Baile en el palacio

Sebastián….

Sigo buscando más pistas de quién quiere lastimar a mi pequeña salvaje pero estoy como el principio. He mandado a resguardar la mansión, aún que no creo que nadie se acerqué ya que los lobos bajan en las noches para hacer guardia. Eso me tranquiliza.

Elena…

Hoy vendrá la diseñadora a dejarme los vestidos y a confeccionar uno nuevo. No pienso molestarla, pienso ser amable con ella para que me diseñe un vestido que sea a mi gusto y que resalte mi belleza.

- Buenos días, señorita Elena, he venido a dejarles sus diseños - dijo la diseñadora mientras abría las cajas para enseñármelos.

Me quedé muy sorprendida al ver mis vestidos, eran hermosos, sencillos y no tenían más de un solo diseño así que le dije

- Estoy fascinada por estos diseños y por su trabajo, enserio me han gustado, se lo agradezco.

La diseñadora dio un gran suspiro y con una sonrisa dijo.

- me alegra que le guste, lo hice pensando en usted.

Le dije que iba a asistir a un evento muy importante y que quería un nuevo vestido pero que este deberá ser especial.

Ella tomó nuevamente mis medidas y comenzó a dibujar en su libreta.

- ¿Le parece algo así señorita Elena? - dijo.

- Así me parece perfecto ¿para cuándo estaría listo?

- En una semana, yo misma se lo traeré.

Nos despedimos hasta dentro de una semana. Yo estaba muy entusiasmada con el evento, no sólo porque iría con Sebastián al parecer Génisis también iría con Erik y eso me hacía sentir segura.

Me medí todos los vestidos ese día, enserio que los amaba. Al verme Sebastián usando uno de los vestidos se quedó muy sorprendido y me dijo que me veía más hermosa, le sonreí y agradecí su amable gesto. Luego fuimos a dormir los dos como siempre.

El gran día llegó. Admito que estaba algo nerviosa. Las sirvientas me ayudaron a arreglarme, me bañaron luego masajearon mi cuerpo y arreglaron mis uñas. Luego me ayudaron con el peinado, les dije que quería algo sencillo y optaron por el cabello suelto, me pusieron algo de maquillaje natural y al final me ayudaron con el vestido, era un vestido realmente hermoso de color rojo, largo y con una apertura hasta mis mulos. Lo más difícil fue usar zapatos, odiaba utilizar zapatos, eran color negros, una gran combinación con mi vestido, no tenía necesidad de ponérmelos, pero esta era una ocasión muy importante y quería impresionar a todos. Me miré al espejo y vaya que si era otra persona, enserio que quede guapa. Al bajar por las escaleras Sebastián se encontraba junto a Erik y Génesis. Todos se quedaron asombrados, Sebastián vestía muy elegante esta noche. se había puesto un traje negro que resaltaba su piel a igual que sus ojos azules y esa enorme sonrisa lo hacía ver más hermoso. Me dio su brazo y me dijo.

- Te ves muy linda esta noche.

- Gracias - le dije y le sonreí

Regresé a ver a Génesis y que maravillada. Ella realmente estaba hermosa. Se había puesto un vestido color pastel que resaltaba su piel blanca, su cabello estaba suelto y ondulado y había usado algo de maquillaje natural, también estaba usando tacos del mismo color de su vestido. Y ni que hablar de Erik, el a igual que Sebastián usaba un traje negro que también resaltaba su piel y ojos. realmente todos estaban bellos. Le di una sonrisa pícara a Génesis y ella me entendió muy bien.

Sebastián….

Al verla me quedé como un niño cuando mira su juguete favorito. Si que estaba bella esta noche. Pensé que muchos iban a verla, eso me dio algo de celos, luego recordé que yo era el afortunado que la llevaría y sería su pareja así que me calme. Todos subimos a los coches que nos esperaban, Erik y Génesis subieron a uno y nosotros al otro.

Cuando llegamos di mi brazo a Elena para ayudarla a bajar, ella lo tomó y se aferró a mí. Noté que estaba algo nerviosa así que le dije.

- Si no te sientes bien podemos regresar.

- No, quiero que todos sepan que no han podido conmigo y que regresé con más fuerza - dijo ella muy seria.

- Está bien, pero no pienso soltarte en toda la noche.

- No lo hagas - me dijo y luego me dio una gran sonrisa.

Era muy extraño verla sonreír y cuando lo hacía siempre era por ironía o sarcasmo, ahora es por felicidad y porque realmente lo siente.

Entramos, mis padres estaban al frente recibiendo a todos los invitados, nos acercamos a ellos para saludarlos.

- Me alegra que vinieran - dijo mi madre.

- No faltaría por nada del mundo Victoria - dijo Elena, regalándole una sonrisa.

Caminamos hacia la pista y vaya que éramos el centro de atención todos nos observaban fijamente, así que le pregunté a Elena.

- ¿Qué crees que estén diciendo?

- ¿Quién es ella? ¿Es la mujer loba? ¿Son pareja? ¿Quién habrá domado a quién? Ella se ve muy linda esta noche a igual que el conde, por más linda que se vea no le quita lo salvaje. Todos hablan de nosotros y no hay mirada que no nos observe - dijo Elena.

Me impresionaba mucho como era capaz de escuchar hasta los susurros, pero como ella lo había dicho cuando vives en manadas se te desarrollan ciertos dones y sentidos.

- ¿Me complaces éste baile? - me incline hacia ella esperando una respuesta.

- Claro Conde - tomó mi brazo y nos dirigimos al centro de la pista.

Esta vez no hubo amenaza. Ella siempre me ha sorprendido en muchas cosas y cuando bailó lo hizo muy bien, como si lo hiciera muy seguido. Al bailar con ella fue imposible no sonreirle, sentirla tan cerca y feliz me entusiasmaba tanto, todo pasaba en cámara lenta. Bailamos, todos no paraban de mirarnos, ella quería sentirse radiante y mostrar a los demás que no sería fácil deshacerse de ella y lo estaba logrando. Cuando terminó el baile nos fuimos. Regresamos a casa sin antes despedirnos de mis padres.

Cuando llegamos, lo primero que hicimos fue cambiarnos de ropa para poder dormir, ella optó por un camisón blanco para descansar.

- ¿Te has divertido hoy? - le pregunté.

- Más que nunca, todos nos miraban y hablan en pequeños susurros, creo que cometí mi objetivo – dijo ella mientras se metía a dormir.

Yo entre a su lado y mirándola le dije.

- Me alegra que mi pequeña salvaje se divierta.

Ella se quedó por un momento pensado y dijo.

- Mañana me marcharé - Su mirada era neutro, pero decidida a irse.

La miré directamente algo sorprendido por su comentario y le dije.

- ¿Por qué te irás?

- Me iré por un tiempo a las montañas a buscar respuestas, necesito saber quiénes son mis agresores y con quienes me estoy enfrentado.

Me puse muy triste ante su decisión y le dije.

- Hay algo que no te he dicho - la agarre delicadamente de su mentón, para que me mirara - las mismas personas que te hirieron también fueron las que me hirieron a mí. Al parecer hay un vínculo. El que te mando a agredir necesitaba saber mi reacción, era una prueba si me preocupaba por ti, como lo hice, él ha jurado rebatarme a lo que más amo.

Ella se quedó pensando un momento y dijo mientras tomaba mi mano.

- No tengas miedo, no me va a pasar nada. A dónde voy es un lugar muy seguro que estaré bien. Mi manada me acompañará y cuidará.

- Al menos deja que te acompañe, solo así estaré seguro que nada malo te pasará.

- No puedo, es un viaje que haré sola, cuando llegue te mandaré una carta con uno de mis lobos para que sepas que llegué a salvo. Quiero que respetes mi decisión, yo estoy decidida a marcharme mañana.

- Veo que no puedo hacer que cambies de decisión, respeto lo que has decidido, prométeme que me harás saber que estás bien apenas llegues a tu destino.

- Te lo prometo - dijo Elena mirándome, vi sinceridad en sus ojos, los ojos más hermosps que he visto, luego dijo - Prométeme que me esperaras hasta mi regreso.

- Te lo prometo mi pequeña salvaje - la acerqué a mi para besar su frente.

Ella se quedó dormida y yo algo preocupado, su manada la cuidaría y confió que va a estar bien. Me volvería loco si algo le pasará. Me quedé dormido y la abracé deseando que se quedara a mi lado.

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