La mujer loba

Sebastián….

Subí a la habitación, tomé mi ropa y me cambié rápidamente, después me puse a observar su habitación, era muy elegante para una mujer tan salvaje.

Al observar por la ventana, noté como ella practicaba su puntería, estaba rodeada de lobos Todos ellos la observaban detenidamente a igual que yo. Mi pequeña salvaje me dije y sonreí.

Bajé a donde estaba ella y noté que no estaba, ¿Cómo una mujer podría desaparecer tan rápido? claro que era pequeña, pero no para tanto.

Decidí dar un paseo, los lobos me observaron y vieron en mí, que ya no existía peligro ante mi presencia, yo ya no era su enemigo, así que me dejaron solo.

Observé un hermoso lago y lo fui a ver mientras esperaba la llegada de mis hombres, me iría yo mismo, pero Elena dijo que ya vendrían por mí. Me senté debajo de un árbol a pensar todo lo que había pasado, si era afortunado de que ella me salvará o si sería mi condena. Despues de estar meditando lo sucedido, la vi salir del agua, estaba sólo en bragas, su pelo totalmente mojado, tenía un buen cuerpo y sus curvas le resaltaban, se veía realmente hermosa, sus rasgos finos y ese mirada intimidante que me hacía enloquecer con tan solo verla. Notó mi presencia, y me dijo.

- Veo que sigue espiándome.

- Solo bajé a tomar una poco de aire.

Se acerco a mí muy lentamente y me dijo.

- ¿Te levantas? - Pensé que quería besarme porque yo si lo quería, quería hacerla mía en ese instante y que gritara mi nombre.

Ella sonrió adivinado mis pensamientos y me volvió a decir.

- Estás sobre mi camisón – mire y era cierto, me hice a un lado, ella tomó su camisón y se lo puso.

No le cubría nada ya que era blanco y solo le llegaba hasta más arriaba de sus rodillas y como ella estaba mojada el camisón absorbió el agua y dejó su cuerpo al descubierto.

- Deberías usar algo más para cubrirte - le dije.

- No estoy acostumbrada a tener visitas y esto para mi es algo normal siempre lo uso. Si te disgusta puedes irte a tomar aire a otra parte - dijo mientras se arreglaba el camisón.

- Aquí el aire es mejor – le dije.

- Como quieras - Dijo ella sin apartarme la mirada.

- ¿Quién eres? - Le pregunté cruzando mis brazos.

- La mujer loba, una pequeña salvaje, reencarnación del mal, como gustes llamarme - respondió ella dándome una sonrisa falsa nuevamente.

- ¿Por qué te temen?

- ¿No has escuchados las historias que se dice de mí? – dijo ella mientras me sonreía nuevamente sin expresión alguna - maté a mis padres el día de mi cumpleaños y luego hice un festín con ellos. Eso debería darte miedo, ya que no tengo piedad con nadie. - Sus ojos se abrieron aún más cuando dijo lo último.

- He escuchado tus historias, pero no creo que sea verdad.

Yo no creía en esas tonterías, era imposible, quería la verdad ella me lo sabrá decir en su tiempo.

- ¿Y por qué crees que no seria? – preguntó ella nuevamente con esa sonrisa sin expresión mientras levantaba una ceja y cruzaba sus brazos.

- Porque tú no eres realmente mala, solo eres algo salvaje y no sabes lo que quieres - le dije muy serio y sin apartar mis ojos de los de ella.

- Y dígame conde ¿Qué es lo que yo quiero? – preguntó ella mientras se acercaba más mí, recortando la poca distancia que teníamos. No me puede contener y la tomé por la cintura sin quitarle la mirada y le dije.

- Tú me pequeña salvaje quieres un amor que te consuma por dentro, que te deje satisfecha y sin respiración – nuestras respiración quedó tan cerca que se podía sentir, su aroma era como un perfume impregnado en su piel, olor a rosas, con una combinación a fuego, se podía oler el fuego que ella llevaba. Mis labios quedaron tan cerca de los de ella, no me contuve y la besé apasionadamente. Al principio ella trató de alejarse de mí, pero la tomé con más fuerza rodeando su delgada cintura y ella respondió a mi beso, rodeándome con sus delgados brazos. La besé con tanta pasión. Nuestras lenguas chocaron, pude sentir el sabor de sus dulces y húmedos labios. La mordí con mucha suavidad, que ella no pudo evitar gemir. Por un segundo el tiempo se detuvo y solo era ella y yo en un mar de éxtasis, rodeados por una gran pasión. A lo lejos se escuchó un aullido y ella rápidamente se apartó de mí y dijo.

- Han llegado por ti.

- ¿Quiénes? - pregunté confundido.

- Tu gente.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***