa se dibujó en su rostro.
^^^C o n t i n u a r á . . .^^^
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Comments
Laura Álvarez
Hay Hanna soñando despierta otra vez pero tu sigue aprovechando a comer gratis y sin engordar 🤭al principio pensé que la madre de jeremi quería que se alejara de ella pero como quiera cada quién quiere utilizarla espero y no se emanore de verdad de jeremi por que cuando Elizabeth regrese sufrirá más 🥺
2024-11-22
0
🤗Finita💖💫🇲🇽
Sus alucinaciones por no comer, je, je, je.
2022-06-13
4
ℓυкє
Me encanta ♡♡
2022-05-25
2