Capítulo 8

—¿Saben el motivo por el cual los mandé a llamar…? —Kanna escuchó en la lejanía aquella pregunta hecha por Derek, sin embargo, no podía quitarle la vista de encima al excompañero de Hanna, que se encontraba tan apaciblemente sentado en la silla a su lado—, señorita Doe y señor Taylor.

     Ambos miraron a Derek Wright, quien no dejaba de mirar la ciudad desde uno de los ventanales de su oficina.

     —No, señor Wright —respondieron al unísono.

     Por un momento, a Kanna le molestó que Matt, el excompañero de Hanna, y ella estuvieran tan sincronizados; e intentó controlarse para no golpearlo frente al Ceo y a su asistente, Joe Davies. Pero era difícil hacerlo. No podía creer que sólo por rechazar sus invitaciones, él hubiera planeado semejante complot para vengarse; aunque no entendía por qué había planeado todo eso, ya que también se metería en problemas si ella era atrapada como una “espía”, pues él se había encargado de contratarla sin que Derek se enterara.

     —Señor Taylor.

     Kanna notó como el nombrado dio un pequeño brinco en su asiento, y que después todo su cuerpo tembló ante la mirada inquisitiva de Derek. Y al saber que pronto estaría en la misma situación, trató de pensar en qué excusa dar para la acusación en su contra que se aproximaba; debía ser algo convincente o, por lo menos, que le diera el suficiente tiempo para que Max y Alex se deshicieran de toda la evidencia. Los gemelos eran muy inteligentes y pensaban con rapidez en situaciones que lo ameritaban, así que estaba segura que ellos le ayudarían. Sin embargo, también existía la posibilidad de que hicieran todo lo contrario…

     Al darse cuenta de la clase de cosas que estaba pensando, agitó su cabeza de un lado a otro para borrar aquellos malos pensamientos. Debía confiar en esos niños. Incluso si el autor los había descrito de tal forma y que ella los detestara.

     —Sabe que nuestras políticas de contratación soy muy estrictas, ¿no es así? —dijo Derek, y al oír eso, se sorprendió que la conversación no pareciera dirigirse a su participación en el robo de información—, tenemos un proceso para contratar a nuevo personal —Kanna notó la mirada que él le dirigía al decir todas esas palabras—, ¿o acaso se ha olvidado de esto?

     —No, jefe… lo siento, verá…

     —Qué bueno que recuerde que aquí yo soy el jefe —dijo y luego golpeó su escritorio con el puño derecho.

     A Kanna se le secó la garganta ante tal acto, y de inmediato tomó el vaso con agua que le ofrecía el asistente de Derek; no obstante, al tomarlo, no pudo evitar notar la expresión que éste hizo cuando ella comenzó a beberse aquel líquido cristalino. Por un momento creyó que le habían hecho algo al agua, pero rápidamente borró aquel pensamiento, ya que, después de todo, Joe Davies no era esa clase de personaje.

     Ese hombre era la mano derecha del protagonista masculino, y llevaba a cabo todas las acciones que éste dictaba; a pesar de eso, era un hombre honesto que se expresaba con sinceridad, y cuando la ocasión lo ameritaba, intervenía y daba consejos a Derek para resolver sus problemas con Elizabeth.

     Por lo que, una vez tomó aquel líquido, le devolvió el vaso.

     —Señor Taylor, quiero que me explique en este momento por qué ha contratado personal sin mi autorización —exigió Derek, y Kanna vio como el nombrado se ponía pálido.

     —Señor Wright —interrumpió ella, no quería hacerlo, pero debía… aunque Matt no le agradara y sólo lo hubiese utilizado para obtener ese empleo, no quería que lo despidieran por su culpa. Y no es que le tuviera lastima o estuviera en deuda con él, aquello se había terminado cuando éste planeó el complot en el que todavía estaba envuelta; sin embargo, no quería que ese hombre la siguiera y la culpara de su desgracia, y que pidiera una compensación—, el gerente Taylor sólo me ayudó a conseguir un trabajo al ver la situación en la que me encontraba. Por favor, él es una buena persona.

     Casi vomitó al decir eso último, pero se contuvo; y miró con presunción a Matt para que éste supiera que, si Derek no le hacía nada, era gracias a ella.

     «Mírame bien, hijo de puta», pensó Kanna. De repente escuchó una risa de parte del CEO, y gracias a ese gesto, recordó que ella sólo era un personaje extra, por lo que intervenir en ese tipo de situación no cambiaría nada.

     —Ambos están despedidos —sentenció Derek.

     Y al escuchar tales palabras, Kanna sintió que el mundo se le derrumbaba; y por un instante el enojo la invadió, ya que, si Elizabeth hubiera estado en su misma situación y hubiese dicho lo mismo, el resultado habría sido distinto, pues después de todo… era la protagonista.

     —Señor Taylor —dijo Derek mientras tomaba una de las carpetas que se encontraban en su escritorio, la abrió y agregó—: usted está despedido por contratar a personal femenino y a cambio, pedir favores sexuales.

     Kanna se sorprendió ante tal revelación. Creyó que ese tipo sólo había hecho eso con la verdadera Hanna; y de inmediato se arrepintió por haber intervenido.

     —Tiene media hora para recoger sus cosas de la oficina. Y al salir, será revisado por seguridad —explicó el CEO, mientras el nombrado no hacía más que apretar los puños y aceptar su destino—. Y en el caso de la señorita Doe, ya que su contratación no está autorizada, debemos prescindir de sus servicios; sin embargo, terminará su jornada laboral y se le pagará lo correspondiente a un mes de trabajo, así como lo correspondiente a la ley.

     Al escuchar aquello, quiso rogarle que no la despidiera; no podía quedarse sin trabajo teniendo la deuda encima, y enfrentarse a Jack; ya era suficiente con tener que soportarlo cada que aparecía para cobrar la deuda, y si ahora no tenía cómo pagarla, no quería acabar como la verdadera Hanna y tener que pagar con otra forma, entregando así su primera vez. No, no y no, debía hacer algo para evitar que la echaran de la empresa…

     Toc, toc, toc.

     Alguien tocó a la puerta y el asistente de Derek inmediatamente se acercó a la entrada para ver de quién se trataba.

     —¿Puedo pasar, Derek? —preguntó Sylvie—, necesito hablar contigo.

     Por un momento, Derek levantó la ceja al ver a aquella mujer presentarse en esa situación cuando ella sabía lo que estaba sucediendo.

     —Bien —respondió él—. Señorita Doe y señor Taylor, pueden retirarse.

     Ambos nombrados caminaron hacia la puerta. Kanna dejó que Matt se adelantara, no quería enfrentarse a él en ese preciso momento; además, aún estaba renuente a ser despedida, y quería rogarle a Derek para conservar su trabajo. El miedo a enfrentarse a realizar las mismas acciones de la verdadera Hanna para pagar sus deudas era más fuerte que perder su dignidad ante aquel personaje que le caía tan mal…

     Entonces, cuando se detuvo en la puerta, apunto de girarse hacia el protagonista, se encontró con la mirada de Sylvie.

     —Todo estará bien —dijo ella.

     Y Kanna, aunque no entendió a que se refería, supo que debía salir de ahí.

...* * *...

     —¿A qué se debe tu visita, Sylvie? —preguntó Derek, dándole la espalda.

     —Sólo quería comentarte que, la señorita Doe es una buena trabajadora —explicó la nombrada, recibiendo una mirada de parte de su jefe—, ella ayuda mucho en distintas áreas. Si la despides…

     —¿Estás intercediendo por ella debido a lo que dijo en el ascensor? —preguntó Derek, con un poco de burla en su voz—. Si no recuerdo mal, tú fuiste quién me habló de la situación… que ella había sido contratada sin que nos enteráramos. ¿A caso sus palabras ablandaron tu corazón o sientes alguna culpa?

     A Derek le molestaba todo eso, no le gustaba que alguien hiciera algo y después se arrepintiera de ello. Para él no existía tal cosa como el arrepentimiento, por lo que esperaba que los demás hicieran lo mismo.

     —Y si los demás empleados sufrirán a causa del despido de la señorita Doe, también deberé despedirlos si no pueden hacer bien el trabajo por el cual fueron contratados —soltó.

     —Derek, sólo estoy diciendo la verdad… —dijo ella, tratando de no intimidarse por el tono de voz del nombrado—. Sí, fui yo quien descubrió eso; pero tampoco voy a negar que es de gran ayuda.

     —Señorita Moore —intervino Joe—, verá, la siguiente semana se contratará nuevo personal… y la señorita Doe está siendo contemplada en la lista de aspirantes.

     —¿En serio? —soltó Sylvie al escuchar tal revelación.

     —Ya que sabes eso, puedes retirarte.

     Y sin más nada que decir, Sylvie salió de la oficina sin entender por qué razón Derek estaba despidiendo a Hanna Doe si, después de todo, la volvería a contratar.

     —Bien, Joe —habló Derek a su asistente—. Encárgate de llevar eso a un laboratorio —señaló el vaso que sostenía con un pañuelo—, y que hagan una prueba de ADN, corroborándola con la de Max y Alex —el nombrado asintió ante las órdenes y guardó en una bolsa aquel objeto—. También, procede con la denuncia contra Taylor, no puedo permitir que el nombre de la empresa se vea manchado ante sus acciones…

     —Entendido, jefe.

     —Y, por último, encárgate que Ka-hanna sea llamada cuando comience el proceso de contratación.

     Y ante aquella orden, Joe comprendió la razón por la cual su feje había hecho todo eso: si él permitía que la contratación de la señorita Doe se mantuviera así, eso significaba que ella estaría en deuda con Matt Taylor; y así como a las demás, éste le pediría un favor sexual.

     Claro que esto se debía a que, por ahora, la señorita Doe parecía ser la mujer con quien su jefe había estado años atrás, y posiblemente la madre de sus hijos.

     —Jefe, y si la señorita Doe no es la persona que usted busca… ¿qué hará?

     Derek se mantuvo callado, por un instante, viendo fijamente a su asistente.

     —Por eso los resultados deben estar listos antes de la siguiente semana… —explicó Derek, y después le dio la espalda a Joe—, si estos son positivos, todo se realizará como está planeado —se acercó a la ventana y miró por el reflejo a su acompañante—. Pero si son negativos… no es necesario que la señorita Ka-hanna sea contratada de nuevo.

     —Entendido —respondió él.

     Y antes de salir de la oficina, Joe Davies deseó con todas sus fuerzas que su jefe encontrara a la persona que buscaba; tal vez así, cambiaría y dejaría de ver a los demás como simples objetos.

     —En verdad lo deseo —susurró, cerrando la puerta detrás de él.

^^^C o n t i n u a r á . . .^^^

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Comments

Laura Álvarez

Laura Álvarez

Matt de verdad que se merecía que lo corriesen pero Hanna se que Derek es el jefe pero es tan egocéntrico ella hace un buen trabajo pero ojalá y encuentre un mejor trabajo y que Derek se arrepienta pero no es la mamá de tus hijos 😞

2024-11-22

0

Claudia Andrea Gallardo Leon

Claudia Andrea Gallardo Leon

ohhhh que mal

2024-11-25

0

🤗Finita💖💫🇲🇽

🤗Finita💖💫🇲🇽

Que trabaje con Jeremy y le de celos al CEO

2022-06-13

2

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